sábado, 31 de diciembre de 2011

FELIZ AÑO NUEVO


Un año nuevo cargado de vida y de esperanza. De esperanza en vivir el Ideal de la Vida de la Gracia, una vida en la presencia de DIOS PADRE que nos ama, que da cada día la vida por cada uno de nosotros, y que, sabiendo como somos, nos quiere tal y como somos poque de ÉL hemos salido y a ÉL volveremos.

Un año de vida, de vida digna para todo ser humano desde la concepción. Un año donde los derechos de cada persona humana, y el embrión lo es desde su concepción en el seno de su madre, sean respetados por todas las naciones y elevado al más alto grado de dignidad como es el ser hijo de DIOS.

Un año cargado de esfuerzos por entendernos, por respetarnos, por avanzar en la búsqueda de la libertad, tal es el bien y la verdad, donde el amor sea la causa de la libertad, porque sin amor no hay libertad, y sin libertad se impide que el amor llegue a los hombres.

Desde esos deseos, no sólo en el corazón, sino también el esfuerzo vivido cada día, les deseo a todo un venturoso año nuevo en XTO.JESÚS.

LA VIDA DE LA GRACIA

Juan 1,1-18

No estamos vacíos, a menos que escarbemos un poco en nuestro interior despertamos un ansia de felicidad eterna que buscamos en todo lo que nos rodea. Pero, por experiencia sabemos que no se encuentra en las cosas. Nos lo dicen aquellos que han recorrido el camino de sus vidas antes que nosotros.

¿De dónde venimos? ¿A donde vamos? Son las preguntas eternas que yacen en nuestro corazón. Por eso nos ha sido revelado el misterio que mora en nosotros. Siempre, desde el principio existió La PALABRA, y la PALABRA es la LUZ Verdadera que ilumina a todo hombre. Juan el Bautista nos anuncia la llegada de esa PALABRA, que es anterior a él, y que está por encima de él.

Nuestro mayor Ideal es vivir esa vida de la Gracia que en JESÚS se nos transmite y se nos da. La PALABRA se ha hecho carne, carne en un Niño DIOS que nos ha nacido y que se ha abajado a nuestra humanidad para, siendo igual menos en el pecado, darnos la esperanza de satisfacer esas ansias de felicidad que despiertan en nosotros la vivencia del amor.

viernes, 30 de diciembre de 2011

DE LA FAMILIA DEL CIELO A LA FAMILIA DE LA TIERRA POR AMOR

La Sagrada Familia, Jesús, María y José.
Pero siempre en familia, porque el amor necesita de una familia. Solemos decir a boca llena cuando nos sentimos muy cerca de algunas personas que son como de la familia, porque estar en familia es estar en convivencia de amor y paz.

La familia Divina, PADRE, HIJO y ESPÍRITU SANTO, eligen una familia humana, José y María para que acojan al HIJO, JESÚS, y crezca como uno más en sabiduría, fortaleza y en Gracia de DIOS.

Juan Pablo II, en su Carta apostólica El Rosario de la Virgen María, ha vuelto a destacar la importancia capital que tiene la familia como fundamento de la Iglesia y de la sociedad humana, y nos ha pedido que recemos por la familia y que recemos en familia con el Santo Rosario para revitalizar esta institución. Si la familia va bien, la sociedad y la Iglesia irán bien.

La familia es verdaderamente la Iglesia, Iglesia doméstica, donde los hijos reciben de sus padres el primer anuncio, el kerigma, el fundamento de nuestra fe que se injerta en nuestro SEÑOR JESUCRISTO, y que vivenciado en la Iglesia, nuestra Madre, nos acompaña y nos ayuda a crecer también en sabiduría, en fortaleza, en unión por la Gracia y administración de los Sacramentos y guiados por el ESPÍRITU SANTO.

jueves, 29 de diciembre de 2011

CUMPLIENDO LA LEY

Lucas 2, 22-35 (María y José cumplían con unción ...

Así es, JESÚS, como un ciudadano cualquiera se acerca al templo para cumplir con la ley de Moisés: "Todo varón primogénito será consagrado al Señor y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones, conforme a lo que se dice en la Ley del Señor".

Y,  una vez más, ocurre una señal que nos revela que JESÚS es el enviado, el Mesías que ha venido para salvarnos. Simeón, hombre justo y piadoso, que esperaba la consolación de Israel y en él estaba el ESPÍRITU SANTO, es avisado, por el ESPÍRITU, que no verá la muerte antes de ver al CRISTO del SEÑOR. Y así sucedió.

Movido por el Espíritu, vino al Templo; y cuando los padres introdujeron al Niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía sobre Él, le tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz; porque han visto mis ojos tu salvación, la que has preparado a la vista de todos los pueblos, luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel».

Señales como esta hay muchas en la Sagradas Escrituras que nos señalan que JESÚS es el enviado, el Mesías, el HIJO de DIOS que se hace Hombre para igual a nosotros menos en el pecado, ofrecernos el camino de salvación que buscamos.

Las profecías encajan como un puzle y manifiestan la autenticidad y veracidad de la venida del HIJO de DIOS. Sólo que debemos abrir nuestro corazón para dejarnos conducir por el ESPÍRITU SANTO, como Simeón, y proclamar con nuestra vida la grandeza de DIOS.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

NO HA CAMBIADO NADA

(Mt 2,13-18): Después que los magos se retiraron, el Angel...

Y realmente es así, después de 2011 años, faltan cuatro días, los niños siguen presos a los intereses de sus progenitores. El hombre se constituye señor y dueño de sus vidas cuando no tiene ningún derecho sobre ella.

Pero es más, se arroga el derecho de decidir cuando es un ser humano o no, saltándose toda demostración científica que nos dice que desde la concepción hay un ser humano vivo, y, por tanto, con todos los derechos que tú y que yo.

JESÚS, aunque ya fuera del seno de su madre, sufrió también estos egoísmos del ser humano, aunque en su caso fue que el rey Herodes sintió amenazado su reinado. Hoy hay otros intereses que, de igual forma, condenan a los niños a morir antes de salir a la luz del mundo, asesinados dentro del seno materno.

Por eso, hoy celebramos la fiesta de los Santos Inocentes, mártires. Metidos en las celebraciones de Navidad, no podemos ignorar el mensaje que la liturgia nos quiere transmitir para definir, todavía más, la Buena Nueva del nacimiento de Jesús, con dos acentos bien claros. En primer lugar, la predisposición de san José en el designio salvador de Dios, aceptando su voluntad. Y, a la vez, el mal, la injusticia que frecuentemente encontramos en nuestra vida, concretado en este caso en la muerte martirial de los niños Inocentes. Todo ello nos pide una actitud y una respuesta personal y social (Rev. D. Joan Pere PULIDO i Gutiérrez (El Papiol, Barcelona, España).

Se anteponen los intereses del bienestar, de la comodidad, del trabajo, de las riquezas, del placer y añadan ustedes, para decidir sobre los derechos de unos niños que nadie puede negar que son seres vivos nacidos con todos los derechos, desde el momento de la concepción, en el seno de sus madres.

Hoy es un día para que en nuestras oraciones tengamos presente la petición al PADRE para que estos niños sean defendidos y escuchados en sus derechos fundamentales, como es el derecho a la vida.

martes, 27 de diciembre de 2011

VER Y CREER

Juan 20,2-8. Echa a correr y llega a Simón Pedro y...

