jueves, 14 de julio de 2011

EL VERDADERO DESCANSO ESTÁ EN JESÚS (Mt 11, 28-30)


¿Quién no se ha sentido cansado, fracasado, desfallecer y dispuesto a abandonar el proyecto o el camino emprendido? Sin lugar a duda, todos. Y más a menudo que lo que pensamos, pues cada día tenemos que hacer verdaderos esfuerzos para levantarnos y volver a emprender las faenas que hemos dejado el día anterior, o volver a reanudar lo que corresponde a cada día.

Incluso, para muchos, se hace duro soportar cada día el tiempo de su vida y gastarlo de forma aburrida, sin horizontes y cansina. De cualquier forma, con el paso del tiempo vamos experimentando que todo empieza de nuevo, y que nada satisface nuestras ansias de felicidad y gozo. Lo bueno dura poco, es frase acuñada en nuestro corazón, y llegado algún tiempo bueno nos prestamos a consumirlo rápidamente antes de que se nos vaya. Prisas y prisas, siempre las repetidas y agobiantes prisas.

Y finalmente nos sentimos cansados, frustrados, resignados, hasta el punto de que aceptamos con resignación de que esta vida es así y ¡qué vamos a hacer!, aguantar hasta el momento de nuestra hora. Con el paso del tiempo vamos considerando la vida como una carga y un peso que nos agobia y nos desespera. ¡Y vaya equivocación!

JESÚS nos dice hoy que eso no es así. Que ÉL ha venido para que cuando estemos cansados y agobiados acudamos a ÉL. Qué en ÉL encontraremos paz, tranquilidad y todo lo que buscamos, porque estamos hechos en, por y para ÉL, y sólo en ÉL encontraremos la razón de nuestro ser y nuestra felicidad. Por eso buscar en otro lugar es gastar nuestro tiempo en cosas corruptas y basura, porque nuestro tesoro está en JESÚS.

Enseñame, JESÚS, a saber buscar la verdadera paz,
el verdadero descanso y la verdadera felicidad
en tu regazo, porque sólo en TI podemos
encontrar la felicidad que buscamos. Amén.

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