martes, 20 de diciembre de 2011

EN TUS MANOS, SEÑOR

 LUCAS 126-38

Decir "sí" comporta una serie de actitudes que comprometen toda tu vida. María lo sabe y lo acepta, porque se presenta ante DIOS como su esclava. Decir "sí" es disponerse confiadamente a disposición del ESPÍRITU para que haga de ella según su Voluntad.

Y ese "SÍ" no es fácil pronunciarlo, y menos vivirlo y cumplirlo. María lo hace de forma ejemplar, y libremente, porque sólo desde la libertad puede nacer el amor. Sin amor no hay libertad, puesto que lo que se impone no es libre, y si no es libre no existe el amor. Amor y libertad son dos cosas en una misma. Por eso, nuestro PADRE DIOS nos hace libre porque verdaderamente nos ama hasta el extremo de entregar su HIJO por cada uno de nosotros. Y nosotros somos libres para poder precisamente amar. Sólo cuando actuamos con amor somos libre, lo contrario está falseado por los intereses o egoísmos.

¡Cuanto le debemos a María, nuestra Madre!, porque Ella fue libre para decir si o no, y aceptándolo nos incluyó también a nosotros en ese plan salvífico de salvación que DIOS, en Ella, pensó para que nosotros también alcanzaramos la salvación. María, por eso, es nuestra Madre; María es la Llave con la que DIOS abre la puerta para que su HIJO, con su Vida, nos redima en la Misericordia de su PADRE.

Mirar a Belén es mirar a María y, como Ella, llenarnos de sencillez, humildad, paciencia, silencio, servicio, disponibilidad, entrega, fortaleza y amor para, de esa forma, dejar que el ESPÍRITU actúe en nosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.