miércoles, 9 de febrero de 2011

TODO LO CREADO FUE BUENO PARA EL HOMBRE (Mc 7, 14-23)

“Lo que sale del hombre es lo que lo contamina"

No cabe ninguna duda que todo lo que ha sido Creado por DIOS ha sido puesto en función y  provecho del hombre. Y eso significa que nada es malo para el hombre y que todo le sirve para su propia utilidad. De tal forma que todo lo que le viene de fuera no perjudica al hombre si lo utiliza de la forma correcta y prudente.

Sin embargo, las malas intenciones y deseos salen del corazón del hombre. Es ahí donde anida el mal que, salido del corazón del hombre, contagia el mundo y lo desequilibra. La envidia, la soberbia, el odio, la ambición, el desenfreno, la pasión si medida, la gula, la vanidad, el poder sobre los demás, el afán de riqueza, la pereza, la indisciplina, la desobediencia, la suficiencia, el individualismo, la insolidaridad, la indiferencia, la incomprensión, la falta de humildad, de caridad y en definitiva el desamor hacen que el mundo creado para el hombre de forma perfecta y buena se halla convertido en una jungla salvaje y de muerte.

Es el hombre que desobedeciendo al Creador ha hecho del mundo su propia condenación y desoyendo la voz que le invita a cambiar de rumbo, a encontrar dentro de sí mismo el sentido de su propia existencia, se resiste, cegado por su avaricia y humanidad pecadora, a encontrarse y encontrar la razón de su propio existir y ser.

Y errante en esa tozudez va contaminado todo lo que encuentra a su paso. Sólo observar que el ambiente no está contaminado por sí mismo, sino que el hombre lo estropea cada día porque somete su voluntad a las pasiones desordenadas de su corazón.

SEÑOR, dame la paz, sabiduría
y fortaleza necesaria, para 
encontrarme, para encontrarte
y encontrarme contigo en
los hermanos. Amén.

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