viernes, 30 de septiembre de 2011

SIEMPRE ESTAMOS A TIEMPO DE ABRIR NUESTRO CORAZÓN

Lucas 10, 13-16

Parece paradójico, pero ocurre que a muchos se les ha concedido la gracia de ver y oír muchos gestos y palabras, pero no responden con sus vidas a lo oído. Ocurre que hay, entre las cuales me pregunto a mí mismo, muchas personas que estando dentro de la Iglesia o de familias religiosas, no responden a la llamada vocacional de conversión que de ellos se espera.

JESÚS nos dice hoy lo acontecido con en Corazín, Betsaida y Cafarnaúm, ciudades donde predicó mucho y donde realizó muchos milagros, pero no por eso se convirtieron. Sin embargo, en otras ciudades como Tiro y Sidón, con menos presencia de su Palabra y Persona, fue mejor acogida su Palabra.

Por eso, en el juicio habrá menos rigor para unos que para otros. Todo está en proporción a lo recibido. A quien mucho se le ha dado, mucho también se le exigirá. Y a quien poco, poco. 

Esta Palabra de hoy nos puede ayudar a reflexionar, al menos a mí, sobre la responsabilidad que tenemos aquellos que más cerca nos sentimos. No por eso somos mejores, sino por nuestro humilde empeño de vivir su Palabra y acompañarla de vivencias llenas de amor. Mirar para otro lado, o aparentar otras apariencias son sólo autoengaños que nos condenan.

Haz, SEÑOR, que mi vida sea un empeño
por reflejar tu Palabra, pero no sólo
de boca, sino también 
de vida. Amén.

jueves, 29 de septiembre de 2011

NO ES TAN SENCILLO CREER... (Jn 1, 47-51)


Muchos han creído a lo largo de toda la historia. Creyó Abrahan, Isaac, Jacob... María, José... Pedro, Santiago, Juan... el Centurión, el buen ladrón y muchos y muchos... Pero esa fe, regalo de DIOS, hay que buscarla y dejarse empapar de ella como si de niños que creen todo lo que sus padres les dicen.
Hablar de que Natanael creyó porque JESÚS le adivinó que poco antes estaba sentado debajo de la higuera, es hablar de muchas cosas que nos dicen y que no podemos rebatir y sentimos como verdaderas, pero no por eso creemos. Hablar de que la Ley Natural que habita en nuestro corazón coincide con la que JESÚS proclama con su Palabra, es como decirnos que sabe como somos, qué pensamos y qué queremos, pero no por eso creemos.

Sin embargo muchos si que han creídos. Y el apóstol Natanael, más tarde, San Bartolomé, creyó desde el primer momento cuando JESÚS le dijo que le conocía. También a nosotros, a cada uno de nosotros, JESÚS, nos conoces y nos llama y nos adivina que queremos y que buscamos. Sabemos, aunque miremos para otro lado, que lo que buscamos sólo ÉL nos lo puede dar.

SEÑOR, TÚ, sólo TÚ tienes Palabra de Vida
Eterna. ¿A quién iré? Sólo en TI podré
encontrar lo que busco y deseo.

Dame, SEÑOR, esa felicidad eterna que 
persigo y que sólo encontraré
cuando llegue a TI. Amén.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

¡Gracias por influir sobre el PP para que se comprometa por escrito a derogar la ley del aborto!

¡Gracias por influir sobre el PP para que se comprometa por escrito a derogar la ley del aborto!

SEGUIR ES CAMBIAR EL RUMBO DE MI VIDA (Lc 9, 57-62)


Detrás de un seguimiento hay un cambio. Indudablemente, cuando caminas por la vida y, de repente, algo o Alguien te llama la atención, lo primero, te paras, e inmediatamente empiezas otro camino detrás de aquello o Aquel que ha llamado tu atención.

Luego, experimentas que ese seguimiento comporta sacrificios y dificultades, y se te hace difícil seguir sus pasos. Todavía más cuando descubres que no hay morada estable ni donde apoyar tu inquieta y cansada cabeza. La travesía se hace dura y fatigosa. 

Nuestro corazón, endurecido por el pecado, está oscuro, nublado y no ve el horizonte que realmente buscamos. La Ley natural y los Mandamientos impreso en nuestros corazones, están escondidos y ocultos por nuestras limitaciones, cegueras y caídas. Son las consecuencias del pecado. Se hace que muy difícil el camino de seguimiento. Lo percibimos y experimentamos.

Pero, el Amor del PADRE, que entrega a su HIJO a una Muerte de Cruz por Amor, nos redime y por sus méritos se hace la luz en nuestros corazones. Lo oscurecido por el pecado se torna ahora claro, iluminado y despejado. Volvemos a percibir en nuestro corazón la impronta de la Ley Natural y el Decálogo. Pero con un importante matiz, es JESÚS quien ha vuelto a escribirlo en nuestros corazones. La Plenitud de la Salvación.

Y ahora con una salvedad, podemos seguirle porque no vamos solos. Nos acompaña el ESPÍRITU SANTO, que nos asiste y nos fortalece para poder llevar a cabo ese seguimiento imposible en otras circunstancias. Es la Vida de la Gracia, ganada por JESÚS para nosotros por la Misericordia del PADRE, que nos hace posible que podamos seguirle.

El camino es angosto y duro, pero si TÚ, SEÑOR,
me llamas a recorrerlo, no debo tener
miedo. Sé que contigo puedo
hacerlo. 

Sí, siento dudas, miedo y flaquezas, pero te
tengo cerca. Te has quedado en la 
Eucaristía, y allí puedo
verte y hablarte.

Y te digo, JESÚS, que quiero seguirte
a pesar de mi debilidad. Que
se me empina el camino,
pero confío que con
tu asistencia
podré seguir tus pasos. Amén.

martes, 27 de septiembre de 2011

BUSCANDO EL LADO POSITIVO (Lc 9, 51-56)

Sucedió que como se iban cumpliendo los días de su asunción...

En muchas ocasiones, como la que hoy nos habla el Evangelio, sentimos enormes deseos de devolver con la misma moneda que nos pagan. Nos ha ocurrido muchas veces, y ocurre en muchas situaciones, sobre todo en grupos y comunidades donde somos inclinados a buscar nuestro propio ego.

Nos descubrimos buscándonos a nosotros mismos e inquietos en alcanzar mayores cotas. Puede ser en estos de los blogs, y me señalo a mí mismo. Quizás, y sin quizás, buscamos más seguidores, mayor poder de influencia... Buscamos se el centro de atención de otros. Ser visitado frecuentemente y numerosamente, y recibir halagos y ser admirados.

Sí, decimos que todo eso lo hacemos por llevar a JESÚS a otros, pero, sin darnos cuenta, nos autoengañamos, traicionamos nuestra conciencia y hacemos, como decía Pablo, lo que no queremos. Porque un acto de traición es dejar de hacer lo que pensamos que debemos hacer. Y, casi siempre, sentimos que debemos negarnos, pero buscamos engrandecernos. Nunca queremos ser de los últimos. Siempre buscamos ser de la partida de los primeros.