El mismo domingo, sobre la medianoche, veía y escuchaba un programa, intereconomía, sobre la Virgen de Guadalupe, sus apariciones y milagros movieron muchas conversiones. En ese momento pensé que, aunque venero y creo profundamente en la Virgen Santísima, Madre de DIOS, no me mueve el ir a los santuarios y el entusiasmo de sus apariciones.

Porque lo creo profundamente, y me parece lo más normal. La Virgen apoya a su HIJO, y no dejará de hacer todo lo que crea necesario por  advertirnos de su presencia y de su amor. Pero, por la Gracia de DIOS, me basta el testimonio de las mujeres, y, sobre todo, de Pedro y Juan, y todos los demás. Ellos corrieron al sepulcro, Pedro entró y vio las vendas en el suelo, pero el sudario estaba en otro lugar plegado y cuidadosamente colocado.

Una señal, la del sudario, para que advirtiéramos que JESÚS nos deja huellas que delatan su Resurrección. Y yo creo en el testimonio de Pedro y Juan. JESÚS ha Resucitado, y Resucita cada día en aquellos que creen en ÉL y tratan, a pesar de sus miserias, de imitarle y de seguirle encarnando en su vida sus enseñanzas.

Dichosos los que creen sin ver, y dichosos los que en estas pasadas navidades han celebrado, no unas fiestas de comer y emborracharse, sino de saber que nos ha nacido un Salvador, no un salvador cualquiera, sino el Mesías, el SEÑOR.

Dichosos aquellos que sus vidas reflejan la inquietud y el ansias de encontrar, como refleja muy bien la fotografía, al JESÚS Resucitado que fundamenta toda su Vida y su Verdad. Porque de no ser así estaríamos de vuelta, como los de Emaús, tristes y vagando sin sentido.

Ven SEÑOR JESÚS a nuestras vidas e infunde en nosotros la fortaleza y la sabiduría de creer, por el testimonio de tus apóstoles que TÚ eres el Camino, la Verdad y la Vida.

lunes, 26 de diciembre de 2011

LA VERDAD ES PELIGROSA

SAN MATEO 10,17-22. En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «No os ...

Y por eso todos aquellos que buscan y pregonan la verdad estarán siempre en peligro. Así lo vivió JESÚS de Nazaret al proclamarla. Presentar la Verdad es llamarte a remover tu propia verdad y a aceptar la otra, la Verdadera.

JESÚS al proclamarse la Verdad, el Camino y la Vida deja fuera de lugar a aquellos sacerdotes y fariseos que pretendía apoderarse de la verdad para sus propios intereses. No aceptan otro dios que el suyo propio, el creado a sus intereses y comodidades, el dios que les procuraba lo que ellos deseaban: "El poder de gobernar según sus leyes, presentándolas como las de DIOS, a todo el pueblo".

Por todo ello, JESÚS nos advierte de los peligros a los que nos enfrentamos. Precisamente, hoy san Esteban, protomártir del cristianismo, se nos presenta como una referencia a lo que podemos estar expuestos. De hecho, en muchas partes del mundo, en este mismo momento, habrán muchos que dan su vida por defender que JESÚS de Nazaret es el HIJO de DIOS Vivo.

Pero, al mismo tiempo, nos consuela prometiéndonos que no estaremos solos, ni  tampoco debemos preocuparnos que decir o presentar. El ESPÍRITU SANTO hablará por nosotros, y nos inundará de las fuerzas necesarias para llevar a cabo nuestra defensa y la valentía de ser capaces de no ceder en nuestra fe.

Y, es más, nos augura y nos promete una dicha gozosa y eterna, para todos aquellos que sean odiados de todos por causa de su nombre, porque el que persevere hasta el fin, ése se salvará».

domingo, 25 de diciembre de 2011

NOS HA NACIDO UN SALVADOR, EL MESÍAS, EL SEÑOR

Lucas 2, 1-14). Humildad, silencio, estupor y alegría. ante la Navidad


Sí, no se trata de un salvador cualquiera, se trata del Mesías, el SEÑOR, EL Único Salvador del mundo que ha venido a traernos la liberación y la salvación.

¿Y de qué forma viene? No aparece de forma triunfal, destacada, esplendorosa, notoria ni lleno de poder y riqueza, viene cumpliendo la ley y sometido a la ley de los poderosos y gobernantes. José, su padre adoptivo, se pone en camino para cumplir también el mandato del poder de aquella época. Se hace hombre en todo, igual a nosotros menos en el pecado.

Se les aparece a unos simples pastores. Pero a unos pastores de aquella época, no como los de ahora. Por eso, necesitamos mirar al nacimiento con ojos, no sólo de ahora, sino situados también en el del acontecimiento, porque eso nos puede ayudar a comprender la grandiosidad del Misterio.

Eran los pastores del tiempo de JESÚS los más miserable, marginado y despreciado de la sociedad de su época. Una clase formada por gente pobre, sencilla, marginados, apartados de todo bienestar, mal considerados, borrachos, ladrones...etc. También hoy, el Niño DIOS se hace presente, prioritariamente, en esa clase de gentes: pobres, abandonados, enfermos y despreciados, marginados, prostitut@s, ladrones...etc. Son los primeros en saber la noticia de su nacimiento, de su venida.

Puedes ser tú ahora, siglo XXI, uno de esos llamados pastores, bien seas pobre o marginado, o de clase media, instalado o rico. Pero, a parte, viene a todos por igual, porque todos vivimos en las tinieblas sometidos al pecado y a la oscuridad. ÉL es la Luz que viene a alumbrar el camino de salvación.

Y JESÚS nace de forma verdadera y real cuando dentro de cada uno, sea pobre o rico, deja encender la lámpara de su particular corazón de cuna y se hace pesebre humilde y sencillo que comparte, que confraterniza y vive el amor entre sus contemporáneos y vecinos. Y ese nacimiento se realiza cada día que tus labios dibujan una sonrisa, tu lengua acerca y pone paz entre las personas, y tus obras derraman amor y ternura entre los hombres. Es, entonces, Navidad. JESÚS ha nacido verdaderamente en tu corazón.

sábado, 24 de diciembre de 2011

DICHOSOS AQUELLOS QUE CREEN


Sí, incluso después de ver, porque Zacarías no creyó al principio, y por eso fue castigado, pero luego, recuperado el habla, entendió la acción salvadora del SEÑOR y que el SEÑOR ya estaba aquí. ¡Ya se movía dentro del seno de María!

Hoy, sin embargo, a muchos niños que viven y saltan de alegría en el seno de sus madres, los condenan a muerte. A JESÚS también lo condenaron, pero ya, nacido a la luz, con sus padres pudo huir a Egipto.

Y eso sigue sucediendo, porque son muchos que leyendo y conociendo, por la Palabra de DIOS, lo ocurrido a Zacarías siguen sin creer e impiden que el Niño DIOS entre y nazca en sus corazones. Y no son consciente de las maravillas de DIOS, de sus milagros, de sus dones, de su Gracia que nos invita a vivir en su presencia, y nos ama con locura hasta el punto de esperar pacientemente nuestra conversión.

Igual no hemos recuperado nuestra voz todavía, y no hemos percibido que la Gloria de DIOS está sobre nosotros esperando nuestra reacción. Porque necesita de nosotros, porque nos respeta nuestra libertad, porque nos quiere por amor y que le correspondamos por amor, por eso nos ha hecho libres.

