domingo, 5 de diciembre de 2010

LA HUMILDAD ES LA LLAVE DE LA CONVERSIÓN

 
De Belén nos viene la LUZ
La humildad es la llave de la conversión
Adviento, repetido en estos días hasta la saciedad, nos puede sonar tan familiar que, sin darnos cuenta y deslumbrados por luces y ofertas tentadoras, pase sin ser nada más que unos buenos propósitos e intenciones, para ser alojadas en el baúl de los recuerdos.

¿Dónde fijarnos para no desviarnos del camino? JESÚS es un niño a punto de nacer y sólo su Madre y Padre están en el camino hacia Belén. María es la elegida, la portadora maternal del Unegito HIJO prometido que nos dará la Salvación. Es Ella, por ahora, la que marca las actitudes a reflexionar e imitar.

María, cuando oye la palabra del ángel, se preocupa mucho y se pregunta qué querría decir semejante saludo. María le pregunta al ángel cómo se va a realizar el plan de DIOS, siendo ella virgen. Sin embargo, la Santísima Virgen ofrece su persona a DIOS como la esclava del SEÑOR para que se cumpla en Ella lo que se le ha dicho.

DIOS también tiene un plan sobre ti y sobre mí. Y también, como a María, te ha dado la Gracia necesaria para que puedas cumplirlo. Y, seguro, que has sentido, al menos a mí me pasa, preocupación, miedo e impotencia por no saber como cumplirlo. "No temas, le dice el Ángel a María"; también te lo dice a ti y a mí: no temas Salvador o Ángel, yo voy contigo y Conmigo puedes hacerlo y vencer.

Sin embargo, no nos libraremos de los miedos, las inseguridades, las preocupaciones... María tampoco escapó a eso, ni siquiera el JESÚS Hombre. ¿Somos nosotros diferentes o priviligiados? Eso debemos asumirlo desde el principio del camino, pero sabiendo que va Alguien que no falla conmigo.

Mis planes, mis propósitos, mis proyectos... ¿son los mismos que DIOS tiene pensado, al igual que María, para mí? Y, ¿acaso lo que me ha y está sucediendo en mi vida estaba dentro de mis planes? ¿Era eso lo que yo había pensado, qué mis hijos no creyeran en TI?, ¿qué mi empresa se fuese a pique?, ¿qué mis empleados pensaran mal de mí?, ¿qué la fuerza de mi palabra y la sinceridad de mi vida deja mucho que desear?, ¿qué mi matrimonio ha pasado por momentos muy difíciles y tentaciones de fracaso y quedarme en la cuneta,?, ¿estaba dentro de mis planes que sucediera lo que ocurrió con este último cursillo...?

¡Claro que no, nada de eso estaba dentro de mis proyectos y todo ello me ha preocupado enormemente! Sin embargo, hay una cosa muy clara: muchas veces perdemos el dominio de nuestra vida y es, en ese momento, cuando se lo tenemos que dejar a DIOS.

Pero, ¿qué pasa cuando se lo tienes que dejar a ÉL? ¿Qué pasa cuando DIOS te dice: "El control lo quiero YO? Y quiero que me entregues esto de tu vida..., esto de tus hijos..., esto de tu matrimonio..., esto en el ámbito material..., esto en el ámbito social. Posiblemente surgen en nosotros preocupación, discernimiento, que son lógicas reacciones, pero, ¿hacemos lo mismo que María?

Nos sentimos turbados, confusos y desorientados. Nos cuesta desapegarnos, morir a nosotros mismos, y dudamos y, en muchos casos decimos que no (joven rico). Y la única respuesta es un "SÍ" como el de María. Un "SÍ" que pone a DIOS por delante de todo lo que uno es. Ese "SÍ" es el camino y preparación de nuestro particular "Adviento", de nuestro significado Belén.

Y, detrás del "SÍ", se descubre, si ha sido de verdad, el ofrecimiento total y pleno: "He aquí la esclava del SEÑOR, que se haga en mí según su Palabra". Es lo que debemos repetir en estas cuatros semanas de preparación: "Qué se haga en mi, cada uno ponga su nombre y su persona, según su Palabra".

Y las luces de tu Belén se encenderán y serán las más brillantes de tu vida. Nada habrá tan grande en tu corazón que rebose de gozo y felicidad que esa disponibilidad a aceptar todo lo que está atormentando tu vida, tus fracasos, tus debilidades, tus desesperanzas... Ha nacido la salvación, en, con y por ese Niño DIOS, en tu vida.

Dice San Pablo: "Hemos sido elegidos, en CRISTO, para ser santos e irreprochables" ¿Cuál es el camino para lograrlo? Cada uno de nuestros caminos es distinto, cada uno de nuestros modos de caminar es diferente, pero si seguimos el camino de María "aquí está la esclava del SEÑOR, que se haga en Mí según TÚ me dices", será siempre un camino de gozo y de esperanza, no un camino de miedo.

1 comentario:

  1. Gracias por tu gesto que, dejando a un lado el premio, nos conforta, nos ayuda y fortalece, porque la fe se fortalece dándola.

    Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.

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