Y JESÚS nos dice que los primeros serán los últimos. Y lo creemos y lo intentamos, pero percibimos que difícilmente podremos lograrlo sin su concurso. Sólo en ÉL podemos liberarnos de todas esas ataduras que nos esclavizan y nos hacen egoístas. Por eso, hoy, JESÚS, nos llama a que nosotros sepamos también aprovechar las correcciones, las contrariedades, sufrimientos, fracasos, limitaciones, para comenzar y recomenzar.

SEÑOR, que asuma, al despertar de cada día
la tarea de volver a empezar. De
olvidar lo pasado del día
acabado, y comenzar
un nuevo día.

Comenzar en tu presencia, junto a TI, para
ver todo con ojos llenos de paz, de
ternura, de esperanza y de
amor, y sepa cuando 
todo se vuelva
negro, mirarte a TI. Amén.

lunes, 26 de septiembre de 2011

SER SENCILLO Y HUMILDE, EL CAMINO PARA SER MAYOR (Lc 9, 46-50)

No es el esfuerzo, ni las ansías de ser reconocido, apreciado, considerado importante, ni tampoco el poder ni las riquezas lo que te hará llegar a los primeros puestos, pues detrás del aparente logro se esconde envidias, deseos de zancadillas y ansías de usurpar tu puesto.
La medida para ser de los primeros pasa por lo sencillo y lo humilde. Características que se encarnan en los más pequeños, los niños. JESÚS, conocedor de esto, hace el gesto, antes de hablar, de colocar a un niño delante de sus discípulos y llamarles a la atención de esforzarse en ser como niños. Porque son los niños transparentes, sin malicias nacidas del corazón, sencillos y humildes, porque se reconocen frágiles y débiles, necesitados de la seguridad y protección de un padre bueno.
Y observamos que, guardando la sencillez y la humildad, somos más aceptados, reconocidos, admirados y tenidos en cuenta, porque sólo buscando el bien de los demás buscamos nuestro propio bien. Es la paradoja de quien más da más recibe.

 
Sólo pido, SEÑOR, que me des un corazón
sencillo y humilde, porque sólo de
esa forma puedo alcanzar
la meta de estar
entre tus elegido. Amén.

domingo, 25 de septiembre de 2011

LA PALABRA PRECIPITADA... (Mt 20, 28-32)


Y falta de reflexión. La primera dificultad, nuestra comodidad y pereza, y, a continuación, nuestros egoísmos y vanidades son los obstáculos que nos salen al paso ante la respuesta a nuestro servicio solicitado. Y, esos nuestros apegos, nos ciegan sea quien sea quien nos solicite nuestra colaboración. Incluso, como es este caso, nuestro propio padre.

Hay una falta grave, muy grave, en cuanto se refiere al incumplimiento de nuestra palabra. No medimos lo que decimos y, al parecer, nos tiene sin cuidado. Ya nuestra palabra carece de valor. No nos importa mentir.

Pero, siempre hay momentos y oportunidad de rectificar. Sobre todo cuando, hecha la reflexión, nuestra conciencia natural nos alumbra el deber de corresponder con la llamada de nuestro padre. Es de ley natural responder con un sí, pero un sí que se concrete en la realización de la responsabilidad contraída. Porque el amor, impronta de nuestro ser, nos reclama corresponder a la llamada de Aquel del que todo lo hemos recibido.

PADRE mío, que nunca, al menos de forma consciente
deje de escucharte y responder a tus deseos. Sé 
que mis debilidades me lo ponen difícil,
pero también sé y quiero confiar
que tu Gracia y tu Fortaleza
me ayudaran a cumplirla. Amén.

sábado, 24 de septiembre de 2011

LA HUIDA DEL PODER (Lc 9, 43b-45)


Del poder que impone tus caprichos, tus apegos, tus intereses, tus ambiciones, tus egoísmos y por los que sometes a los que se interponen en tus pasos. Del poder que se engendra en la soberbia y excluye la humildad; del poder del propio ego que sólo piensa en sí mismo y excluye a los demás. Del poder del desamor.

JESÚS, que viene por amor, y por amor entrega, según la Voluntad del PADRE, su vida en rescate de la de todos los hombres, intuye su hora y la presentación de su verdadera credencial, "el amor", y, en base a ello, anuncia a unos discípulos perplejos y temerosos el momento de su entrega sin resistencia por amor.

Es el amor la bandera que superará, a pesar de su aparente derrota, toda batalla y toda guerra, y vencerá el mal de los hombres. Los cristianos, 20 siglos y 11 años después, seguimos en la misma dirección. Seguir a JESÚS comportará el sacrificio, la flagelación, el rechazo, las risas y bofetadas, y en algunos, muchos, la muerte. 

Pero esa es la moneda que salda todas nuestras deudas, sumada a la de XTO.JESÚS, la que da valor a todas las demás, y la que tenemos que llevar siempre en la cartera de nuestro corazón para entregarla en caso de ser requerida por el impuesto del poder y la soberbia. Nuestra moneda estará siempre, al menos eso queremos, dispuesta a ser valorada en humildad y entregada por amor. No admite otras divisas ni contrapartidas. Por eso en muchos casos, o casi siempre, será despreciada y desvalorada. En este mundo, ciego y ensoberbecido, no descubren su valor, buscan ciegamente otros, caducos y finitos.

Sí, SEÑOR, no entendemos nada. Nos es difícil entender
tu muerte, tu entrega dócil, callada, serena, en
paz. TÚ que con sólo mover un dedo 
acabarías con todos. TÚ que
has demostrado ser
SEÑOR de la 
vida y muerte.

Pero creemos en TI. Sabemos que sólo TÚ tienes palabra
de vida eterna y sólo TÚ das sentido a nuestras
vidas. Esperamos, aún perplejos y sin
entender nada en TI, poque TÚ
eres nuestra esperanza
y salvación. Amén.

viernes, 23 de septiembre de 2011

PARA TI, ¿QUIÉN ES CRISTO? (Lc 9, 18-22)


Es la pregunta más difícil y dura de responder, porque dependiendo de lo que respondas te estás comprometiendo a vivir de acuerdo con esa respuesta. Claro, dando por sentado que eres una persona sensata, seria y responsable con lo que respondes y, por lo tanto, crees.

Eso no te exime de tus flaquezas, de tus fallos, de tus limitaciones y errores, que te harán caer en la trampa más de una vez. Que te harán cometer faltas y fallos con los que otros te señalaran y trataran de derrumbarte. Que te impedirán seguir a JESÚS, pero de cualquier modo, al final, depende de tu querer y voluntad, y todo lo que falte y tú no puedas, no te preocupes, lo pondrá el ESPÍRITU SANTO, enviado para asistirnos y ayudarnos en el camino de seguimiento a JESÚS.

Pedro, asistido por el ESPÍRITU SANTO, responde a JESÚS manifestándole su Divinidad y su Dignidad de ser la Segunda Persona de la Santísima Trinidad. El HIJO de DIOS Vivo. Y JESÚS conscientes de nuestra incredulidad y de nuestras limitaciones para entenderlo les prohibe que lo digan, pues no lo van a entender. 

