martes, 26 de octubre de 2010

LA VIDA: UN COMBATE.


Sólo cuando comprendamos que la vida, en este mundo, es un combate constante, comprenderemos la necesidad imperiosa de la oración. Para hacer la Voluntad de Nuestro PADRE DIOS necesitamos estar en continuo contacto con ÉL, vivir en su Presencia. Y eso sólo se puede alcanzar en constante oración: contemplándolo las veinticuatro horas del día. Una contemplación que nos lleva a tenerlo presente en todos los momentos de nuestro quehacer diario: familia, trabajo, ocio, relaciones...etc.

Las dos últimas peticiones del PADRE Nuestro nos alertan a que estamos constantemente en combate por la victoria de la vida. Un combate entre CRISTO y Satanás que se desarrolla dentro de nosotros. Somos el campo de batalla de esa lucha, que sólo podremos vencer con el poder de la Oración, nuestra arma más poderosa. 

Por eso es necesario "orar y orar". JESÚS nos sirve como modelo orante al PADRE, y nos exhorta a no desfallecer y a orar constantemente. En el huerto de Getsemaní, JESÚS, es nuestra referencia en la batalla contra el demonio, al que vence orando al PADRE que se haga su Voluntad y no la de ÉL. En la oración encontramos las fuerzas necesarias para salir victorioso.

Repetidas veces, JESÚS, nos llama a no desfallecer, a continuar orando hasta el importuno porque sólo así podemos salir victorioso de nuestra lucha. Nacemos esclavos, sometidos al mal, pero estamos llamados a ser libres y a liberarnos de esas cadenas. Y la clave de esa liberación es "la oración".


Haz, PADRE mío, que pueda
liberarme, y que nunca 
pierda la confianza en TI,
pues eres mi PADRE, 
y un Padre siempre está
pendiente de su hijo.

Sé que, como hijo, no debo
separarme de TÍ, pero soy
débil y pobre, y tengo sed
de ser feliz y bueno.

Cuídame del poder del Mal, 
del Maligno y sus secuaces, 
y tenme siempre a tu
lado, en continuo contacto
contigo para no desfallecer.

Enséñame a orar y estar
en tu presencia. Y a recurrir
también a tu Madre, que me 
diste como Madre, para que
con ella me sea fácil comunicarme
contigo. Amen.


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