miércoles, 16 de noviembre de 2011

AMAR Y SERVIR


lc 19 11 28


Todos tenemos algo que dar. Puede ser mucho, no tanto o poco, pero siempre algo que dar para servir. Son nuestros talentos. No hay nadie que no tenga algo que pueda serle útil a los demás. También es verdad que no todo lo que hay en nosotros es bueno. Estamos tocados por el pecado y hay cosas dentro de nosotros que pueden herir a los demás, pero podemos evitarlo y transformarlas en bondades, por amor, para el servicio de los demás.

Esos talentos que nos han sido dado, gratuitamente, están para el bien de los demás, y nuestra obligación, siempre voluntaria y desinteresada,  es ponerlos en disponibilidad de servicio a los demás. Guardarlos sería negativo y egoísta por nuestra parte. Sería enterrarlos y dejarlos inactivos sin producir bien y servicio a los demás. Y los demás los necesitan, pues lo de cada uno es necesario para el otro. Así el mundo sería mucho mejor, y todos estarían servidos y cubiertas sus necesidades. Sería el Reino de DIOS, lo que nuestro PADRE del Cielo quiere para todos sus hijos.

Por eso, tus talentos te serán reclamados para el bien y servicio de los demás. De nada servirá tener tantos y guardarlos para así o para tus propios caprichos. Están para el servicio de todos, y ese será tu juicio. Todo lo demás será inútil si no pones tus talentos a producir para el bien de todos.

Dentro de unos días tendremos oportunidad de hacerlo de forma general y concreta. Las elecciones generales de nuestro país son una oportunidad para desenterrar nuestros talentos y ponerlos al servicio de la comunidad. Los políticos administrando y dirigiendo desde el servicio al bien común, y el pueblo cumpliendo y poniendo todos sus talentos para el bien de unos y otros.

Pero, antes hay que elegir, y esa acción también encierra un trabajo que debemos cumplir y, cada cual con su esfuerzo y cualidades, elegir a las personas más preparadas y honradas que estén dispuesta a trabajar para el servicio de todos. Más tarde, y de forma individual, a cada uno le será pedida sus responsabilidades y productividad.

Pidamos la valentía y la capacidad de discernir, según
nuestros talentos, al mejor partido político que
pueda poner todos sus talentos al
servicio de nuestro país y
del mundo entero. Amén.

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