Necesitamos tiempo, necesitamos la Resurrección, necesitamos que la Gloria del SEÑOR sea manifestada y consumida para que, por su Mérito, nuestro rescate de salvación tenga lugar. Es, entonces, cuando la Buena Noticia será extendida, lanzada a los cuatro vientos para ser oída y, con la asistencia del ESPÍRITU SANTO, podamos entenderla.

DIOS mío, danos la sabiduría de poder entender
que, con tu Muerte y Resurrección,
has pagado nuestro rescate
y nuestra salvación. Amén.

jueves, 22 de septiembre de 2011

ESTABA PERPLEJO (Lc 9, 7-9)

Herodes Antipas estaba...

Posiblemente a cada uno de nosotros nos pase lo mismo, estamos perplejos, porque ante la figura de JESÚS no puede uno reaccionar de otra forma. Perplejo ante su manera de actuar ante las personas que salen a su encuentro; perplejo porque no entendemos como se puede amar a aquel que no te ama y, es más, te odia o actúa como tal. Realmente, JESÚS es diferente y su estilo de vida y de actos no concuerdan con los criterios de este mundo.

Yo también me quedo perplejo, porque no entiendo cómo es posible que ante su Figura, hoy, después de 20 siglos y casi once años, muchos no entendamos que es lo que pasa. Porque hay gente que vuelven a la vida (puede ser mi experiencia), otros que sanan milagrosamente (Medjugorje, Lourdes, Fátima...etc) y muchas cosas más que nos sorprenden... Sin embargo, unos dicen que es Alguien importante pero nada más, otros creen que está muerto y se erigen ellos como su sucesor, otros se dicen ser ellos los enviados... pero tú y yo, ¿qué decimos?

Porque eso es lo importante. Yo sigo, con todas mis fuerzas, SEÑOR, creyendo en TI. Y aunque no sea dueño de mis sentimientos, y tenga las ataduras de mi pobre humanidad, me empeño fuertemente en creer en TI y proclamarte como el Único y Verdadero HIJO de DIOS, que con tu Muerte y Resurrección nos redime y nos rescata para la Gloria Eterna en presencia del PADRE.

SEÑOR JESÚS, TÚ eres el HIJO de DIOS Vivo,
la Segunda Persona de la Santísima
Trinidad. En el que has puesto
toda tu complacencia, y al
que has enviado a
pagar por
nuestro rescate. Amén.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

SALIR DE NUESTRO PECADO (Mt 9, 9-13)

Al marchar Jesús de allí, vio a un hombre...

La raíz del problema está en que no vemos la profundidad hasta donde está hundida. Posiblemente, los unos tenga parte de culpa, pero los otros también. O, puede ocurrir, que unos no teniendo ninguna culpa o, mejor, no siendo parte del problema, tengan que admitir tenerlo para contentar a otros.

No necesitan médicos los fueras de culpa, los limpios de pecado, sino los pecadores. Son ellos los que tienen necesidad de médicos, pero también, mucha necesidad, de dejarse curar. Porque si no hay esa actitud no podrá darse las circunstancias del diálogo reparador y purificador. Y entre unos y otros, asumiendo su fragilidad, pueden encontrar la respuesta al perdón y la concordia.

Y eso pasó por la cabeza de Mateo. Al menos nos da ese testimonio de querer salir y responder a la llamada de JESÚS. Se supone que no se encontraba feliz con lo que hacía y que ansiaba liberarse. Y en JESÚS encuentra al Médico que le cura y le sana. Se libera de todas sus ataduras y las comparte con otros pecadores que invita a que encuentren ellos también la liberación. No sabemos de otros, sólo que Mateo desde aquel momento siguió al SEÑOR JESÚS.

El médico necesita un enfermo que le responda, que confíe en él y que siga sus instrucciones. Mateo nos testimonia que así lo hizo. ¿Estamos también nosotros dispuesto a ello? Quedar sanado y limpio no sólo depende del SEÑOR, pues ÉL nos ama hasta el extremo de dar la vida por nosotros, pero deja en nuestras manos la elección de aceptar y tomar esa salvación.

Por intersección del Apóstol san Mateo, te pedimos, SEÑOR JESÚS
que nos limpie de todo pecado y que nos des las fuerzas
necesarias para, al ejemplo de san Mateo, seamos
fieles a tu llamada y capaces de desapegarnos
de todas aquellas cadenas que nos esclavizan. Amén.

martes, 20 de septiembre de 2011

LOS QUE OYEN Y CUMPLEN (Lc 8, 19-21)

La madre y los hermanos de Jesús le buscaban...

No hacen falta más palabras, todo está dicho. Sólo se necesita unos oídos para oír y un corazón abierto a dejar que esas Palabras oídas echen raíces hasta fructificar en buenos frutos. Y los que hacen eso son la verdadera Madre y hermanos, porque oyen la Palabra y la cumplen.

¿Alguien ha cumplido la Palabra del SEÑOR mejor que María, la Madre de DIOS? A la invitación del Ángel san Gabriel, María responde, no sin estar sorprendida, con un "SÍ" firme y comprometido. Su vida desnuda su sana y auténtica respuesta en un compromiso que llega hasta la Cruz. No hacen falta palabras ni gestos ni testimonios. Su actitud y los hechos de su vida lo gritan hasta dejarla clavada al pie de la Cruz. Más no se puede llegar.

Fue la Primera que lo vio nacer y la última que lo vio morir. Allí, al pie de la Cruz, con el discípulo fiel y amado. Esa es la verdadera Madre de DIOS, no podía ser de otra forma, y los verdaderos hermanos representados en Juan. 

Por eso, JESÚS lo dice claramente: aquellos que quieran ser herman@s, Madre no hay más que una, que hagan lo que hizo mi verdadera Madre: "Escuchar y cumplir la Palabra de mi PADRE DIOS. Porque María, aparentemente lejos de ser ofendida o marginada, es exaltada como el ejemplo humano más evidente, firme, obediente, humilde y sumiso a la Palabra de DIOS: "Hágase en mí según tu Palabra". Más no se puede decir.

Por eso, Madre mía, tú que supiste estar a la altura
de ser la elegida por el PADRE para dar luz
a su HIJO JESÚS, siendo tú también
su Madre, intercede por todos
nosotros para que sepamos
también responder
como tú. Amen.

lunes, 19 de septiembre de 2011

NO SOBRAN LAS PALABRAS, PERO... (Lc 8, 16-18)

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «Nadie enciende...

De nada sirve ni vale hablar y hablar si luego se camina de forma diferente a lo hablado. La Palabra necesita ir al mismo paso que los hechos. Si no van acompasadas se rompe la armonía, y el orden no se puede guardar. Tarde o temprano la fila se rompe.

La luz que no ilumina no es luz. Podrán llamarla luz pero no es luz, poque lo esencial de la luz es iluminar. Pero para que la luz ilumine tiene que ir acompañada, no sólo del haz luminoso que aclara la oscuridad, sino de la acción que testimonia lo que refleja la luz. Porque de no ser así todo quedará en simple espejismo, y, ya sabemos, que el espejismo es el reflejo de la mentira.