Despertemos de nuestra letargo y ceguera, y abriendo los ojos entendamos que ha venido un Niño a nuestros corazones para enseñarnos a amar, y por amor nacer de nuevo a la vida eterna, a la que somos llamados. Realmente, lo grandioso de la celebridad de esta noche es que nos ha nacido un Salvador, un Redentor que nos libera de la esclavitud de nuestro pecado. ¡Alabado y glorificado sea el SEÑOR.

viernes, 23 de diciembre de 2011

LA HUMILDAD, EL SECRETO DE LA ALEGRÍA Y LA PAZ

Lc 1,57-66

Intuyo y presiento que cuando me abandono en las Manos del SEÑOR, todo se vuelve más sereno, más tranquilo y me invade la paz y la alegría contenida. ¿El secreto?, la humildad de reconocer que todo, a pesar de tu esfuerzo que no dejarás de hacer, depende de ÉL.

Cuando tus obras están apoyadas en su Amor, su Misericordia y su Providencia, todo se ve de otra manera, todo se contempla con otra mirada, todo se vislumbra lleno de paz y seguridad. El SEÑOR, algo interiormente te lo señala, está presente y ÉL dirigirá tus pasos y tu obrar. Todo, pues, será según su Voluntad y, como es de esperar, será bueno y lo mejor para ti, pues un PADRE Bueno no puede hacer cosas malas.

Mi labor, tu labor será sembrar sin esperar nada a cambio. Los frutos le corresponderán a ÉL, y será ÉL quien haga que tu obra no sea en balde ni caiga en saco roto. No nos toca a nosotros verlo o comprenderlo, pero si confiar en que así será, porque en ÉL descansa todo nuestro ser y obrar.

Esa fue la labor de Juan Bautista, preparar el camino, anunciar la venida y regar los campos con la Palabra del SEÑOR. Luego el Dueño y SEÑOR del campo recogerá los frutos.

jueves, 22 de diciembre de 2011

EXPERIMENTAMOS EN LA ESPERA ETERNIDAD

 En el Magníficat (Lc 1, 46-55)

Y es que cuando se acaba la ilusión de lo esperado, se termina la esperanza. Hoy, día de lotería, se puede experimentar esta sensación, será para muchos decepción y derrumbe en el momento que comprueben que no les ha tocado nada. Más tarde no les quedará otra salida que volver a apoyarse en la esperanza.

Y es que la vida es esperanza, pero una esperanza eterna, que nunca termina porque en el momento que se apague, se apagará nuestra vida. Una persona sin esperanza es una persona muerta y sin futuro. Por eso, porque estamos llamados a esperar, esperamos nuestra mayor y verdadera esperanza, el nacimiento del Niño DIOS que nos colma de todo aquello que todos buscamos.

María es ejemplo y testimonio de esa esperanza. Una esperanza confiada en DIOS PADRE que, a su llamada presenta su respuesta de esclava y de sometimiento a su Voluntad. Y es que para ofrecerse de esa manera hay, primero, que ser humilde y, por supuesto, libre, porque sin libertad no hay decisión.

María es libre, la más libre del mundo, y se ofrece humildemente a la Voluntad del PADRE que la elige para ser la Madre de JESÚS. ¡Cabe mayor honor! Y desde lo hondo y profundo de su corazón brota el canto del Magníficat que descubre toda su humildad, su sentir y su obediencia.:
Su ser proclama la grandeza del SEÑOR; su alegría se apoya en DIOS, su Salvador porque ha mirado su humildad. Se sabe felicitada por todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho maravillas en ella, y porque la Misericordia de su SEÑOR es eterna y hace proezas con su brazo. No acepta la soberbia de corazón ni a los poderosos ensorberbecidos. Sin embargo, enaltece a los humildes y atiende a los pobres de corazón.

Esa es nuestra verdadera y única lotería, la de saber que nos ha nacido un Salvador, que se ha hecho Niño, como nosotros, y se ha sometido, por amor, a nuestro espacio y tiempo, para crecer, vivir y morir como un hombre, pero con su Resurrección descubrirnos que somos, por su Redención, hijos de DIOS y coherederos de su Gloria.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

LOS SENTIMIENTOS NO LOS DOMINAMOS

el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena...

Porque no sentimos lo que queremos, sino aquello que nuestro cuerpo humano nos transmite. Sí, es verdad, con nuestra voluntad podemos reconducir nuestros sentimientos y tratar de rechazarlos o aceptarlos según sean buenos o malos, pero no podemos elegirlos.

Por eso, los sentimientos de gozar en el SEÑOR, y sentirnos llenos de su Gracia sólo son obra del SEÑOR. Es el SEÑOR quien nos llena de su Gracia y nos hace sentir su presencia, la dicha de su gozo y alabanza. María fue llena de Gracia, porque la Mirada de DIOS la encontró humilde y sencilla, y siendo su esclava, le preguntó si lo aceptaba, y ella se confesó como el SEÑOR esperaba: "La esclava del SEÑOR".

¡Qué grandeza y misterio! Esa es la Navidad, la espera en la esperanza de que el SEÑOR se digne, por nuestra humildad y sencillez, a nacer en nuestros corazones. No en vano nos ha dejado perplejos y asombrados, ÉL, siendo el SEÑOR, se ha hecho niño pobre, sencillo y humilde. ¡Alabado y glorificado sea el SEÑOR!

El gozo de una madre al saberse en estado de buena esperanza sale de lo más profundo de su corazón. Es un sentimiento natural e imposible de dejar de sentir, pero más gozoso será el saberse enriquecidas sus entrañas por la Gracia de DIOS. Esa experiencia exulta y llena de un gozo y alegría inigualable.

Dos madres que con sus gritos de felicitación, bendiciones y hasta improvisados cantos no pueden disimular ni esconder el incontenible gozo de ser madres por la Gracia de DIOS. Son dos respuestas a la Voluntad de DIOS entregadas con un "SÍ" confiado y fortalecido en ÉL. 

Nada produce más júbilo y gozo que, de la Mano del SEÑOR, dar cumplimiento a su Palabra, a pesar del recorrido incierto, fatigoso, duro y martirial. Es el misterio del gozo, pero que, aún siendo misterio, se experimenta desde lo más profundo de nuestro corazón.

martes, 20 de diciembre de 2011

EN TUS MANOS, SEÑOR

 LUCAS 126-38

Decir "sí" comporta una serie de actitudes que comprometen toda tu vida. María lo sabe y lo acepta, porque se presenta ante DIOS como su esclava. Decir "sí" es disponerse confiadamente a disposición del ESPÍRITU para que haga de ella según su Voluntad.

Y ese "SÍ" no es fácil pronunciarlo, y menos vivirlo y cumplirlo. María lo hace de forma ejemplar, y libremente, porque sólo desde la libertad puede nacer el amor. Sin amor no hay libertad, puesto que lo que se impone no es libre, y si no es libre no existe el amor. Amor y libertad son dos cosas en una misma. Por eso, nuestro PADRE DIOS nos hace libre porque verdaderamente nos ama hasta el extremo de entregar su HIJO por cada uno de nosotros. Y nosotros somos libres para poder precisamente amar. Sólo cuando actuamos con amor somos libre, lo contrario está falseado por los intereses o egoísmos.

