martes, 1 de noviembre de 2011

LA LEY DE LA FELICIDAD

Mateo 5,1 12

Mucho se ha hablado y se habla sobre la felicidad. Porque la felicidad es el objetivo de toda persona humana. ¿Quién no quiere ser feliz? Pero la pregunta será donde hay que buscarla, porque dependiendo de eso podremos encontrarla.

La experiencia nos dice que en las cosas de aquí abajo no parece estar, pues todos los que se esfuerzan y afanan en buscarla en las cosas de este mundo no terminan por encontrarla. Es más, diría que se alejan cada vez más de ella. Sí, a veces nos procuran momentos de aparente felicidad, pero no termina por conseguirlo. Siempre, el desenlace, es el mismo: cierto vacío y frustración.

Llegamos, en el devenir de nuestra vida, a cansarnos, a fatigarnos, y a pensar que nos hemos equivocado de camino y que aquí no se encuentra. Los más resignados terminan por considerar que "aquí no se consigue la felicidad completa", y ahí terminan sus esperanzas. Aceptan una vida mediocre a caballo entre momentos felices y de desdicha. Tiran sus esperanzas por la borda. Pierden el sentido de la alegría y la esperanza de ser plenamente felices para siempre.

No bebemos donde debemos beber. Aun teniendo la propia Fuente sed de ti y siendo Ella la que te busca para darte de beber. Es un misterio que, el hombre, criatura de DIOS, tenga la libertad de poder negarlo. Porque negándolo se niega a sí mismo la verdadera dicha y felicidad.

SEÑOR mío y DIOS mío, ilumina mi mente para dejarme
conducir por tu propuesta de felicidad, que no es
otra que la de injertarme en TI y seguir el
estilo de vida que TÚ has seguido y
testimoniado con tu vida. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.