lunes, 7 de marzo de 2011

¿ES NUESTRA LA VIDA? (Mc 12, 1-12)


Difícilmente nos paramos a pensar quien nos ha dado la vida. Nos parece que todo lo que tenemos es nuestro y lo hemos ganado por nuestro propio esfuerzo. Ni siquiera, aunque en el fondo lo pensamos y lo admitimos, caemos en la cuenta de lo que le debemos a nuestros padres. Si nos paramos un poco nos damos cuenta que todo nos ha sido dado. Directamente de DIOS e indirectamente de nuestros padres y otros muchos que se presentan en nuestra vida.

Pues esto nos lo recuerda hoy JESÚS en el Evangelio. Tu vida es una viña, una viña que te ha arrendado mi PADRE Bueno del Cielo, y que en un momento dado, cuando ÉL quiera vendrá a pedirte los frutos que te corresponde cultivar y ofrecerle. Tarde o temprano nos será arrebatada y nos pedirá cuenta. Por eso es momento de cortar nuestro apresurado y alocado vuelo y pararnos, pararnos y pararnos, para pensar y meditar a dónde vamos.

Hemos despedidos a los enviados, a los que de parte del SEÑOR de la viña han venido a recordarnos que debemos corresponder con nuestros frutos. Hemos rechazados a todos aquellos que han querido advertirnos de que el SEÑOR nos pedirá cuenta en cualquier momento. Para muchos puede ser ahora mismo, pero no, embobados por las luces, la avaricia y las cosas caducas de este mundo, hacemos caso ni nos damos cuenta. Por eso necesitamos pararnos.

Haz, SEÑOR, que sea capaz de darme
cuenta y pueda ver que hago con
todo lo que TÚ me has dado.

Haz, SEÑOR, que sepa comprender
que TÚ eres mi tesoro y lo que
tengo que cultivar en la viña
que TÚ me has dejado.

Haz, SEÑOR, que me esfuerce en
 dar los frutos que TÚ esperas
recoger y que espere tu
regreso para ofrecértelos. Amén.

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