miércoles, 21 de abril de 2010

PUNTOS DEL CATECISMO MEDITADOS POR EL PADRE JESÚS.


-PRIMERA PARTE LA PROFESIÓN DE LA FE
-PRIMERA SECCIÓN «CREO»-«CREEMOS»
-CAPÍTULO PRIMERO: EL HOMBRE ES "CAPAZ" DE DIOS

CAPÍTULO PRIMERO:
EL HOMBRE ES "CAPAZ" DE DIOS

IV ¿Cómo hablar de Dios?- Número 43

43 Al hablar así de Dios, nuestro lenguaje se expresa ciertamente de modo humano, pero capta realmente a Dios mismo, sin poder, no obstante, expresarlo en su infinita simplicidad. Es preciso recordar, en efecto, que "entre el Creador y la criatura no se puede señalar una semejanza tal que la diferencia entre ellos no sea mayor todavía" (Cc. Letrán IV: DS 806), y que "nosotros no podemos captar de Dios lo que él es, sino solamente lo que no es y cómo los otros seres se sitúan con relación a él" (S. Tomás de A., s. gent. 1,30).

Meditación:

El hombre ve a Dios, comprende a Dios por su sentir, por lo que conoce y es, pero no es tanta la igualdad, aunque el hombre sea a semejanza de Dios, como para que el hombre comprenda cómo es auténticamente Dios.

El hombre ve a Dios con lo que conoce de si mismo, del hombre mismo. El hombre, cuanto más se conoce a sí mismo, más puede expresar cómo es Dios, porque Dios es a imagen y semejanza del hombre, pero Dios es Dios, y Jesús, que es Hombre, sigue siendo Dios.

El hombre habla de Dios con lo que su razón, de lo que es el hombre, le lleva a conocer a Dios, pero no es suficiente para describir a Dios porque no conoce aun las palabras para expresar lo que no conoce del todo, que es a Dios, y a Dios se le conoce totalmente al traspasar la muerte, porque allí, en lo espiritual, reside Dios; que por vivir el alma en la “cárcel” del cuerpo y en el plano terrenal, no tiene la visión global de Dios, de lo que es Dios, por eso no puede expresarlo, y esa falta de conocimiento es la fe, la fe que nos hace ver lo que no vemos y creer en el lenguaje espiritual de lo que no sabe expresar el hombre porque es hombre carnal.

P. Jesús

Mi comentario:

Lo que no se conoce no se puede amar, por lo que se hace necesario conocer las cosas humanas para poder amarlas. Igual ocurre con las Divinas, pero de forma diferente, hay que amarlas primero para luego tener la oportunidad de conocerlas, porque en la medida que las amamos vamos conociéndolas y deseándolas cada vez más. Porque la verdad, que es lo bueno, siempre se desea.

Por eso, en la medida que nos implicamos en el conocimiento de DIOS, iremos descubriendo su grandeza y amor. DIOS nos busca y nos ama antes que nosotros a ÉL. Es ÉL quien nos ha dado la posibilidad de ser algo muy importante para ÉL Mismo, y ha querido que seamos necesario para ÉL. Por eso nos ha hecho libres, para que seamos nosotros su deseo y le respondamos libremente desde nuestra confianza y fe.

Pero nuestra condición humana es pecadora y nos esclaviza. Necesita ser redimida, por lo que sólo podemos ser libre si nuestra libertad se deja redimir por quien únicamente puede hacerlo, JESÚS, el HIJO de DIOS Vivo. Y libres para poder elegir lo mejor, lo bueno, la Verdad, lo Único que nos hace felices eternamente.



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