miércoles, 26 de enero de 2011

ESTADIOS, PANTALLAS Y MODERNOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN (Mc 4, 1-20)


Hoy, nuestro PADRE DIOS sigue sembrando, sigue hablándonos cada día a través de su Palabra, conservada en sus apóstoles reunidos en su Iglesia, bajo la dirección del sucesor directo de Pedro. Bien, es verdad, que ha cambiado el escenario. Hoy no hay mar, barca y playas, al menos no se suele hablar desde ahí, han sido sustituidas por estadios, pantallas y medios de comunicación, pero la lección es la misma, la siembra es igual y los frutos esperados dependerá de la clase de tierra donde caiga la semilla.

Y la tierra, nuestra tierra, necesita ser removida, preparada, abonada y cultivada con el estiércol de nuestra propia basura, con el sacrificio de nuestro propio esfuerzo, con el abono de nuestra disponibilidad y cantidad de amor, con el riego de nuestra tenacidad, constancia y perseverancia, con la entrega dispuesta de la libertad que se nos ha dado. Sólo así la semilla dará frutos.

Porque, el fruto de santidad esperado, es obra del ESPÍRITU SANTO que nos acompaña en los preparativos, en la removida de nuestra propia tierra, en la labor del abono y cultivo, y en la purificación del estiércol que invade nuestro espíritu. Y nos fortalece para disponernos, para perseverar y darnos totalmente. Todo es Gracia del PADRE, pero necesita nuestra libertad para que la siembre sea productiva y halla conversión.

SEÑOR, que el estiércol y basura 
de mi vida sirvan para que
tu siembra sea productiva.

Haz que mi corazón retoñe
como primavera florida
y de los frutos que 
TÚ esperas recoger. Amén.

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