domingo, 9 de enero de 2011

A LA LUZ DE LA PALABRA (Mt 3, 13-17).


JESÚS es bautizado a pesar de la oposición de Juan que trataba de impedírselo. Era necesario que así fuera para que el PADRE manifestara su complacencia en el HIJO y el ESPÍRITU SANTO descendiera sobre ÉL, y así cumplir toda justicia. JESÚS acepta la misión de complacer con su vida la voluntad del PADRE que se complace en ÉL.

De la misma forma, nosotros somos también complacencia del PADRE por los méritos de JESÚS, y nuestra vida cobra un sentido infinito y valioso: "Estamos llamados a vivir la Vida de la Gracia en la presencia del PADRE", y el PADRE se complace en nosotros en nuestro Bautizo. Hermosa catequesis que proclamaré en mis próximas catequesis prebautismales: Esa es la razón de nuestro bautizo, ser puestos en la presencia del PADRE para su complacencia.

¿Y qué hacemos con nuestra vida? ¿Realmente conocemos la hermosa misión, cómo lo hizo JESÚS, de complacer al PADRE que nos regala la vida eterna y la eterna felicidad? ¿O nos perdemos deslumbrados por la manzana tentadora de querer competir con el PADRE del Cielo? 

Creo que no dejamos de ser Adán y Eva y perdemos nuestra hora hermosa de complacer al PADRE y cumplir su Voluntad. Para eso vino JESÚS, y para eso acepto y cumplió con su Bautismo en el Jordán. Tenemos en este día un regalo, en el ESPÍRITU SANTO, de la Palabra que nos alumbra y nos dice: ¿Nuestra más hermosa y valiosa misión es cumplir la Voluntad del PADRE, porque en ÉL hemos sido complacido, y ÉL, como PADRE Bueno que nos quiere, se complace en nosotros.

Descubramos que nuestra mayor aspiración, que sentimos en nuestro interior, es hacer y complacer al PADRE, porque en ÉL encontraremos todo lo que buscamos en este mundo: "El gozo de una felicidad eterna".

Haz, SEÑOR, que me entregue
dócilmente, humildemente a la 
acción de tu ESPÍRITU, y descubra
tu complacencia en mí, para
motivarme y hacer de mi vida
la misión de complacerte
como hizo tu HIJO, 
el Predilecto, JESÚS. Amén.

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