viernes, 25 de marzo de 2011

ACEPTO TU VOLUNTAD (Lc 1, 26-38)


Es frecuente oír: "Esto es muy arriesgado y no me atrevo", o "no me atrevo con esto porque no estoy seguro de lo que me puedo encontrar". No solemos dar un paso sin estar seguro de lo que nos podamos encontrar y, una cosa es la prudencia y otra el inmovilismo y el miedo a arriesgar.

Porque en la vida quien no arriesga no camina, y quien no se atreve nunca aprenderá a caminar. Porque la experiencia se toma de lo nuevo vivido y para descubrir hay que atreverse a experimentar y ver. Por lo tanto, María, sin entender ni saber cómo iba a suceder lo prometido acepto y confío en la promesa de quien venía. Porque no se puede uno fiar de cualquiera sino de DIOS. Por que TÚ lo dices, SEÑOR, yo me fío.

Benedicto XVI decía en un interview: «Quisiera despertar el ánimo de atreverse a decisiones para siempre: sólo ellas posibilitan crecer e ir adelante, lo grande en la vida; no destruyen la libertad, sino que posibilitan la orientación correcta. Tomar este riesgo —el salto a lo decisivo— y con ello aceptar la vida por entero, esto es lo que desearía trasmitir». María: ¡he aquí un ejemplo.

Tampoco San José queda al margen de los planes de Dios: él tiene que aceptar recibir a su esposa y dar nombre al Niño (cf. Mt 1,20s): Jesua, "el Señor salva". Y lo hace. ¡Otro ejemplo!

Dame fuerza y valor, SEÑOR, para
atreverme a escucharte y  llevar
a mi vida tu Voluntad. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.