lunes, 27 de diciembre de 2010

ENCONTRAR Y LLAMAR AL VERDADERO TESORO

Sólo cuando se descubre que mi verdadero tesoro está en darme, ...


ENCONTRAR,
la magia de los pequeños milagros de tu día en el día a día de tu vivencia. Cada día es un milagro, porque nuestra vida se sostiene en el SEÑOR. ¡Sí ÉL dejase de sostenerla desapareceríamos! Y, como niños inocentes en brazos de su PADRE, nos preocupa más el juguete o la urgencia que tenemos delante, antes que sentirnos amado y queridos por nuestro PADRE, junto al cual no debemos temer nada.

Sin embargo, no nos apercibimos de su venida, de su estancia entre nosotros, y, como ignorantes criaturas corremos y desesperamos detrás de la urgencia económica olvidándonos de ÉL, "nuestra verdadera salvación".

No significa esto que, siendo seres humanos y necesitados de satisfacciones materiales, nos quedemos impávidos y quietos ante las dificultades y carencias que la vida nos presenta, pero en el esfuerzo y la lucha de cada día y momento, tengamos presente que JESÚS está con nosotros y nos ayuda a resolverlas o aceptarlas. No nos dejemos llevar por estas secundarias necesidades para, por sus causas, abandonemos la Primera, Única y Principal.

Esa fue la voz que oímos en el desierto y la que muchos, ¿estaremos nosotros también?, han desoído y olvidado. Hagamos memoria y acerquémonos al Belén de nuestro corazón para que en medio de tanto ruido y luces no nazcan otras preocupaciones en nuestro pesebre sino el Verdadero Niño que colma mis esperanzas y dicha.

 LLAMAR,
a esa persona de tu familia con la que menos hablas y con la que te cuesta esfuerzo hablar. Se hace muy cuesta arriba, sobre todo cuando esa persona está en una actitud agresiva y de malas intenciones. Te sientes impotente e incapaz de servirle porque no se deja servir sino su inminente deseo es servirse y aprovecharse de ti.

Es el momento que experimentas el amor que JESÚS tiene y da por ti cada segundo del tiempo. El te ama y ha muerto por ti, pero tú lo rechazas o te muestras indiferente, si no siempre, sí en muchos momentos del día. Sólo desde ahí puedes llegar a comprender que lo importante es aceptar y aguantar incluso aquello que no se comprende.

Es el momento de encender la luz en tu corazón y dejar un hueco, el mejor y principal, para que se acomode el Niño DIOS en él y nazca de nuevo una vida nueva en ti. Es el momento de hacer Navidad en tu particular pesebre y derramar toda la luz de tu Belén entre los que te rodean y se acercan a tu lado.

Porque contigo hace lo mismo JESÚS, y ÉL espera pacientemente a que tú puedas reaccionar y darte cuenta. Tengo en mi vida, ahora hablo personalmente, algún caso de estos y me ayuda a superarlo, al menos a aceptarlo con paciencia, esta idea de saberme perdonado y querido por mi PADRE del Cielo a pesar de mis rechazos e indiferencias.

Tomar conciencia, y sentirme esperanzado de que JESÚS vendrá de nuevo a  oír  mi decisión y recoger todos mis frutos de amor, como ÉL me ha enseñado y me enseña diariamente, me hace retomar fuerzas y deseos de superarme y vencerme para, olvidándome de mí, aceptar  darme a los demás, incluso en esos casos ininteligibles por mi razón.


Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.

1 comentario:

  1. Dificil pero necesario.
    Y posible con la ayuda dle Niño
    Gracias por la reflexión

    ResponderEliminar

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.