Por eso, DIOS mío, dame la sabiduría que nace de TI.
Aquella que no sólo predica con la palabra
sino que testimonia también con el
ejemplo. Amén.

domingo, 18 de septiembre de 2011

BUSCAR LOS ÚLTIMOS PUESTOS (Mt 20, 1-16)

DIMAS EL BUEN LADRÓN
La imagen y conversión de Dimas, el buen ladrón, nos sirve de testimonio y ejemplo para darnos cuenta que con el SEÑOR no cuenta el tiempo ni los méritos de nuestro trabajo, sino la intención más profunda de nuestro corazón. En los últimos momentos de su vida, San Dimas, alcanzó la dicha de estar junto a JESÚS ese mismo día, después de su muerte. Esa fue la promesa de JESÚS: "en verdad te digo que hoy mismo estarás conmigo en el paraíso".

 Reflexionando desde este pasaje evangélico observamos que los criterios de JESÚS non son los criterios de los hombres. El SEÑOR no mira nuestro trabajo ni el tiempo empleado, sino nuestra actitud y nuestra recta intención. Puede ser sólo un gesto lo que haga que, por la Misericordia y Bondad del SEÑOR, recibamos su Perdón y su Gracia.

Aquellas palabras del Centurión fueron suficiente para conmover a JESÚS hasta el punto de sorprenderlo y concederle la curación de su siervo. Lo mismo nos dice ahora, hoy en el Evangelio, sobre el pago a los obreros convocados a trabajar en la viña. Paga lo mismo a los últimos como a los primeros. Lo importante es responder a la convocatoria, no la hora o el tiempo del trabajo. Se trata de acudir a la llamada del SEÑOR y aceptar su Palabra y el trabajo convenido y señalado.

Por eso siempre hay tiempo, porque siempre estamos siendo llamados. Quizás ahora, tú que lees estas humildes palabras puedas sentirte llamado a empezar tu obra, tu trabajo, tu llamada a la viña del SEÑOR para empezar tu propia faena. Llegará el día de tu paga y serás recompensado como el primero. Sea el tiempo que sea, la hora que sea, el trabajo que sea. San Dimas, ejemplo de los últimos, nos aclara como paga el SEÑOR.

 Dame SEÑOR la sabiduría de acudir a tu llamada y
responder al trabajo que TÚ me encomiendes.
Que esté atento a tu convocatoria y no
me distraiga con los ruidos de este
mundo. Y que sepa entender y
conformarme con tu paga,
porque lo que TÚ me
 des, es lo que me merezco. Amén.

sábado, 17 de septiembre de 2011

A LA HORA DE LA PRUEBA MUCHOS SE RETIRAN (Lc 8, 4-15)


Es el momento de la hora cuando la verdad sale a relucir. Porque cuando las cosas son importantes son en los momentos de la hora. Nadie va a cuestionarse nada en los momentos de alegría, de viento en popa a toda vela, de bienestar y comodidades. Las cosas empiezan a ir mal cuando falta el agua, cuando el sol abraza y la semilla amenaza muerte y destrucción. Mejor, cuando la semilla se hace débil.

Es la hora de la confianza, de la paciencia, de la fe y la perseverancia, pues el Sembrador no dejará que la semilla se pudra inútilmente, sino que hará que su muerte sea fértil y de muchos frutos. Ese es el momento culminante de nuestra fe, de la tierra buena.

Porque cuando la prueba, el dolor y la enfermedad, la tristeza y el sufrimiento, se hacen visibles en nuestras vidas, es cuando la tierra debe ser más atendida y cultivada con la Oración, con la Penitencia, con la Eucaristía, con la actitud de perseveran, de mantenerse fiel y obediente, como María, y hacerse esclavo de la Voluntad del SEÑOR. Es el momento de la prueba cuando muchos se retiran y justifican silencios y desatenciones. Es el momento de la prueba cuando el Diablo está al acecho.

SEÑOR, que me convierta en tierra buena, en tierra
que sepa aguantar las embestidas del tiempo,
las embestidas del frío, de la escasa
lluvia y del calor abrazante.

SEÑOR, que no desesperes en esos momentos de 
incertidumbre y de tempestades, que
sepa encontrar en TI la esperanza
de sentirme seguro y salvado. Amén.

viernes, 16 de septiembre de 2011

NO SÓLO SER, SINO TAMBIÉN PARECER (Lc 8, 1-3)


No basta con ser creyente católico, sino que también hay que intentar y esforzarse en parecerlo, porque al hacerlo estamos proclamándolo. Por eso, JESÚS no se limitó solamente a manifestar que era el HIJO de DIOS sino que iba por los pueblos proclamándolo y perdonando a todo aquel que se acercaba con arrepentimiento y fe.

Por eso, la familia bloguera no sólo trata de proclamar sino que se empeña en evangelizar también llevando a todos los lugares la Palabra de DIOS. Ese fue el objetivo del 1er Encuentro Bloguero de creyentes católico celebrado el 17 de agosto pasado con motivo de la JMJ, y en apoyo al Papa. Tratamos de ser creyentes católicos y de también parecerlo.

Porque por nuestro compromiso de Bautismo estamos llamados y comprometidos a proclamar que JESÚS es la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, y que ÉL es nuestra esperanza y salvación. Y lo hacemos, injertados en ÉL, cada vez que obramos el bien; cada vez que nos acercamos a alguien con la sana intención de ayudarle, de poner palabras de paz y de justicia.

Que sepa, SEÑOR, proclamar, cada día, tu Palabra
con mi vida y ejemplo. Se de mi pobreza y
de mis limitaciones, pero confío en
tu Gracia para poder, en el
ESPÍRITU SANTO, 
transmitir tu Palabra. Amén.

jueves, 15 de septiembre de 2011

SÓLO DESDE EL DOLOR Y EL SUFRIMIENTO SE ENTIENDE EL AMOR (Lc 2, 33-35. Jn 19, 25-27)

 Nuestra Señora de Los Volcanes. Patrona de Lanzarote.

El amor se descubre en la adversidad. Por eso, no hay más amor que el que da un padre y una madre, porque lo dan todo desde la gratuidad y hasta el extremo. Al menos así lo sienten. Y eso hizo María, guardarlo todo en su corazón obediente y entregado hasta aceptarlo y sufrirlo con paciencia y fidelidad a la Voluntad del PADRE.

La Cruz es el momento de la prueba, es el momento del testigo de una amor comprometido y confiado al compromiso de la fe. Es la hora de la entrega del hijo a su Madre, y de la Madre al hijo. Nadie es huérfano, nadie queda sin Madre, porque en la Cruz hemos recibo todo el amor de un PADRE que nos da a su misma Madre. María, Madre de DIOS, es también desde la Cruz, Madre de todos los hombres.

Señora, Madre de los Dolores y Madre mía, ayúdame desde
el dolor de la Cruz, que sólo tú pasaste y experimentas,
a aceptar y asumir yo también mis dolores y
mi propia cruz.

Madre mía, a tu amparo me acojo y me entrego,
para que, por tu intersección, sepa encontrar
mi camino de cruz, que sé que lo tengo, y
soportarlo en tu HIJO JESÚS. Amén.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

LO QUE NO SE TIENE NO SE PUEDE DAR (Jn 3, 13-17)

En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: «Nadie ha subido al ...

