miércoles, 5 de enero de 2011

A LA LUZ DE LA PALABRA (Jn 1, 43-51)

En aquel tiempo, Felipe encuentra a Natanael y le dice: "Aquel de quien escribieron Moisés en la Ley y los profetas, lo hemos encontrado: JESÚS, hijo de José, de Nazaret".

Necesitamos ver para creer; necesitamos tener pruebas que nos corroboren que lo que creemos es cierto; necesitamos tocar y palpar para creer en aquello que se nos ha dicho. Esa fue la experiencia de Natanael, que, incluso pensando que de Nazaret nada bueno podía salir, recibió la Gracia de tener la prueba que le encendiera la fe para creer.

Fe que necesita nuestro concurso, nuestra elección, nuestro fiarnos, nuestro paso al frente, porque, aunque si la Gracia nada somos, hemos sido creados en libertad para decidir si aceptamos la Gracia o no. Felipe y Natanael optarón por decir "SÍ".

Sin embargo, JESÚS advierte que por el sólo hecho de decirle que lo vió debajo de la higuera cree, y nos promete que veremos cosas mayores como el cielo abierto y los ángeles de DIOS subir y bajar sobre el HIJO del hombre. 

Natanael no necesitó muchas pruebas sino simplemente que JESÚS le sorprendiera con saber donde había estado  y quién era. Igual que Felipe, que a la invitación de seguirle confiesa a Natanael que ha encontrado a Aquel de quien Moisés y los Profetas escribieron: JESÚS, hijo de José de Nazaret.

Igual ocurre hoy, hay dos formas de creer y dejarse seducir por JESÚS. La de no poner pegas ni obstáculo a su Gracia, porque todo nos es dado, y la de poner razonamientos y exigencias a toda demostración de ser el HIJO de DIOS Vivo. A lo largo de mi vida me he encontrado con mucha gente que exige demostración y satisfacciones a sus razonamientos, pero que satisfechos continúa erre que erre con lo mismo. Son aquellos que ven el milagro y se inventa un truco para justificarlo, porque lo que no quieren ver es su cambio, su desapego a la vida cómoda y placentera que llevan.

La vida cristiana es combate y lucha, y quien sabe combatir y luchar, también sabe disfrutar y gozar… Quien no sabe combatir no sabe disfrutar…
Pero antes tiene que descubrir quién es y dónde está el enemigo… porque si no sabe quién es ni dónde está, difícilmente podremos luchar contra él… Eso supone saber qué es el bien y el mal… supone saber lo que es bueno o malo… porque si no estamos perdido, confuso, desconcertado y a merced del enemigo.

Son aquellos que no quieren cambiar su tesoro caduco y finito, por el Tesoro Eterno y gozoso de la presencia de DIOS Eternamente y junto a ÉL plenamente feliz. Son aquellos que viendo aún cosas mayores tampoco darán su brazo a torcer porque han oscurecido sus ojos y no ven la Luz de la salvación.

JESÚS de Nazaret tiene Palabra de Vida Eterna, porque es DIOS, porque ha Muerto y Resucitado, y todo en ÉL se ha cumplido. Está Vivo y camina entre nosotros, incluso al lado de aquel que no lo acepta, que no lo quiere, que le rechaza, porque sabe de su necesidad y de que la quien busca es a ÉL. Lo acompañará hasta el final y le invitará a entrar en la Casa, como al hijo mayor de la parábola. Pero la elección depende de ti porque eres libre.

SEÑOR, no dejes que la tentación
del mundo me impida verte.
Haz que como Natanael y Felipe
sea pronto en responderte un "SÍ"
firme y decidido.

No permitas que mi razón te
exija pruebas, sino que mi
ojos sepan descubrir que
JESÚS vive, que ha Resucitado,
y que cada año me recuerda que,
siendo Niño, está dispuesto a
nacer en mi propio portal de 
Belén. Amén.

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