lunes, 9 de enero de 2012

CONVERTIRSE ES NEGARME YO PARA AFIRMAR A ÉL

Marcos 1:14-20

Algo así debe ser el camino de conversión. No puedo llegar a JESÚS obedeciendo su llamada si no dejo todo lo que me ata. Eso fue lo que hizo  Simón y Andrés, y también Santiago y Juan, dejarlo todo para seguirle.

Realmente que nos ata: dudas, bienes, comodidades, problemas, miedos, poder, riquezas, prestigio, cualidades, honores, privilegios, vanidad, soberbia, familias, salud, descanso, trabajo, cualidades, proyectos, egoísmos...etc. ¡Pues todo eso hay que dejar! Y realmente todo eso cuesta, y cuesta de verdad. 

Pero no hay otro camino, sólo sembrando esa clase de semillas se podrán obtener esa clase de frutos. La naturaleza no podrá hacer otra cosa, y cada uno de nosotros somos parte de esa naturaleza, que sometida a nosotros, está para servirnos si la utilizamos bien.

Ahora, si pretendemos hacerlo nosotros solos con nuestras fuerzas, enseguida observamos que no vamos a poder. Se nos hace difícil nada más pensarlo. Necesitamos ayuda, la Gracia del ESPÍRITU SANTO para, sin dejar de poner nuestro esfuerzo, eso nadie nos lo va a quitar, poder alcanzar la sabiduría, la fuerza de poder vencernos.

Por eso necesitamos a JESÚS, seguirle, porque ÉL es el Camino, la Verdad y la Vida, y sólo en y con ÉL podemos recorrer nuestra vida dejando a un lado todo aquello que nos ata a quedarnos en este mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.