¡Cuanto le debemos a María, nuestra Madre!, porque Ella fue libre para decir si o no, y aceptándolo nos incluyó también a nosotros en ese plan salvífico de salvación que DIOS, en Ella, pensó para que nosotros también alcanzaramos la salvación. María, por eso, es nuestra Madre; María es la Llave con la que DIOS abre la puerta para que su HIJO, con su Vida, nos redima en la Misericordia de su PADRE.

Mirar a Belén es mirar a María y, como Ella, llenarnos de sencillez, humildad, paciencia, silencio, servicio, disponibilidad, entrega, fortaleza y amor para, de esa forma, dejar que el ESPÍRITU actúe en nosotros.

lunes, 19 de diciembre de 2011

LA CONFIANZA EN EL SEÑOR

 Lucas 15-25. En tiempos de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote,..

La fe puede pasar momentos de oscuridad, noches de dudas, etapas de confusión y desánimo, pero nunca perder la confianza, porque si se pierde la confianza se pierde todo. En realidad, todos aquellos que no practican o viven en la indiferencia respecto del SEÑOR, tienen la fe muerta, congelada y perdida, sin embargo mantienen la confianza en DIOS.

Digo esto porque en mi experiencia he constatado que al hablar con ellos mantienen y defienden, la mayoría, su creencia en DIOS y se relacionan con ÉL. Lo que niegan, en su desconocimiento e ignorancia, a la Iglesia. Más tarde lo he comprobado al constatar que van a visitarlo y a contarles sus problemas.

La confianza siempre se mantiene, pues de perderla perdemos la fe. En estos momentos paso yo por esta experiencia, y mi experiencia, valga la redundancia, de vivirla en otros momentos me anima a llenarme de paciencia y perseverar en la confianza de que el SEÑOR está presente.

Y comparto esto porque anoche tuve un presentimiento. Ahora mismo no sé si fue un sueño o algo que pensé poco antes de irme a la cama, el resultado fue que tuve la premonición de sentirme observado por el SEÑOR. Pensé que el SEÑOR sabe de todo lo que me ocurre y aguarda pacientemente mi respuesta. 

Y mi respuesta pasa por aceptarme pecador y ponerme en sus Manos para corregirme, al margen de que tome otras decisiones que, abandonado en su confianza, ÉL, a través de su ESPÍRITU, me irá indicando cuando lo crea conveniente para mí, precisamente por su gran amor. Y esa experiencia me ha fortalecido, al menos, me ha ayudado a esperar y aguardar su venida.

Todo esto ha surgido por la experiencia de Zacarías. Dudó y su oscuridad se transformó en silencio, más aguardando y confiando en el SEÑOR, tuvo como respuesta, no podía ser de otra forma, la Misericordia y el perdón, por Amor, del PADRE DIOS.

Hoy debo terminar mi humilde reflexión con una oración de confianza y abandonada en la Voluntad del SEÑOR. Nadie mejor que María para asesorarme y recomendarme su ejemplo y testimonio. Como ella me gustaría decirle al SEÑOR que se haga su Voluntad y no la mía, y que me de la fortaleza y la perseverancia de aguardar en silencio su respuesta, que sé que será la mejor para mis intereses de salvación.

domingo, 18 de diciembre de 2011

MARÍA, LA HUMILDE

(Lc 1,26-38)

La inclinación del ser humano es arrimarse al más indefenso, algo así como ponerse del lado del más débil. Nos sentimos inclinado a eso, no nos cae bien la arrogancia, la prepotencia, la suficiencia. Nos atrae lo sencillo y a la vez humilde. Es algo que palpita dentro de nosotros y sale de lo más profundo de nuestro corazón.

DIOS nos ha hecho así, y así ha querido manifestarse ÉL. Podría haberlo hecho de otra forma más llamativa, más poderosa. Podría haber nacido en una familia notable, rica e influyente. Podría haber nacido ya famoso y con poder... Pero quiso nacer humildemente, pobre y sin que se notara, y así lo preferimos nosotros, porque pensamos igual.

Y María podría haberse negado a participar de esa forma, en la pobreza, en la sencillez y sin hacer ruido, pero nos da ejemplo y nos proclama con su "SÍ" la salvación y la venida del HIJO de DIOS. Ella escucha la palabra, la interioriza y le da cumplimiento. Para nosotros es un ejemplo y un testimonio que nos invita a hacer lo mismo.

Celebrar Navidad es interiorizar la Palabra que nos invita a abrir nuestro corazón a la Voluntad del PADRE, que se hace hombre como nosotros para que podamos entenderle, y toma nuestro mismo camino para desde ahí llevarnos al PADRE.

Vivir la Navidad es vivir con sencillez y humildad la vida de la Gracia, y esa no es otra que tratar de estar atento al servicio de los demás. Un servicio en silencio, en humildad, en actitud de vivir en la verdad y en la paciencia cumpliendo con nuestras reponsabilidades  sabiéndonos mirados y cuidados por nuestro PADRE del Cielo.

sábado, 17 de diciembre de 2011

«Libro de la generación de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham»

 Me ha parecido mejor transcribir el comentario del Rev. D. Vicenç GUINOT i Gómez porque me parece muy esclarecedor e interesante. En mi opinión aporta una visión de la naturaleza humana de JESÚS que nos ayuda a reforzar un CRISTO más cercano y humano.


(Mt 1,1-17)

Hoy, en la liturgia de la misa leemos la genealogía de Jesús, y viene al pensamiento una frase que se repite en los ambientes rurales catalanes: «De Josés, burros y Juanes, los hay en todos los hogares». Por eso, para distinguirlos, se usa como motivo el nombre de las casas. Así, se habla, por ejemplo: José, el de la casa de Filomena; José, el de la casa de Soledad... De esta manera, una persona queda fácilmente identificada. El problema es que uno queda marcado por la buena o mala fama de sus antepasados. Es lo que sucede con el «Libro de la generación de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham» (Mt 1,1).

San Mateo nos está diciendo que Jesús es verdadero Hombre. Dicho de otro modo, que Jesús —como todo hombre y como toda mujer que llega a este mundo— no parte de cero, sino que trae ya tras de sí toda una historia. Esto quiere decir que la Encarnación va en serio, que cuando Dios se hace hombre, lo hace con todas las consecuencias. El Hijo de Dios, al venir a este mundo, asume también un pasado familiar.


Rastreando los personajes de la lista, podemos apreciar que Jesús —por lo que se refiere a su genealogía familiar— no presenta un “expediente inmaculado”. Como escribió el Cardenal Nguyen van Thuan, «en este mundo, si un pueblo escribe su historia oficial, hablará de su grandeza... Es un caso único, admirable y espléndido encontrar un pueblo cuya historia oficial no esconde los pecados de sus antepasados». Aparecen pecados como el homicidio (David), la idolatría (Salomón) o la prostitución (Rahab). Y junto con ello hay momentos de gracia y de fidelidad a Dios, y sobre todo las figuras de José y María, «de la que nació Jesús, llamado Cristo» (Mt 1,16).  

En definitiva, la genealogía de Jesús nos ayuda a contemplar el misterio que estamos próximos a celebrar: que Dios se hizo Hombre, verdadero Hombre, que «habitó entre nosotros» (Jn 1,14). 
Comentario: Rev. D. Vicenç GUINOT i Gómez (Sitges, Barcelona, España)

viernes, 16 de diciembre de 2011

LÁMPARA QUE ARDE Y ALUMBRA

(Jn 5,33-36). El mejor testimonio de Jesús no...

