martes, 8 de marzo de 2011

COHERENCIA (Mc 12, 13- 17)

Y le enviaron algunos de los fariseo y herodianos para...

Decimos de esta persona que es falsa e hipócrita porque aparenta ser una cosa y con su vida y sus hechos hace otra muy distinta. No nos gusta aquellas personas que proclaman unas verdades que luego no se hace realidad en sus vidas. Nos nos atraen aquellas personas que practicando unas normas establecidas, ellas luego, en sus vidas, no las llevan a cabo.

Son los llamados fariseos que proclaman y no hacen ni se esfuerzan en hacer. Porque lo importante no es caer o fallar, sino el esfuerzo sincero y verdadero por llevar a cabo lo que proclamas y dices. Eso se nota rápido.
Por eso, aquellos fariseos y herodianos le hicieron esa pregunta a JESÚS con el ánimo de atraparlo. No había escapatoria. Por un lado si afirma que no es lícito pagar impuesto, le caerá encima el poder de aquel tiempo, y si defiende que hay que pagarlos le caería el propio pueblo que se siente explotado. 

La respuesta, que no esperaban, les deja maravillado porque sólo una mente clara, inteligente, dueña y poseedora de la Verdad Absoluta puede responder de esa manera. "Darle al Cesar lo que es del Cesar y a DIOS lo que es de DIOS". Eso comporta vivir mi vida humana y espiritual en espíritu y en verdad. Eso significa vivir en toda su dimensión mi relación con los hombres y mi relación con DIOS.
Dar al Cesar contiene dar a los hombres lo que, por su dignidad de ser hijos de DIOS, tienen derecho a recibir. Es establecer ese Reino de justicia, de amor y paz que todos los hombres desean y quiere, pero que el egoísmo y la avaricia alimentados por la soberbia desequilibra y rompe. Véase el hambre del mundo, el aborto, las guerras del norte de África y...etc.

Pero, también y más importante dar a DIOS todo lo que hemos recibido de ÉL. De nada nos sirve el disfrute de la vida si al final perdemos la propia vida. Perder la vida significa resucitar a la verdadera vida, la que nos espera a todos después de pasar por la muerte y encontrarnos lejos de la presencia de DIOS. Será un martirio constante y eterno.

Y dar a DIOS lo que es de DIOS es entender que ganar la vida es permanecer después de la resurrección junto al PADRE y JESÚS, en su Naturaleza Humana de DIOS hecho Hombre. Porque nuestro SEÑOR JESÚS estará con nosotros para siempre. No se ha encarnado para desaparecer, sino que nos acompañará en su cuerpo glorioso, igual que el que tendremos nosotros, para toda la vida. ¡Vaya dicha y gozo".
¡SEÑOR!, haz que sepa dar al Cesar
lo que es del Cesar y a TI lo que
se tuyo.

¡SEÑOR!, dame la luz de saber que
sólo me pides lo que esperas que
yo pueda darte, porque antes
me lo has dado TÚ.

¿SEÑOR!, enciende en mí la
sabiduría de comprender
que TÚ eres lo más 
importante, y que
mi vida es
tu vida. Amén.

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