Porque sólo se puede dar de aquello que se tiene. Así, sólo Quien haya bajado del Cielo, puede subir a él, el HIJO del Hombre.Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en Él tenga vida eterna.

Sólo desde la Cruz podemos encontrar al SEÑOR, porque sólo en el dolor y el sufrimiento necesitamos de ÉL. Sería difícil que, aunque también está, lo podamos ver en la vida fácil, cómoda y a favor de corriente, porque en esos momentos nada nos hace falta. Y cuando no hay necesidades, tampoco hay búsquedas ni inquietudes. Todo está bien. Es lo que sucede cuando tu equipo gana. Se ven los errores, pero sin darle mucha importancia. Se ha ganado que es lo importante.

Por eso, JESÚS nos habla y nos redime desde el dolor, desde el sufrimiento, desde la Cruz. No son sólo Palabras, sino vida testimoniada al final en una muerte de Cruz. Es la autoridad de Aquel que nos salva y nos redime. DIOS PADRE se nos presenta cuando más lo necesitamos, en el dolor y la enfermedad; en los contratiempos y tempestades; cuando la vida se pone dura y difícil de soportar; en las cruces que salen en nuestro peregrinar, porque aunque nos las veamos, están ahí y sabemos que llegarán. Ahí está el SEÑOR, para darnos esperanza y salvación.

DIOS mío, sé que mi vida tiene cruces. Cruces que
desprende dolor y sufrimiento, pero TÚ me
has enseñado primero que eso no es
el final, sino el paso, por la
Cruz, para la Vida Eterna. Amén.

martes, 13 de septiembre de 2011

ÉL ES SEÑOR DE LA VIDA Y DE LA MUERTE (Lc 7, 11-17)


Encontrarse con JESÚS es renacer a la vida eterna, pero, a pesar de eso, evidente y asombroso para muchos de sus contemporáneos, me pregunto, ¿cuántos de aquellas personas que presenciaron la resurrección del hijo de la viuda de Naín creyeron en el SEÑOR? Y cuando digo creyeron en el SEÑOR me estoy refiriendo a que sus vidas dieron un giro de 360 grados.

Porque hoy ocurre lo mismo. Muchos  de los que leemos esta Palabra del SEÑOR continuamos nuestra vida impasible y sin inmutarnos. Otros ni se preocupan de leerla, menos vivirla, y de oírla casualmente, en nada les influye. Para muchos, este mundo es un mundo cuyo destino es la muerte. Por eso viven la cultura de la muerte y hacen de ella un destino y una meta. Sin embargo, JESÚS es el SEÑOR de la Vida, que vence a la muerte y que proclama que el hombre está hecho para la vida. Por eso la defiende.

Sin embargo, si creo que a muchos de aquellos que allí se encontraban les afectó y cambió su vida. Porque encontrarse con JESÚS significa eso. ¿Quién no cambia cuando encuentra la respuesta a que la muerte no tiene poder sobre él? ¿Quién se queda igual cuando descubre que JESÚS de Nazaret es el SEÑOR de la vida y la muerte? Sería irracional quedarse impasible ante tal evidencia.

Supongo que para aquella viuda y su hijo, la vida cambió en ese sentido. Y supongo que para nosotros, que tratamos de vivir ese encuentro, la vida debe cambiar también. En JESÚS  la vida se hace eterna y gozosa, por eso, buscarlo y encontrarse con ÉL debe ser nuestra mayor aspiración.

¿Estás tú en esas coordenadas? ¿Buscas tú ser eternamente feliz? Es decir, ¿buscas la vida y la felicidad para siempre? ¿Existe? ¿Hay Alguien que lo puede hacer? ¿Dónde lo buscas? Son preguntas que todos nos hacemos, pero ¿tratamos de darles respuestas?

SEÑOR, te pido la luz y la fe para tener los ojos abiertos.
Los ojos del alma que me permitan ver tus
hechos, tu Misericordia, tu poder 
sobre la muerte y la vida. Amén.

lunes, 12 de septiembre de 2011

LA FE ES UN DON DE DIOS (Lc 7, 1-10)


Experimento que, a pesar de que quiero sentir la fe, no puedo, y sólo estoy a merced de que entren en mí esos sentimientos de creer. Quiero significar que el hecho de tener fe no es algo que mi voluntad domine, ni tampoco la puedo comprar en algún lugar. La fe es un don de DIOS y la recibimos cuando, donde y como ÉL quiera.

Otra cosa bien distinta es que, yo quiera tenerla y me empeñe en pedirla y en poner toda mi voluntad, que si puedo dominar, al servicio del empeño de creer. Tengo que confiar que nuestro PADRE DIOS, Bondad y Misericordia Infinita, me la dará en la medida que yo la quiera aceptar y recibir. 

Creo que fue lo que pasó con el Centurión del Evangelio. El pensó que JESÚS podía sanar a su siervo, y no sólo lo pensó, sino que su fe en ello le hizo moverse y enviar, porque no se consideraba digno de pedir ese favor, era extranjero y pensaba no tener derecho a merecer nada, a una misiva a pedirle que sanara a su siervo. 

Incluso, su osada fe le llevó  a pedirle que sólo con unas palabras bastaría para sanarlo, porque se decía: Yo que soy un subalterno tengo siervos que les digo hagan esto, y lo hacen, cuanto más, podía hacer ese JESÚS del que había oído grandes prodigios. Verdaderamente, aquel Centurión había tomado conciencia de que se trataba de Alguien diferente, del SEÑOR de la Vida y la Muerte, del HIJO de DIOS.

Y eso, como ocurrió con Pedro, no es cosa de los hombres, sino de un don que DIOS da al hombre que limpiamente se pone en sus Manos. En estos momentos recuerdo y pienso en los niños. Esos niños tan puros y limpios que creen todo lo que sus padres les dicen, y lo creen tan confiados y seguros que lo hacen. Algo así creo que debe ocurrir con nuestro PADRE DIOS.

DIOS mío, aumenta mi fe y aparta de mí todo deseo
razonador y científico que me incita a sólo 
creer lo que veo.

Dame la sencillez de los niños y la confianza de 
dejarme guiar y llevar por tu Palabra, y,
como el Centurión, que no me 
pregunte el cómo, sino
que confíe en que
una Palabra tuya 
bastará para sanarme. Amén.

domingo, 11 de septiembre de 2011

EL FIN DEL CAMINO: "EL PERDÓN" (Mt 18, 21-35)


El recorrido es largo y está lleno de cruces. Cruces que, queramos o no, llegarán, porque el dolor es algo tan natural que tarde o temprano aparecerá en nuestra vida. En nuestras vidas, el dolor, forma parte de ellas y, observemos, que es bueno que venga, porque en los dolores es donde encontramos a JESÚS, y en ÉL podemos encontrar el perdón de ser perdonados y de perdonar nosotros también.