Bombillas con patas diría yo en otra reflexión (ver aquí), porque cuando realmente te encuentras con el SEÑOR, un signo de ese encuentro es la felicidad, felicidad que es el efecto de la paz y el gozo de vivir en su presencia y de tomar conciencia, a pesar de los abatares que la vida te depara, de estar salvado.

Porque lo que verdaderamente importa es la salvación... y está muy cerca de nosotros, hasta tal punto que pronto vamos a celebrar su venida. Lo hacemos todo los años, pero está con nosotros los 365 días que lo componen, día y noche, incluso hasta en los momentos de lo más profundo de nuestros sueños.

Y está tan cerca que la palpamos cada día en nuestra diaria vivencia con los que nos ha tocado vivir, sobre todo en nuestra familia, con nuestros seres más próximos, con nuestros compañeros de trabajo, amigos de los momentos de ocios...etc. 

Sólo se trata de alumbrar con nuestro testimonio, con nuestra conducta, con nuestra sencillez estando atento en las cosas pequeñas, simples, con alegría. A la larga se notará que la vida vale la pena vivirla en paz, en gozo, en alegría. Y eso es lo que todos buscamos, por eso se notará y terminaran preguntándote, ¡oye!, ¿qué haces para vivir así?

Sólo hay una respuesta: ¡Vivir la vida de la Gracia!

Que sepa, DIOS mío, ser antorcha en mi interior para
alumbrar, como Juan, la Luz que TÚ irradias
y testimonias según el PADRE te ha
enviado. Amén.

jueves, 15 de diciembre de 2011

¿QUÉ SALISTEIS A VER EN EL DESIERTO?

(Lc 7,24-30)

¿Cómo es la realidad?, ¿acaso es hermosa, fácil, cómoda, siempre buena, misteriosa, dura, difícil, peligrosa, temerosa, enfermiza, sufrida, siempre mala, traicionera, dudosa...etc?

Creo que convergeremos en que hay de todo, y para todos. Nadie se salva de experimentar muchas de estas u otras cosas que, en algún momento de nuestras vidas se hacen presente. Bien sea a través de la alegría o del dolor. Todos nos alegramos pero también padecemos.

Necesitamos y deseamos ardientemente liberarnos de todo esto, y esperamos alcanzar el estado de estar siempre alegres, es decir, felices eternamente. Pero, ¿cómo lograrlo? Esa es la pregunta y la cuestión. No cabe duda que los efectos tienen sus causas, y la felicidad es el efecto que causa el haber encontrado la paz y la salvación.

Y eso no se encuentra en la vida fácil, en los palacios, en la comodidad que pueden dar las riquezas y el poder... Se encuentra en el desierto de nuestro propio yo, en lo más profundo de mi interior, en el pozo de lo más hondo de mi corazón. Allí está el secreto de elevar el agua a la superficie de mi vida e irradiar vida y alegría eterna.

No busquemos, pues, en las cosas la vida eterna. Miremos al desierto de nuestras penas y sacrificios, que están y tendrán que venir, porque, afortunadamente, en ellos se encuentra la vida y la felicidad eterna. Pero miremos sobre todo a JESÚS, es a ÉL a quien hay que buscar, buscarlo en la Cruz porque es ahí donde nos ha redimido y en donde encontraremos las fuerzas y el perdón.

No, SEÑOR, no te puedo encontrar en los palacios,
en las comodidades, en las riquezas ni en
la vida fácil. TÚ no naces ahí, porque
ahí no está la vida sino la 
muerte.

La semilla necesita pudrirse y morir en lo más 
profundo de la tierra, porque es ahí
donde dará los frutos que nos
dan la vida. Amén.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

¿ A QUIÉN ESPERAMOS?

Lucas 7, 19-23

Esa es la cuestión que subyace dentro de cualquier ser humano, ¿a quién esperamos, y qué esperamos? Porque es indudable que el ser humano piensa y espera algo, algo que de alguna forma está estrechamente relacionado con su felicidad y eternidad.

Y su felicidad pasa por liberarse de toda esclavitud que le ata y le somete, como pasiones, sufrimientos, enfermedades, discapacidades...etc., pero sobre todo de la inevitable muerte. Una muerte que lo condene a la desaparición, a la nada. Su felicidad anhela vivir en la alegría del gozo de la juventud eterna.

Por eso, JESÚS, a la pregunta de si es el enviado o hay que esperar a otro, responde con el testimonio de la evidencia que ven sus ojos: «Id y contad a Juan lo que habéis visto y oído: Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, se anuncia a los pobres la Buena Nueva; ¡y dichoso aquel que no halle escándalo en mí!».

Porque el hombre y la mujer esperan precisamente eso, vencer la muerte no por un tiempo sino para siempre. Y eso pasa por resucitar una vez terminada esta vida. De ahí nace la enorme preocupación que el hombre tiene por descubrir el origen de la creación del mundo. Quiere dar respuesta a sus orígenes y saber qué le espera y a dónde va.
Por eso, se hace hora de preguntarnos donde tengo puestas mis alegrías, porque según sean mis esperanzas, serán mis alegrías. JESÚS nos lo ofrece, no sólo de palabra sino con hechos, para que veamos y depositemos en ÉL nuestra confianza. ÉL siempre va a estar y nunca fallará.

Sé, SEÑOR, que en mi camino hay lagunas, tierras
movedizas, pantanos y muchos peligros, pero
sé también que tu Palabra es eterna
y nunca falla.

Dame la Gracia de confiar siempre en TI, y nunca
perderme en la desconfianza y en la duda
de esperar en otros u otras cosas 
la salvación que TÚ me
ofreces. Amén.

martes, 13 de diciembre de 2011

IMPORTA LOS DICTÁMENES DEL CORAZÓN

Mateo 21,28-32: Parábola de los dos hijos enviados a

Sí, porque de nada vale asentir y decir sí, si luego se niega o se hace lo que venga en ganas. Hoy contemplamos al padre que tiene dos hijos y dice al primero: «Hijo, vete hoy a trabajar en la viña» (Mt 21,28). Éste respondió: «‘No quiero’, pero después se arrepintió y fue» (Mt 21,29). Al segundo le dijo lo mismo. Él le respondió: «Voy, señor»; pero no fue... (cf. Mt 21,30). Lo importante no es decir “sí”, sino “obrar”. Hay un adagio que afirma que «obras son amores y no buenas razones».

En otro momento, Jesús dará la doctrina que enseña esta parábola: «No todo el que me diga: ‘Señor, Señor’, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial» (Mt 7,21). Como escribió san Agustín, «existen dos voluntades. Tu voluntad debe ser corregida para identificarse con la voluntad de Dios; y no la de Dios torcida para acomodarse a la tuya». En lengua catalana decimos que un niño “creu” (“cree”), cuando obedece: ¡cree!, es decir, identificamos la obediencia con la fe, con la confianza en lo que nos dicen ( Rev. D. Llucià POU i Sabater (Vic, Barcelona, España).

Estoy muy de acuerdo con esta reflexión del Rv. D. Lluciá, por muchas razones obvias, entre ellas porque sin la acción la palabra queda adulterada, falseada, y porque mi corazón me dice lo mismo, sino no vivo lo que digo, mejor callar. 

