martes, 6 de diciembre de 2011

TODOS SOMOS PASTORES Y OVEJAS

Mateo 18,12-14.

Así le gustaba decirlo san José María Escriba, porque todos dependemos de todos. La salvación de muchos depende de pocos, porque son pocos los que se dejan encontrar. Por mucho que la Fuente se acerque y nos invite a beber, si no abrimos nuestra boca y tragamos el agua que salta a la vida eterna, nada se podrá hacer. Porque somos muy libres de beber o no beber.

No obstante, el Buen Pastor, JESÚS, estará siempre presto a buscarnos y a cargar con nosotros en sus hombros. No importa el por qué, ni las veces que hayamos abandonados el redil del Buen Pastor. ÉL siempre estará dispuesto, pues por eso ha entregado su vida.

Siempre, a pesar de que nos parece que el tiempo no nos da para más, hay momentos de ir en busca de nuestra oveja pérdida. Cuando dejamos de pensar en nosotros encontramos el espacio de dedicarnos unos momentos a otros. Y quizás ese momento es el que necesita para volver al redil del Buen Pastor. ¡Pensemos en ello!

¡SEÑOR!, igual que TÚ dejas todo y sales a
mi encuentro, dame las fuerzas y la 
entrega de yo también hacer,
injertado en TI, lo
mismo que TÚ
haces por
mí. Amén.

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