viernes, 16 de marzo de 2012

HECHO DEL AMOR Y PARA AMAR

 Mc 12, 28-34 “El primer mandamiento de todos es…

No hay otra posibilidad, estamos hecho para amar y todo lo que no sea amar nos entristece y nos pone muy mal. La experiencia la podemos vivir cuando, delante de la tele, cine o en la propia realidad, experimentamos una tragedia, injusticia, accidente, enfermedad o cualquier tipo de fatalidad sucedida a cualquier ser humano, o incluso a un animal.

Inmediatamente sentimos solidaridad, adhesión, generosidad... Nos identificamos con ella y compartimos pena, tristeza, alegría... Y nos disponemos a ayudarle, a hacer el esfuerzo de aliviarle y de evitar que sufra. Observamos en las campañas solicitando ayuda por tragedias como responden todos. Y es que no podemos evitar amar, porque eso es amor.

Por eso, Jesús, que sabe como somos y lo que deseamos, aun sin descubrirlo y llevarlo escondido en nuestro corazón, que nuestro primer deber es dejar escapar ese sentimiento que bulle dentro de nosotros y que nos inclina a amar. Amar precisamente a nuestro Padre Dios, por encima de todas las cosas, porque es nuestro Hacedor y Creador.

Porque de El hemos recibido todo lo que somos y tenemos, y de forma gratuita y generosa. Pero, también, muy unido a este primer deber, el de amar a nuestros hermanos, porque en ellos encontramos una forma más tangible y concreta de amar a Jesús. Sus propias palabras nos lo aclaran: "Todo lo que hagan a uno de estos (los necesitados), me lo hacen a mí".

Pero amar va más allá de lo que sentimos, es también un compromiso responsable que nace de nuestra responsabilidad como persona consciente y madura que vive en una sociedad, que es miembro de una familia, y que como ciudadano, esposo, padre, hijo... adquiere unas responsabilidades que debe cumplir fielmente.

Sin lugar a duda, que si esto fuesen no solo palabras escritas sino la actitud y el esfuerzo de todo hombre, el mundo iría inevitablemente mejor. Más que mejor, quedarían resueltos las crisis, las guerras, el hambre, las muertes, el aborto... El Reino se haría presente.

De todo ello hay una conclusión clara, que el amor es la solución que espera el mundo. Nadie mejor que Jesús lo sabe, y por eso nos lo dice y nos lo repite cada día. Hoy es uno de esos día que de forma muy clara nos lo expone.

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