miércoles, 21 de marzo de 2012

HONRAMOS A DIOS EN EL PRÓJIMO

“Mi Padre trabaja siempre, y Yo también trabajo”. Jn 5, 17-30

No estamos seguros si verdaderamente honramos a Dios cuando oramos o rezamos. Muchas veces nos despistamos o hacemos nuestras oraciones un tanto mecánicas o de corridas. Somos conscientes que nos despistamos o nos desconcentramos con mucha frecuencia.

Y nos quedamos perplejos y disgustados. Un sabor agridulce de no saber si Dios se complace en nuestra oración. Personalmente creo que sí, el Señor sabe de nuestros despistes y olvidos, y de que somos muy propensos a perdernos y distraernos. Gracias a su Misericordia somos perdonados.

Sin embargo, cuando hacemos algo por otro, o actuamos con generosidad y amor en los demás, estamos haciéndoselo a mismo Jesús, y lo que le hagamos a Jesús se lo hacemos a Él. Él y el Padre están a un mismo nivel, de modo que, como el Padre resucita a los muertos y les da la vida, así también el Hijo da la vida a los que quiere.

Por eso, cuando honramos al Hijo, estamos honrando al Padre. Y honramos al Hijo cuando nuestras relaciones con los demás están cargadas de amor, de servicio y entrega. Entonces estamos seguro que se lo hacemos al Padre.

Pidamos al Espíritu Santo la Gracia de ponernos en sus Manos y dejarnos conducir según la Voluntad del Padre. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.