viernes, 18 de febrero de 2011

LO IMPORTANTE ES CONSERVAR LA VIDA EN PLENITUD (Mc 8, 34-9, 1)


Hoy no me es muy difícil, por la Gracia de DIOS, comentar este Evangelio, y digo, no me es muy difícil porque toda mi vida ha sido y lo es, por la Gracia de DIOS, un correr seguro y firme a salvar mi vida eterna en presencia de DIOS.

Porque eterno somos todos. Eso debemos tenerlo muy claro, y aquel que dude más le vale espabilarse porque se predispone a perderlo todo. La vida eterna está puesta en nosotros, pues el Creador no nos ha hecho, semejante a ÉL, para un tiempo corto sino que nos quiere a su lado eternamente. Y allí sin problemas de salud, perfectos en cuerpo y alma y felices eternamente. Es algo que no podemos imaginar ni abarcar porque está por encima de nosotros, es sobrenatural y sólo DIOS lo sabe.

Pero nos quiere libres y aceptado voluntariamente por nosotros. Sabe que nosotros no podemos lograrlo, pero se ha quedado con nosotros para, por amor, recibiendo ordenes nuestras, por su gran misericordia, tendernos su Mano para adentrarnos en su Casa para siempre. ¡Nos lo dijo en la parábola del hijo prodigo!

Por lo tanto, depende de ti y de mí que digamos si y nos pongamos en Manos del ESPÍRITU SANTO para caminar seguros y victoriosos hacia la Casa del PADRE.

Jesús nos dice que nos neguemos a nosotros mismos, expresión clara de no seguir "el gusto de los caprichos" —como menciona el salmo— o de apartar «las riquezas engañosas», como dice san Pablo. Tomar la propia cruz es aceptar las pequeñas mortificaciones que cada día encontramos por el camino.

 Quiero, SEÑOR, seguirte porque, 
¿a dónde iré sin TI?

Quiero, SEÑOR, ser tu fruto
porque TÚ eres el mejor
labrador de mi tierra.

Quiero, SEÑOR, ser de tu cosecha
porque TÚ eres la única viña
donde puedo encontrar
la felicidad que busco. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.