Para, primero identificarme con CRISTO, debo desidentificarme de todo aquello que me oprime, me esclaviza y me aparta de ÉL. Borrar toda huella que me contamine, que desate mi soberbia y desemboque en la ira, porque en ella estaré perdido y fuera de toda acción que me ayude a reconducirme y encontrarme con la verdad. Es lo que les sucedió a aquellos sumos sacerdotes y ancianos del pueblo, fueron incapaces de aceptar la verdad y llenos de ira se alejaron de ella.

Entiendo, SEÑOR, que tengo necesidad de ser
como niño. Niño que rápidamente olvida
y empieza de nuevo. Niño que
perdona y es capaz de
recomenzar vacío
de todo impulso
de ira. Amén.

lunes, 12 de diciembre de 2011

DESCUBRIR LA MENTIRA

Mateo 21,23-27

Detrás de cada pregunta se esconde una búsqueda de la verdad o un disimulo de la misma, es decir, la mentira. Porque siempre hay una intención, y eso se descubre en la búsqueda. 

Cuando alguien trata de justificar su compromiso con una ruptura, posiblemente está buscando mentir y no ser fiel a ese compromiso. ¿Razones? Pueden ser muchas pero ninguna será valida ya que de lo que se trata es de escabullirse a la responsabilidad contraída. 

Porque cuando la decisión es en verdad, esa verdad sostiene la propia decisión y nunca dejará que el vínculo se rompa. Por eso, los sumos sacerdotes y ancianos del pueblo, buscaban la forma de justificar su mentira de no aceptar la Palabra y enseñanzas de JESÚS. Trataban de atraparlo y que no diese una respuesta firme y creíble.

Son las salidas por la tangente, las respuestas según mis intereses, las mentiras que se esconden en la demagogia de no rendirse a la evidencia que permanece en lo más profundo de nuestro corazón. Y se ven sorprendidos por la elegancia y astucia de Jesús que con una simple pregunta ha denunciado su hipocresía; les ha dado la verdad. Y la verdad siempre es incómoda, te hace tambalear.

Te pedimos, SEÑOR, que nos enciendas nuestras
mentes con la sabiduría de entender tu
Palabra, y la fortaleza de saber
transmitirla a todos los
que se abran a
ella. Amén.

domingo, 11 de diciembre de 2011

HAY RAZONES PARA ESTAR ALEGRES

Jn 1,6-8.19-28)

Hermanos: "Estén siempre alegres", dice san Pablo en la segunda lectura (1º Tesalonicenses) del Evangelio, y no es para menos, porque el experimentar estar salvado eternamente es motivo para permanecer alegres siempre.

Una alegría que no nace de la superficialidad que provoca una situación cómica y desemboca en una carcajada espontánea y gozosa, sino la alegría que se cuece en lo más profundo de nuestro corazón y nos llena de paz serena, equilibrada y amorosa. Y que nos inunda de amor y de libertad al sabernos libres y salvados de todo peligro.

La alegría de sabernos amados, protegidos, liberados de toda pérdida (parábola de la oveja perdida) y perdonados de todas nuestras miserias, limitaciones y pecados por la Misericordia de ese Niño que se prepara para que nacer en nuestros corazones. Abrirles las puertas de nuestro corazón es preparar su venida.

Juan Bautista nos propone eso, se identifica con la voz que proclama en el desierto y que nos invita a allanar nuestros caminos, a abajarnos y nivelarnos para equipararnos a la dignidad a la que somos llamados: "Hijos de DIOS".

Él no es la LUZ sino, simplemente, testigo de la LUZ. Detrás de mí, nos dice, viene Otro, al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia. Yo les bautizo con agua, pero ÉL les bautizará con fuego y ESPÍRITU.

Ser testigo, como nos dice Juan, implica conocer a Aquel de quien damos testimonio, porque no somos nosotros la verdad, sino que damos testigo de la Verdad, y para darlo necesitamos conocer y estar convencido de la Verdad. Por eso, Juan, porque estaba convencido daba testigo de la verdadera Verdad. ¿Estamos nosotros confiados en ÉL para dar testimonio de ÉL? ¿Le conocemos para verdaderamente proclamarlo?

Te pido, SEÑOR, paz, sabiduría y fortaleza, 
para, permaneciendo en TI, llevarte
y proclamarte a los demás
siendo tu testigo, 
como hizo Juan. Amén.

sábado, 10 de diciembre de 2011

LA CRUZ, SIN CRISTO, ES INSOPORTABLE

(Mt 17,10-13): Bajando Jesús del monte con...

No hay vida sin cruz, pero hay cruces sin CRISTO, que son insoportables. Los hombres que se quedan con y en este mundo no reconocen a los hombres de DIOS, están muy cegados por las ambiciones y tesoros mundanos para pararse y reconocer a quienes preparan su camino.

¡Muchas luces que encandilan, que deslumbran, que reflejan felicidad y alegrías inmediatas! Sin esperas, directas a ser sentidas, percibidas y gozadas, pero con etiquetas de caducidad, que vencidas desembocan en la destrucción, en el vacío y son arrojadas a la basura. Felicidad de apariencias y apoyada en arenas movedizas, que se hunden y desaparecen.

Sólo hay ojos y oídos para ver lo inmediato, lo placentero, lo que triunfa y dar poder y gozo. Todo lo que no sea eso pasa indiferente. No gusta renunciar a nada apetecible, y menos sacrificarse. La exigencia están para ser aprovechadas en beneficio propio, para nuestra propia ambición y avaricia. Nada en favor de los demás.
El camino es camino para nosotros, para nuestros proyectos y ambiciones. Una oposición que puede convertirse, incluso, en lucha y rechazo de nuestro Padre del Cielo.

Necesitamos descubrir el intenso amor que guía los designios de Dios hacia nosotros y, si somos consecuentes con la fe y la moral que Jesús nos revela, no han de extrañarnos los malos tratos, las difamaciones y las persecuciones. Ya que estar en el buen camino no nos evita las dificultades de la vida y Él, a pesar del sufrimiento, nos enseña a continuar.

Sabemos que la Cruz nos crucifica, pero al mismo
tiempo descubrimos que escondido en esa
crucifixión se esconde el gozo
que buscamos.

Danos, SEÑOR, la fortaleza de dejarnos crucificar,
en la otra cara de la Cruz, para que junto
a TI encontremos el Camino que nos
conduce a la verdadera
felicidad. Amén.

viernes, 9 de diciembre de 2011

¿POR QUÉ NO ABRIMOS LOS OJOS?

Se parece a los chiquillos que, sentados en las plazas, se gritan unos a ... (Mt 11,13-19)

Estamos ciegos y hasta sordos sometidos por nuestros egoísmos. Necesitamos enfrentarnos a nuestra avaricia y a nuestros autoengaños para darnos cuenta que en el desprendimiento de desidentificarnos de todo eso es donde podemos encontrar al SEÑOR.

Dios viene al encuentro del hombre, pero el hombre —particularmente el hombre contemporáneo— se esconde de Él. Algunos le tienen miedo, como Herodes. A otros, incluso, les molesta su simple presencia: «Fuera, fuera, crucifícalo» (Jn 19,15). Jesús «es el Dios-que-viene» (Benedicto XVI) y nosotros parecemos "el hombre-que-se-va": «Vino a los suyos y los suyos no le recibieron» (Jn 1,11).
 
