miércoles, 30 de marzo de 2011

HE VENIDO A ILUMINAR (Mt 5, 17-19)

“Yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento”

El hombre busca la felicidad porque quiere, por encima de todo, ser feliz. Y esa felicidad, por mucho que busque, no la encuentra en este mundo. Lo sabemos porque nuestros antepasados no la han encontrado, y porque experimentamos que todos nos vamos sin haberla encontrado en las cosas de este mundo.

Surge, pues, una pregunta: Luego, ¿dónde está? Porque una cosa es cierta, la buscamos porque existe ya que en lo más profundo de nuestro ser sentimos desesperadamente el deseo de felicidad. Y, a veces, lo conseguimos o nos aproximamos mucho a conseguirla, pero enseguida experimentamos que la perdemos. No logramos retener esos momentos de felicidad. Es más, nos dejan vacíos e insatisfechos. siempre tenemos más sed, y cada vez mas desesperante.

No podemos obviar la firmeza que estamos equivocados y la pronta reacción a buscar en otro lugar diferente de donde hemos buscado hasta ahora. Eso es lo que nos viene a decir JESÚS: "Lo que buscas, YO, te lo traigo de parte de mi PADRE". 

JESÚS nos dice que "ÉL es el Camino, la Verdad y la Vida", es decir, ÉL es la felicidad inmensa y eterna que todos buscamos y nos la viene a dar. No viene a quitar nada sino a perfeccionarlo y a señalarnos el camino donde podemos encontrar esa perfección que buscamos como locos. Quizás como "la historia del queso (ver aquí)", nos hemos quedamos pasivos, instalados, de brazos cruzados y resignados a morir en la basura de este mundo.

Despierta en mí, SEÑOR, la inquietud de
cambiar el rumbo de mi vida. Llename
de las fuerzas necesarias para saltar
y correr hacia la búsqueda de la
 verdadera felicidad, la que 
nunca se acaba y me
llena plenamente.Amén.

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