jueves, 22 de septiembre de 2011

ESTABA PERPLEJO (Lc 9, 7-9)

Herodes Antipas estaba...

Posiblemente a cada uno de nosotros nos pase lo mismo, estamos perplejos, porque ante la figura de JESÚS no puede uno reaccionar de otra forma. Perplejo ante su manera de actuar ante las personas que salen a su encuentro; perplejo porque no entendemos como se puede amar a aquel que no te ama y, es más, te odia o actúa como tal. Realmente, JESÚS es diferente y su estilo de vida y de actos no concuerdan con los criterios de este mundo.

Yo también me quedo perplejo, porque no entiendo cómo es posible que ante su Figura, hoy, después de 20 siglos y casi once años, muchos no entendamos que es lo que pasa. Porque hay gente que vuelven a la vida (puede ser mi experiencia), otros que sanan milagrosamente (Medjugorje, Lourdes, Fátima...etc) y muchas cosas más que nos sorprenden... Sin embargo, unos dicen que es Alguien importante pero nada más, otros creen que está muerto y se erigen ellos como su sucesor, otros se dicen ser ellos los enviados... pero tú y yo, ¿qué decimos?

Porque eso es lo importante. Yo sigo, con todas mis fuerzas, SEÑOR, creyendo en TI. Y aunque no sea dueño de mis sentimientos, y tenga las ataduras de mi pobre humanidad, me empeño fuertemente en creer en TI y proclamarte como el Único y Verdadero HIJO de DIOS, que con tu Muerte y Resurrección nos redime y nos rescata para la Gloria Eterna en presencia del PADRE.

SEÑOR JESÚS, TÚ eres el HIJO de DIOS Vivo,
la Segunda Persona de la Santísima
Trinidad. En el que has puesto
toda tu complacencia, y al
que has enviado a
pagar por
nuestro rescate. Amén.

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