Sólo cuando seamos capaces, sin miedos y en total confianza, de desapegarnos de todo lo que nos contamina e impide vaciarnos de apetencias y egoísmos, estaremos permitiendo que el Niño de Belén nazca en nuestro corazón.

Así de simple, pero así de difícil y duro. Porque se hace necesario un ejercicio de renuncias, de martirios, de luchas, de sacrificios, de entrega, de incomodidades, de todo aquello que nos apetece y nos instala en nuestras satisfacciones que fortalecen nuestra avaricia y nos pierden.

Posiblemente, por eso huimos, nos escondemos, lo rechazamos... No le dejamos nacer, y menos dentro de nosotros. ¡Qué nazca en otros, pero no en mí! Eso me conviene, para que sean otros los que me sirvan. Yo a lo mío, a vivir mi vida de acuerdo con mis apetencias.

Te pido, SEÑOR, desde lo más profundo
de mi corazón, que me des la
sabiduría y la fuerza de
desidentificarme de
todo aquello que
me impide
dejarte 
nacer en mí. Amén.

jueves, 8 de diciembre de 2011

LA ELEGIDA

Lc 1,26-38

María fue elegida, pero una elección que pasaba primero por su libre consentimiento. Decir "SÍ", o negarse a ello comportaba una decisión de la que todos nosotros dependíamos. Pudo rechazarla, pero afortunadamente no fue así. Acepto la elección y se sometió a la Voluntad del PADRE DIOS.

Por eso fue adornada de Inmaculada Gracia, libre de todo pecado y llena de Gracia. No podía ser menos. Estaba, por su "SÍ" llamada a ser la Madre de Aquel que venía para salvarnos. Y a una madre se le adorna de todo lo mejor.

Nuestro PADRE DIOS viendo nuestra osadía y rechazo, por amor, tuvo que ingeniárselas para acercarse a nosotros, y pensó desde el principio tomar nuestra misma carne, hacerse Hombre y venir a redimirnos de nuestros rechazos. Eso significó que María fuese la elegida para ser su Madre en la tierra y, dada la respuesta afirmativa, la llenó de su Gracia y Gloria. Bendita, pues, la Inmaculada Concepción.

La pregunta, para nosotros, se concreta en: ¿Somos nosotros también elegidos cómo lo fue María? Indudablemente que sí, pues nuestro PADRE DIOS nos ha hecho sus hijos y nos llama a todos a la salvación. No sólo nos ha elegido sino que también nos bendice, habla bien de cada uno de nosotros, a pesar de ser malos hijos. 

Sólo nos pide, cómo a María, responderle como ella y aceptar ser sus hijos, con humildad y dispuestos a aceptar su Voluntad. Por eso, nuestra Madre María es ejemplo y referencia para nosotros.

Ahora, tiempo de Adviento, es tiempo de preparación y de, cómo María, llenarnos de la Palabra de DIOS guardándola en nuestro corazón.

María, Madre de DIOS, enseñamos el camino
para, junto a ti, recorrerlo de la 
misma forma que tú lo has 
hecho, cumpliendo
su Voluntad. Amén.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

LA ESPERA SE HACE LARGA Y PESADA

Mateo 11, 28-30

¿A quién no?, toda espera es esperada con ansiedad, con deseos de que llegue, y eso cansa, fatiga y desespera en muchos momentos, cuando no, frustra. Son los momentos difíciles de nuestra vida y cuando nos autotraicionamos, dejar de hacer lo que en conciencia creemos debemos hacer, justificamos esa autotraición con mecanismos de defensa que nos pueden llevar a la frustración y, como consecuencia, la ira.

Sólo JESÚS nos puede liberar: «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera».

Hay que bajar a las profundidades de nuestro propio yo, porque en la superficie no nos encontraremos ni sabremos quienes somos ni a dónde vamos. Es, en el fondo de mi alma, donde puedo dar respuesta a mis primarios deseos y desindetificarme de ellos frenándolos y sometiéndolos al dominio de mi mismo.
Pero, nunca solos, sino acompañados e injertados en JESÚS, porque es ÉL la Mansedumbre y la humildad Infinita que nos puede contagiar y convertirnos en peregrinos esperanzados que apoyan su camino en su Fuerza, Misericordia y Amor.

La pobreza de mi ser, DIOS mío, necesita de
Ti. Lléname de la paciencia necesaria
para, descansados en TI, sea
fuerte, manso y humilde. Amén.

martes, 6 de diciembre de 2011

TODOS SOMOS PASTORES Y OVEJAS

Mateo 18,12-14.

Así le gustaba decirlo san José María Escriba, porque todos dependemos de todos. La salvación de muchos depende de pocos, porque son pocos los que se dejan encontrar. Por mucho que la Fuente se acerque y nos invite a beber, si no abrimos nuestra boca y tragamos el agua que salta a la vida eterna, nada se podrá hacer. Porque somos muy libres de beber o no beber.

No obstante, el Buen Pastor, JESÚS, estará siempre presto a buscarnos y a cargar con nosotros en sus hombros. No importa el por qué, ni las veces que hayamos abandonados el redil del Buen Pastor. ÉL siempre estará dispuesto, pues por eso ha entregado su vida.

Siempre, a pesar de que nos parece que el tiempo no nos da para más, hay momentos de ir en busca de nuestra oveja pérdida. Cuando dejamos de pensar en nosotros encontramos el espacio de dedicarnos unos momentos a otros. Y quizás ese momento es el que necesita para volver al redil del Buen Pastor. ¡Pensemos en ello!

¡SEÑOR!, igual que TÚ dejas todo y sales a
mi encuentro, dame las fuerzas y la 
entrega de yo también hacer,
injertado en TI, lo
mismo que TÚ
haces por
mí. Amén.

lunes, 5 de diciembre de 2011

LA MUERTE ES INEVITABLE

Lucas 5,17-26

Y cuando digo la muerte es inevitable quiero significar que, aquí abajo, todo es caduco y tiene su fin. Nada prevalece sino la Palabra de DIOS. JESÚS viene a salvarnos, no de esta muerte aparente y transitoria que sólo es un pasaporte para la auténtica, sino de la muerte eterna que mata nuestros pecados.

Por eso, aprovechando la oportunidad que le brindan aquellos buenos amigos del paralitico enfermo, les adelanta la noticia de salvación eterna que ÉL trae: «Hombre, tus pecados te quedan perdonados». 

Pero sabiendo la respuesta que los presentes guardaban en sus corazones, se descubre como el verdadero y único HIJO de DIOS con poder para perdonar los pecados de todos los hombres: «Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados -dijo al paralítico- ‘A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa’».

 JESÚS quiere nuestra salvación total, pues de nada nos sirve que nos cure hoy para morir mañana. Todos aquellos que JESÚS curó y resucitó tuvieron que morir algún día, pues bien, de nada sirvió esa curación o resurrección si no han sido perdonados sus pecados. Y ese perdón sólo es dado por DIOS. 

Por eso nos llama a convertirnos, a reconocer nuestros pecados, nuestras humanidad tocada y pecadora. Ahora es tiempo de conversión, de esperanza, de salvación. Son momentos de volver nuestros corazones al SEÑOR y llenarnos de humildad.

