miércoles, 2 de marzo de 2011

QUIEN NO VIVE PARA SERVIR, NO SIRVE PARA VIVIR (Mc 10, 32-45)

«El hijo del hombre no ha venido para que le sirvan,

A la hora de seguir a JESÚS comprendemos que no hay otro camino que el servicio. Servicio que pasa por ponernos disponible y en actitud de entrega a los demás. No hay privilegios ni puestos mejores sino servicio y entrega que pasa por ser el último y olvidarte de ti.

JESÚS propone que quiere ser el primero ocupe el último lugar. Y quien quiere ocupar puestos de privilegios se empeñe en servir y ponerse a disposición de los demás. ÉL no viene a ser servido, sino a todo lo contrario: a servir. Y por eso su misión pasa por la humillación, el sufrimiento y la propia muerte por amor. Está entregado a la Voluntad del PADRE para con su Muerte redimirnos, y con su Resurrección, salvarnos.

Y ese es el Camino que los apóstoles tienen que recorrer. Sólo si abrazamos la cruz de cada día, negando nuestros gustos para servir a los demás, conseguiremos identificarnos con Cristo, que vino «a servir y a dar su vida como rescate por muchos» (Mc 10,45). 

Juan Pablo II explicaba que «el servicio de Jesús llega a su plenitud con la muerte en Cruz, o sea, con el don total de sí mismo». Imitemos, pues, a Jesucristo, transformando constantemente nuestro amor a Él en actos de servicio a todas las personas: ricos o pobres, con mucha o poca cultura, jóvenes o ancianos, sin distinciones. Actos de servicio para acercarlos a Dios y liberarlos del pecado.

Sé, JESÚS, que mi capacidad de entrega
y de sufrimiento es limitada. Sé que
no estoy capacitado para tan alta
misión, pero, sé también que
TÚ me has prometido acompañarme
en la tarea, y eso me basta.

Contigo tendré las fuerzas, la
luz y la paz de poder vencer
todo obstáculo que se presente
en mi camino y, por tu Gracia,
alcanzar la muerte que
me espera por amor. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.