Es difícil reparar en los demás cuando nosotros estamos en la abundancia, en el gozo e instalados en el bienestar. Es más, no nos hace falta nadie ni nada. Lo estamos pasando bien y en esos momentos de bienestar es difícil encontrarnos con JESÚS. Pero cuando llega el dolor y experimentamos necesidad de sanación, buscamos a quien nos pueda sanar. Y es entonces cuando recurrimos al médico, cuando imploramos la ayuda de los otros.

Sin embargo, hay enfermedades que no puede encontrar sanación sino en JESÚS, SEÑOR de la muerte y la vida, y sólo en ÉL seremos salvados. Es entonces cuando experimentamos que el dolor nos ayuda a encontrarnos y a encontrarlo, y en los dolores experimentamos la vivencia del perdón y de perdonar.

Por eso, en nuestro peregrinar, el camino va dirigido a encontrarnos con el perdón, por la Misericordia de DIOS, y a devolver ese perdón a los hermanos. Esa es la perfección que buscamos y que sólo encontraremos en la celebración constante de nuestra fe; en la vivencia de lo que creemos y celebramos y en la oración permanente con el SEÑOR. Porque sólo el SEÑOR nos habla desde el propio dolor: "La Cruz".

Y no es que queramos las cruces en nuestras vidas, sino que las necesitamos para, desde ellas, experimentar y crecer en el amor y el perdón. Sólo en nuestra propia cruz se produce el encuentro con JESÚS.

PADRE del Cielo, dame la Gracia de aceptar y
experimentar el perdón de tu Amor, y
la fuerza de vivirlo también en
el perdón a los demás como
lo recibo de TI. Amén.

sábado, 10 de septiembre de 2011

LOS SENTIMIENTOS DEL INFIERNO (Lc 6, 43-49)


Sí, habría que reconducir nuestros propios sentimientos, y desde edades muy tempranas, porque de tener claros esos criterios la libertad será más libre y la voluntad será más dueña de dirigirla. Porque una cosa es sentir y otra muy diferente lo que se debe hacer. Todo está en función de nuestras responsabilidades, y para un creyente católico sus responsabilidades nacen de su compromiso de Bautismo.

Siento frío, pero no puedo evitar que no haya frío. Sí, otra cosa, puedo combatirlo y guardarme de sentirlo. Igual puedo sentir deseos de concupiscencias o apegos materiales de muchos ordenes, pero independiente de que sean recto o no, debo guardarme de ellos o, por el contrario, darle salida y realizarlos. Eso es, a mi humilde entender, lo que la Palabra de DIOS me dice hoy.

Un árbol bueno, dará frutos buenos, pero un árbol malo dará frutos malos. Ni el uno, ni el otro pueden cambiar sus frutos, pues antes hubo un tiempo de siembra y cultivo que desembocará en los respectivos frutos que cada uno dará. De la misma forma, tus frutos, los míos, dependerá de la siembre y cultivo de mi vida. Y si celebro, vivo y me relaciono con Aquél en quien creo, mi vida derramará frutos que vendrán de ÉL.

Quiero, SEÑOR, celebrar, vivir y estar unido a
TI cada instante de mi vida, para que
los frutos que de ella provengan
sean semillas de tu propia
vida injertada en mí.

Por eso, SEÑOR de mi vida, te pido que
no dejes que me aleje de TI, que 
tu Rostro lo tenga siempre a
mi lado y presente en
mi vida, y que sea
ÉL quien guíe
mi camino. Amén.

viernes, 9 de septiembre de 2011

QUIEN NO VE, NO PUEDE GUIAR A OTRO QUE TAMPOCO VE (Lc 6, 39-42)


Conocido es por todos la lógica y sentido común que quien es ciego no puede guiarse, ni guiar a otros ciegos. Pero, a pesar de ello, hay muchos que siendo ciegos pretende guiar a otros también ciegos, y, lo peor del caso es que siendo ciegos pretende ver la brizna de otros sin recatarse de las vigas que habitan en ellos.

Porque la peor ceguera no es la de nuestros ojos, sino la de nuestra mente, que busca la felicidad lejos de DIOS y en las cosas caducas de este mundo. Por ello, no se ven a sí mismo, y si ve lo malo de los otros. Y eso desemboca el infierno del odio, la venganza, la envidia... el infierno del bienestar que desata la lucha de clases, de riquezas, de poder, de primero yo y después tú ... etc. Es la ceguera de la cultura donde impera los sentimientos y las apetencias antes que la libertad y la verdad. Sometidos a la oscuridad.

Cuando no miramos, primero para nuestro propio interior, nuestra mirada dirigida al otro no es limpia, porque nos consideramos limpios nosotros y son los demás quienes nos manchan. Ese no mirarnos implica una ceguera por nuestra parte que nos hace ver briznas en los demás, pero no las vigas en nosotros.

Y ese mirarnos significa ser sinceros y testigos con nuestras actos y ejemplos, porque el que ve, actúa limpiamente y sinceramente delante del que no ve, precisamente para que vea y haga lo mismo. Eso es evangelizar. Significa eso que limpiamos su brizna, una vez limpiada nuestra viga.

Te pido, ESPÍRITU SANTO, que guíes mis pasos por 
caminos de verdad y ejemplos. Que primero
ponga mi vida, mi actitud y con ellas, mi
ejemplo.

Porque sólo con la verdad y la acción puedo
limpiar mi viga, y luego proceder a
quitar la brizna de mi hermano. Amén.

jueves, 8 de septiembre de 2011

UNA GENEALOGÍA COMÚN (Mt 1, 1-16. 18-23)


En Miqueas 5, 1-4 se profetiza que Belén de Efrata, pequeña entre las aldeas de Judá, será la cuna del jefe de Israel. JESÚS procede de una aldea muy humilde y pobre, hasta el punto de ser olvidada, marginada y considerada lo peor de Judá. ¿Pero es que de Belén puede salir algo bueno?, llegó a decir Natanael, quien sería el apóstol Bartolomé después.

En el árbol genealógico de JESÚS hay de todo, desde gente humilde, sencilla hasta extranjeras convertidas a la fe, como Rut y Rahab (Rahab era una prostituta) (Mt 1,5) forman parte de los antepasados de JESÚS. Como podemos observar unos antepasados normales y sin nada especial, sólo que la Gracia de nuestro PADRE DIOS estaba con ellos y en ello se iba a cumplir todo lo profetizado hasta la venida de JESÚS de Nazaret.

Pero, lo singular y que asombra es la disposición y disponibilidad de María ante tal acontecimiento. Siempre me pregunto y seguiré preguntándome la fortaleza, la total confianza y la fe de nuestra Madre, la Virgen, hasta el punto de entregarse en voluntad y libertad a la obra de DIOS en su humilde persona: "Eh aquí la esclava del SEÑOR, hágase en mí su Voluntad".

Y ante esto, no cabe otra cosa que preguntarnos: ¿Estoy yo disponiéndome a entregarme, como María, a lo que el SEÑOR quiere de mí? No debo asustarme, pues quizás el SEÑOR no me pide tanto como a María. No se es la Madre de DIOS por casualidad ni cualquiera, pero, al margen de lo que el SEÑOR quiera de mí, sé que donde quiera que esté debo estar atento a empeñarme a amar.

