domingo, 4 de marzo de 2012

FRUSTRACIONES

Mc 9,2-10: Éste es mi Hijo amado...

A lo largo de nuestra vida experimentamos muchos momentos de frustraciones. Quien no recuerda desde la niñez los momentos de amargura a la hora de tener que obedecer a nuestros padres para ir al colegio, tomarnos esta medicina e ir a algún recado…

Ya, de mayor, aquellos momentos de tomar decisiones, la vocación, la carrera o el oficio; el primer empleo, la amargura de no ser correspondido…etc. Y todas esas experiencias animaron o frustraron nuestro camino.

Sin darnos cuenta, nuestro carácter se iba formando a prueba de fuego, pues es necesario prepararnos para lo que va a venir. Nuestro camino es un camino lleno de frustraciones, simplemente porque Jesús también, como cualquiera de nosotros, tuvo una experiencia frustrante.

Llegado a su vida pública, Jesús experimenta que nadie le escucha. No solo no le escuchan, sino que todos, a casi todos, están contra Él. Las circunstancias de su vida son totalmente adversas: No le escuchan ni le atienden ni le creen. Se le enfrentan y le hacen la guerra.

Algo así nos pasa a nosotros. También sufrimos en el trabajo, en la familia y en el matrimonio. Vivimos muchas disputas que llegan a la separación; los hijos no nos obedecen ni piensan como sus padres. Es más, se enfrentan. Se producen situaciones de agobio, de desesperación…etc. Es decir, la vida se nos pone en muchos momentos cuesta arriba… Jesús ha vivido todo esto también, lo conoce y lo ha experimentado como el que más de nosotros.

Y, consciente de eso, sabe de nuestras desesperaciones, de nuestras dudas y deseos de abandonar, de marcharnos, de desánimos… Sabe que necesitamos un empujón que nos anime, un impacto que nos sorprenda y despierte nuestras esperanzas. Sabe muy bien que necesitamos un Tabor.

¡Señor!, súbeme a la montaña porque necesito ver tu resplandor, tu luz. Necesito, como Pedro, Santiago y Juan un Tabor en mi peregrinar, para no desfallecer, para continuar la marcha esperanzado, para despertar mi oído y estar presto y atento a escucharte, a estar dispuesto a hacer tu Voluntad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.