Te pedimos JESÚS que nazcas no en 
un portal, sino en mi pobre
corazón, y me des
el calor y la 
Gracia 
de vivir tu Vida. Amén.

domingo, 4 de diciembre de 2011

UN BAUTISMOS DE CONVERSIÓN

Mc 1, 1-8

No es un Bautismo para pertenecer a una cierta orden, asociación o comunidad. Se trata de un Bautismo de conversión. Y un Bautismo de conversión es un cambio de vida donde priman los valores que priorizan la salvación del hombre integral, tanto la que pertenece al cuerpo como al alma.

No se trata ahora de un Bautismo de agua como hacía Juan en el Jordán, ahora se habla de la llegada del Mesías, que bautizará con el ESPÍRITU SANTO, que nos guiará y fortalecerá en el camino de salvación. Porque para convertirnos necesitamos la asistencia y la fuerza del ESPÍRITU SANTO.

Por eso necesitamos prepararnos, allanando nuestros caminos, purificándolos y limpiándolos para que el ESPÍRITU pueda morar y dirigirnos. Necesitamos acercarnos a la reflexión de disponernos a dejar entrar al ESPÍRITU para ser convertidos.

Ven ESPÍRITU SANTO, llena el corazón 
de tu fieles; enciende en nosotros
la llama de tu Amor, para que
siendo dóciles a tu 
ESPÍRITU sigamos
el camino de
conversión. Amén.

sábado, 3 de diciembre de 2011

LA TEMPORALIDAD DE LOS BIENES TERRENALES

Mt 9,35—10,1.6-8
Debería ser fácil mover a las personas hacia la inquietud de buscar el Reino de DIOS. Entre otras cosas porque queramos o no estamos hechos para caminar hacia allí. Sin embargo, la realidad es que no resulta nada fácil, es más, resulta enormemente difícil y complicado.

Hoy, festividad de San Francisco Javier, el Evangelio nos exhorta a proclamar el reino de los cielos: «Dirigíos más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Id proclamando que el Reino de los Cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, purificad leprosos, expulsad demonios. Gratis lo recibisteis; dadlo gratis».

Creo firmemente en esto, no porque sea fácil de creerlo, sino porque es Palabra de JESÚS, EL HIJO de DIOS hecho Hombre. Y si no lo hacemos es porque verdaderamente no estamos convencidos, o porque los planes del SEÑOR en estos momentos no van por ahí. Su Reino ya está consolidado en su Iglesia, toca ahora a los hombres creer en ella para encontrarlo. Verdaderamente en la Iglesia hay mucho de esto y se curan enfermos, resucitan muertos, purifican leprosos, expulsan demonios.

Sólo hay que abrir los ojos para advertir que esto sucede en el ámbito de nuestra Madre la Iglesia. Pero, como ocurrió con San Francisco Javier, basta el pararnos unos momentos y reflexionar sobre la temporalidad de los bienes y tesoros que podemos encontrar aquí abajo, reflexión a la que le indujo su amigo Iñigo de Loyola, para bastarnos el despertar nuestra sed y hambre de buscar al SEÑOR.

Nada de lo que aquí podamos encontrar satisfará nuestro ambicioso apetito, porque nuestra mayor ambición es alcanzar la felicidad eterna, y esa no se encuentra entre los tesoros de la tierra, sino que mora en DIOS nuestro PADRE y SEÑOR. Lograr que te pares un tiempo breve y reflexiones seriamente sobre esto, descubrirá lo ciegos que vas por el mundo.

Es esa la dificultad, lograr pararnos unos
momentos en nuestra vida y
reflexionar sobre el
camino que
buscamos.

¿Cómo decir esto a los hombres? No
sabemos y por eso, SEÑOR,
te pedimos hoy que
nos ilumines y
nos llenes 
de sabiduría.

Lo hacemos por intercesión de San Francisco
Javier, para que, como él, tengamos
la valentía de hablar a los
 hombres de TI. Amén.

viernes, 2 de diciembre de 2011

EL CORAZÓN NO MIENTE

Mateo 9,27-31. Cuando Jesús salía de Cafarnaúm,

No basta con decir, sí, creemos, sino que realmente es el corazón quien no miente y dice la verdad. Se supone, con toda lógica, que aquellos dos ciegos fueron sinceros y realmente su fe era cierta y verdadera, porque JESÚS, al igual que más tarde con el buen ladrón, supo leer en lo más profundo de sus corazones y saber que decían verdad.

Eso nos deja atónito y confusos. Primero porque deja demostrado que cuando la fe es real y verdadera, todo es posible si el SEÑOR así lo decide. Y segundo porque descubre que nuestra fe no es firme y solida. Por eso, también nos cuesta trasmitirla y contagiarla, porque lo que no se tiene difícilmente se contagia.

SEÑOR, enciende nuestra fe y aumenta
nuestra confianza. Queremos creer
y vivir según tu estilo de vida,
amando y sirviendo por
amor. Amén.

jueves, 1 de diciembre de 2011

DOS COSAS DIFERENTES

Mt 7,21.24-27

Discernir y clarificar los criterios es algo de verdadera importancia, diría fundamental. Porque partiendo del buen y bien significado del concepto, podemos llegar a la buena aplicación del mismo. Desde esta perspectiva, una cosa es rezar y otra, muy diferente, vivir lo rezado. Si una se aplica y la otra no, nada estamos haciendo. Sí, nos engañamos fariseaícamente.

Porque la consecuencia del alimento es el desarrollo y crecimiento. Crecimiento en estatura y conocimiento. La consecuencia de la amistad con DIOS será el crecer en Gracia, sabiduría y santidad. Es decir, ser mejor que ayer, y menos que mañana.

Por lo tanto, no basta con decir perdonar, si luego no perdonas. No basta con decir amar, si luego no estás disponibles y te entregas al servicio del otro. No se trata de practicar y formalizar unas normas o conductas, sino de vivir un estilo de vida cuyo centro de gravedad es el amor.

Apoyar estas practicas de piedad en la apariencia del cumplimiento de normas no es sino fundamentar tu fe sobre un cimiento frágil y arenoso, que a la menor tempestad se hunde y desaparece. Conjugar la vida y el alimento espiritual que fortalece esa vida es lo coherente y normal. Lo primero huele a fariseo, lo segundo se llama ser cristiano.

Necesario será potenciar la amistad (Piedad) con el SEÑOR para que nuestro templo físico y espiritual (Cuerpo) esté vigorizado y alimentado en el combate que cada día sostenemos en el mundo en que vivimos. Dependerá de nuestro ejercicio y preparación el poder rechazar las tentaciones, los apegos, las apetencias y deseos que nos provocan romper esa confianza que nos une al SEÑOR y a sus mandatos.

Porque confiar en ÉL es depositar en ÉL toda nuestra confianza en seguir sus indicaciones y consejos, que nos transmite a través del ESPÍRITU SANTO. Sabemos que muchas veces no los entendemos, pero si, y eso es confiar, sabemos que es lo mejor para nosotros. Y ahí entra en juego el permanecer fuertemente agarrado a ÉL y no separarnos. Por eso necesitamos las visitas, los rezos y oraciones, para que no se nos desfigure el camino de nuestra meta.

Te pedimos, SEÑOR, que sepamos siempre encontrar el
camino, para no perdernos, y mantener siempre
la confianza firme como roca en TI.

Recuérdanos la figura de tu Madre, modelo de obediencia, 
de humildad y perseverancia. Ella siempre fue
ejemplo de confianza para todos los
que la rodeaban, y roca que
les ayudó a no perder
la confianza
en TI. Amén.