Amar a aquél que me cuesta aceptar; amar a aquél que no me cae bien; amar a aquél que intenta aprovecharse de mí; amar a aquel que trata de engañarme, de mentirme. Amar a aquellos que forman mi familia, a mí mujer con sus manías y virtudes. A mis hijos con sus ideas, rebeldías, apegos y debilidades, y también sus virtudes. A mí mismo, con mis defectos e imperfecciones, y con lo que hago mejor. 

Sí, creo que mi PADRE DIOS me quiere así,
luego, ÉL dirá que más quiere.Quizás
no me pida mucho más, pues mis
fuerzas no dan para más.

Y yo, PADRE Bueno, quiero pedirte que
me des la Gracia de poner a tu
disposición todo el talento
que he recibido de tus
Manos generosas, y
que sepa pedirte
perdón por todos mi fallos. Amén.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

BIENAVENTURADOS TODOS AQUELLOS QUE MIRAN AL CIELO (Lc 6, 20-26)


Porque el que mira al Cielo busca lo que es del Cielo, y en el Cielo está la Verdad. Pero el camino para llegar a él pasa por tener hambre y sed de sentirse pobre, humilde; hambre de justicia, amor y paz. Hambre de ser mejor y de compartir tus riquezas (de todo orden) con los que necesitan algo de ti. 

Porque todos tenemos algo que hace falta al otro. Si te miras, verás que tienes algo que otro necesita: compañía, habilidad, sabiduría, fortaleza, paciencia, conocimiento, inteligencia, verdad...etc. Los talentos han sido repartidos y no por cualquiera, sino por Aquél que es Infinitamente Justo. Y darlos a los demás, como ÉL nos la ha dado, todo de forma gratuita, es amar.

Bienaventurado, nos dice JESÚS hoy, cuando las dificultades del camino nos invitan a aceptarlas, pero en ÉL, con paciencia, con serenidad, con alegría interior, en paz, y con la confianza que estas dificultades nos harán crecer y madurar en la humildad. 

Porque cuando nos empeñamos, soberbia, enfrentarnos solos a nuestros propios problemas considerándonos fuertes y suficiente para ello, es cuando nos perdemos y nos destruímos, es cuando empezamos a construir Babel. Es cuando, el tesoro recibido de la vida eterna y gozosa, lo malgastamos y perdemos. Por eso, Bienaventurados cuando sentimos hambre de DIOS, porque en ÉL está contenido todo lo demás.

Ocurre que cuando en el camino encontramos piedras que nos insultan, nos provocan llantos y sufrimientos. Nos odian, nos injurian,, nos expulsan, nos procriben y nos expulsan por el nombre de JESÚS, que es la Verdad y la Verdad molesta, sintámosno Bienaventurados, porque ese día seremos recompensado en el Cielo. Es en esos momentos cuando realmente estamos en el verdadero camino, cuando experimentamos que atravesamos la puerta estrecha y que rechazamos la ancha.

SEÑOR, decía San Agustín que siempre estaremos
inquietos e insatisfechos. Y es verdad, nunca 
descansaremos hasta encontrarnos y 
descansar en TI, terminaba
diciendo él.

Pues, hoy te pido SEÑOR que avives esa
insatisfacción en mí y nunca permitas
que me aleje de tu Rostro y de
tu compañía. Que siempre
arde en deseo de
búsqueda de TI. Amén.

martes, 6 de septiembre de 2011

TODOS PROCURABAN TOCARLE (Lc 6, 12-19)


Todos procuraban tocarle, porque con ello esperaban ser curados. Con otras palabras, todos buscamos ser sanados para continuar viviendo, es decir, buscamos ser eternos. Y cuando encontramos a Alguien que nos lo puede dar, lo buscamos desesperadamente porque es eso lo que queremos. Y eso es porque en lo más profundo de nuestro corazón tenemos la impronta de nuestro PADRE DIOS: "Ser eternos y felices.

Nuestro anuncio, que es un anuncio de Salvación, tiene que estar fundado en esa premisa: "Estamos salvados en XTO.JESÚS, porque con su Muerte y Resurrección, ha pagado nuestro rescate eterno". Y esto, cuando el hombre enfermo lo oye, corre apresuradamente a tocar, a encontrarse con JESÚS. Pero ocurre que, elegidos muchos, algunos se niegan, así y todo, a seguirle. Fue el caso de Judas, no confió en su Misericordia y se desesperó.

Por eso, en todo discurso del Papa se encuentra una llamada a buscar y vivir en el SEÑOR JESÚS, porque en ÉL y sólo en ÉL está la Vida eterna.

JESÚS nos sirve de referencia a la hora de tomar decisiones. Antes ora, y largo rato, para pedir asistencia y luz a su PADRE. Los doce fueron elegidos, no al azar, sino escogidos por la Voluntad del PADRE. También ocurre con nosotros. Hemos nacido no por un capricho sino, por mediación de nuestros padres, elegidos por nuestro PADRE DIOS para la vida y no para la muerte. Por eso nadie debe arrogarse el poder de poder quitarla. La vida es la elección que DIOS ha hecho para cada uno de nosotros.

No tengamos miedo de proclamar la Palabra de DIOS, porque todos, ciegos o videntes la buscamos necesariamente. Tenemos necesidad de ser curados y sólo ÉL cura nuestras dolencias eternamente.
Te busco, SEÑOR, porque sólo TÚ curas mi dolor.
Porque sólo TÚ sanas mi enfermedad. No
hay otra medicina sanadora sino la
tuya. Y sólo en TI puedo
encontrar la única
y verdadera curación. Amén.

lunes, 5 de septiembre de 2011

¿OBEDECERÍA YO A JESÚS? (Lc 6, 6-11)


Es fácil leer a posteriori y decidir al respecto, pero sería otra cosa tener esa experiencia en vivo, en directo. ¿Le haría yo caso a JESÚS? ¿Me pondría donde JESÚS me dice y extendería mi brazo como ÉL me lo dijese? Son imaginarias palabras que no van a tener lugar en ese escenario, pero si ocurre en el nuestro propio.

¿Me estará diciendo JESÚS que extienda mi brazo y que le siga? Me estará diciendo JESÚS que hable a los hombres, con mi ejemplo, con mi vida y con mi testimonio de amor? ¿Querrá JESÚS que construya un mundo mejor con los hombres, y no sólo? ¿Me repetirá que haga todo el esfuerzo posible de mi parte para amar, y que lo demás corre de su cuenta? 

¿O simplemente no me dice nada porque yo me ofusco y no quiero oír sino aquello que, de antemano, quiero oír? Y, sin más razonamiento ni reflexión, buscamos la manera de quitarlo de nuestras vidas.

¡SEÑOR!, yo quiero extender mi brazo como, cuando y
donde TÚ me digas. Sea sábado u otro día.
Cuando TÚ lo digas, porque en
TI, por TI y Contigo quiero
hacer el bien y amar. Amén.

domingo, 4 de septiembre de 2011

SE HACE NECESARIO SABERNOS IMPERFECTOS (Mt 18, 15-20)


Porque si partimos desde ahí, podemos saber que tenemos muchas cosas que corregir, muchas cosas que mejorar y muchas cosas que aprender para perfeccionarlas. Y en esa actitud las correcciones fraternales que nos hagan, serán mejor acogidas y aceptadas.

