viernes, 17 de septiembre de 2010

UN PADRE DIFERENTE A TODOS


Hace media hora terminaba la Eucaristía en Mozaga, un pueblo de Lanzarote, donde he acudido con mi mujer a celebrar la Eucaristía de hoy domingo. Y digo celebrar porque todos celebramos junto al sacerdote, que preside la celebración. Puntualizo esto por si alguien puede interpretar que soy sacerdote al hablar de celebrar.

Antes, sobre las siete de la madrugada, hora canaria, escuchaba el catecismo de la Iglesia Católica, por Monseñor Munilla, que hablaba sobre, precisamente, la Eucaristía. Eucaristía significa "misión, enviado"; DIOS nos envía en JESUCRISTO. El HIJO es enviado por el PADRE, al igual que nosotros somos enviado por el HIJO.

Somos enviados a los demás, a los que necesitan amor, a los enfermos, a los pecadores, a nuestras propias cruces, a los perdidos, a los... Toda la exigencia de esos sacrificios nos ayudarán, por la Gracia del ESPÍRITU SANTO a purificarnos y a crecer en conversión y amor. La parte conclusiva de la Misa es un envío, una misión, a partir de la cual podemos decir que ya no actuamos en nombre propio, sino que es el ESPÍRITU quien actúa en mí.

La alegría del SEÑOR sea nuestra fuerza, como lo fue para los discípulos de Emaús, y nos llene de entusiasmo, gozo y alegría hasta el punto de salir corriendo a comunicarlo a todo aquel que encontremos en el camino. Es un gozo que no se puede guardar y que necesita ser compartido. Se nos ha dado un tesoro, CRISTO, y en ÉL encontramos la verdadera felicidad buscada. Podemos, pues, ir en paz.

Glorifiquemos con nuestra vida a CRISTO, dando testimonio de Palabra y vida, porque sólo tenemos una vida: humana y espiritual que vivimos en ÉL y actuamos en ÉL, e id en paz.

Y, en el nombre de SEÑOR, echemos las redes, pongamos nuestros talentos (recibidos gratuitos) en sus Manos (ESPÍRITU) y vayamos en paz a proclamar su Palabra.

Salir de la Santa Eucaristía es como decir: "Santo envío, santa misión"; vamos en paz a dar, a proclamar la Palabra con y en nuestras vidas y con nuestro obrar. Vamos a darle cumplimiento hasta el día siguiente o hasta la próxima Misa. El ESPÍRITU SANTO te mueve, actúa en ti y por ti. Es la Gracia de DIOS la que vive y te dirige.

Y la Palabra de hoy nos enseña y revela que DIOS, Nuestro PADRE, es un PADRE de infinita Misericordia y de débil memoria, para entendernos humanamente. Un PADRE que nos perdona a pesar de nuestro rechazo y olvido. Un PADRE que nos perdona después de dejarlo postergado y adorar a dioses caduco y finitos.

Un PADRE que sólo recuerda la fidelidad de sus hijos anteriores y, en fidelidad a ellos, olvida y perdona a los presentes. Un PADRE que nos demuestra hasta donde nos quiere, que se olvida de todos por uno. Deja aparcado los noventa y nueve y se va en busca del perdido y enfermo. Un PADRE que nos enseña que todos valemos por uno, y uno por todos. Nos revela lo que significamos para ÉL cada uno de nosotros.

Y con un PADRE así nuestro actuar debe ser todo para ÉL, porque en ÉL encontramos todo aquello que necesitamos para nuestro vivir humano y espiritual. La vida espiritual no se puede separar de la humana, porque, la espiritual, es la vida diaria vivida desde y en el ESPÍRITU de CRISTO.

La espiritualidad cristiana no es alienante, no intenta sacarte de la realidad de la vida, sino todo lo contrario, trata de liberarte y que seas tú mismo y encuentres tu verdadero camino, Camino de vida y de verdad que te lleva al gozo feliz y eterno.

2 comentarios:

  1. "La espiritualidad cristiana no es alienante, no intenta sacarte de la realidad de la vida, sino todo lo contrario, trata de liberarte y que seas tú mismo y encuentres tu verdadero camino, "
    Esto es lo que la gente no sabe o no quiere saber de Dios. Temen que les quite su libertad. Y es tan difícil que entiendan que es al contrario
    Gracias por el post

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  2. Vamos tan ciegos que no nos damos cuenta las cadenas que nos esclavizan. Nuestro actuar está sometido a muchos vicios y apegos que no nos dejan ser nosotros mismos.

    ¡Y pensamos que somos libres! ¡O que hacemos lo que queremos!

    Sin embargo, no somos capaces de reconocer que estamos dirigidos por el tabaco, el alcohol, la comida, la pereza, el dinero...etc.

    ¿Dónde está nuestra libertad?

    Gracias por tu comentario y visita.

    Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS

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