martes, 3 de mayo de 2011

CUESTIÓN DE CRITERIOS (Jn 14, 6-14)

Jesús le respondió: "Yo soy el...

Cambiar la mentalidad de una persona es tarea ardua y difícil. Se necesita mucha paciencia y aprovechar los momentos puntuales y oportunos para hacerle ver donde se encuentra y hasta donde debe moverse. Se trata de dejar viejas convicciones deformadas y erróneas y tomar las actitudes verdaderas.

Los Apóstoles estaban imbuidos de las ideas que los judíos se habían formado sobre la persona del Mesías: esperaban un liberador terrenal y político, mientras que la persona de Jesús no respondía en absoluto a estas imágenes preconcebidas. Ante este dilema, se quedan perplejos, confusos y desorientados. No entienden nada.

Los Apóstoles no acababan de entender la unidad entre el Padre y Jesús, no alcanzaban a ver al Dios y Hombre en la persona de Jesús. Él no se limita a demostrar su igualdad con el Padre, sino que también les recuerda que ellos serán los que continuarán su obra salvadora: les otorga el poder de hacer milagros, les promete que estará siempre con ellos, y cualquier cosa que pidan en su nombre, se la concederá.
 
JESÚS se muestra como el Camino, la Verdad y la Vida y sólo por, con y en ÉL podremos llegar al PADRE. ÉL es la salvación eterna. Y en ÉL seremos capaces de hacer sus mismas obras: «El que crea en mí, hará él también las obras que yo hago, y hará mayores aún, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré».
 
Posiblemente, SEÑOR, no estamos convencido,
porque TÚ nos lo has dicho: "Si creemos en
TI podemos hacer tus mismas obras".

Nuestra fe es pequeña, pues no produce tus mismos 
frutos. Pero queremos hacerlo, SEÑOR, 
y en tus Manos nos abandonamos. Amén.

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