Tenemos el deber de advertir al hermano y amigo de lo que, la comunidad, entiende que hace mal, y el derecho de que se nos escuche y atienda. Lo que en mí es un deber, se hace derecho en el otro, y viceversa. Tanto el equivocado como el conocedor de la equivocación están llamados a verse y a descubrirse en el error y la corrección.

Pues, depende de uno y del otro que la corrección fraternal sea bien entendida y aceptada. Así las cosas, todo quedará zanjado y la armonía reinará en la comunidad. De apoderarse la soberbia y el orgullo de la corrección, todo se verá oscuro y la luz quedará oculta y cerrada a la verdad. Entonces, reiterado el intento de hacer luz, habrá que dejar en la oscuridad a aquél que quiere, siendo advertido, permanecer en ella.

Pues somos libres y nuestra libertad no puede nunca ser violentada. A lo más, sugerida y propuesta a buscar la luz y la verdad.

Que mis labios y mi lengua, SEÑOR, sean valiente
y hábil para llamar a la verdad y descubrir
la mentira.

Que mis palabras sean instrumentos de sosiego,
de fraternidad y de llamada a la
corrección, asistido en
el ESPÍRITU SANTO. Amén.

sábado, 3 de septiembre de 2011

EL DESCANSO EN FUNCIÓN DEL HOMBRE (Lc 6, 1-5)


Todo lo que existe ha sido puesto en función de las necesidades del hombre. No está hecho o establecido el hombre para el descanso, sino el descando en función de las necesidades del hombre. De tal forma que, la necesidad de descansar es una necesidad, valga la redundancia, que el hombre necesita, pero que está supeditada al momento puntual de lo que el hombre necesite naturalmente en esos momentos.

Y digo de forma natural, porque hay muchas necesidades materiales propias y derivadas del consumo que el hombre mismo se ha creado y que no le son necesarias o fundamental. Tal es así que, el hombre se ha creado un descanso que no es propiamente descanso sino un tiempo, mal llamado de ocio, donde el hombre en lugar de descansar se cansa más. Y no sólo eso, sino que se ata y encadena más a ciertos hábitos que se relacionan con el verdadero descanso.

El descanso es, fundamentalmente, para darle gracias a DIOS por todo lo creado y todo lo que está a nuestro servicio. El descanso es para darnos cuenta quienes somos, criaturas de DIOS, que tenemos una vida gratuita y que debemos respetar y defender. El descanso es para buscar espacios de encuentro y fraternidad entre todos los hombres que posibiliten construir un mundo mejor, más justo y hermanado.

El descanso es para tratar de buscar, dentro de espacios de tiempo más sosegados, más relajados, soluciones que nos permitan, todos juntos, abordar los problemas que al hombre se le plantea. Tratar de hacerlos juntos es construir progamas políticos, pero hacerlo de forma individual es fomentar la avaricia y el egoísmo.

Porque mientras trabajamos nuestro tiempo está comprometido y mientras descasamos podemos dedicarlo a otros menesteres como es el de crecer en virtudes. Es entonces cuando nos damos cuenta que no está hecho el hombre para ajustarse a las normas del sábado sino el sábado para el servicio del hombre. Así nos lo hizo saber JESÚS y nos llamó a someter la norma a las necesidades del hombre.

Que siempre ponga mi persona por encima de normas
y preceptos, y sobre todo, para el servicio de
todos los hombres. Porque las cosas
han sido creadas para servir
al hombre y en función
de él.

Pero, siempre, buscando la verdad, el bien y la justicia
que establezca la fraternidad y la paz, que haga
la convivencia entre los hombres un Reino
de justicia, amor y paz. Por eso, SEÑOR,
quiero caminar contigo, junto a TI y
según tu Palabra. Amén.

viernes, 2 de septiembre de 2011

CADA COSA A SU TIEMPO (Lc 5, 33-39)


Es una frase conocida por todos: "Cada cosa a su tiempo", y contiene gran sabiduría porque cada cosa tiene su momento y su hora. Y cuando se está con el novio es momento de compartir la alegría de estar con ÉL y de aprovechar esos felices momentos.

Vendrán otros que se encargarán de traer las tribulaciones, la agonía o el sufrimiento, y serán momentos de ayuno y oración. Cada hora tiene su dedicación y su momento concreto de dedicación. Unos para DIOS y otros para nuestro propio vivir y actuar aunque nuestro PADRE DIOS está en todos.

Hay un tiempo para coser y otro para rasgar. Cada instante conlleva un acto o realización, y lo importante es saber donde se encuentra el SEÑOR en cada instante. De cualquier forma, cada día empieza de nuevo y en él debemos ofrecer todo nuestro ser y obrar, colocando cada cosa en su lugar, a nuestro PADRE DIOS.

Enseñame, SEÑOR, a dar a cada cosa su lugar, y a 
tener el tuyo propio. Porque TÚ eres el 
Novio de mi vida y, por lo tanto,
el esperado y al que debemos
estar presto y atentos. Amén.

jueves, 1 de septiembre de 2011

¡QUIÉN COMO TÚ, SEÑOR! (Lc 5, 1-11)


En muy pocas ocasiones, por no decir, casi nunca, a la hora de hablar he derramado lo que llevaba preparado. Experimento que los sentimientos me vienen en directo, y, con la asistencia del ESPÍRITU SANTO, en el que creo a pesar de mis sentimientos de duda y tentaciones, comunico lo que mi corazón siente y quiere, al menos, sentir.

Me pasa cada día y a cada momento que intento escribir. Empiezo de nada y surgen sentimientos que, humildemente creo, me vienen del ESPÍRITU. Al menos yo me pongo en sus Manos para que ÉL hable por mí. Hoy, en este momento, cuando he leído la Palabra de DIOS correspondiente al día de hoy, he sentido algo así. Me siento un privilegiado por sentir la presencia de DIOS en mi, y por saberme hijo de ÉL.

Me siento un ser lleno de todo porque todo es de mi PADRE del Cielo, y en ÉL tengo la Gloria, la vida eterna y el gozo que me llena plenamente. Me siento como la barca de Pedro, llena, rebozante hasta hundirme en la gloria de mi SEÑOR. 

Por todo ello, he sentido el gozo interior de que, en ÉL, nada me falta. Y hasta puedo ver con claridad el pecado de mi hermano mayor, no darse cuenta que en la Casa del PADRE nada te falta y todo lo tienes. He sentido un pequeño Tabor que, pronto termina y vuelves a la realidad de tu propia cruz, tu propia pascua, que, como JESÚS, tendrás que sufrir para, en ÉL, con ÉL y por su mérito de muerte y resurrección, alcanzar, como coheredero, la gloria que el PADRE nos prepara.

SEÑOR JESÚS, TÚ tienes palabra de vida eterna y,
porque TÚ lo dices, echaré mis redes al
mundo de la blosgofera, para en
TI, por TI y contigo atraer a
los hombres a TI. Amén.