sábado, 19 de mayo de 2012

REGRESO A LA CASA DE MI PADRE

Lectura del santo Evangelio según san Juan (16, 23-28).

Porque viene del Padre, y vuelve al Padre. Creer en Jesús es creer en el Padre, y todo lo que pidamos al Padre en el nombre de Jesús nos será concedido. ¿Cómo podemos estar tristes si tenemos un Padre que nos da todo aquello que necesitamos para ser felices? 

Solo una cosa delata nuestra tristeza, que no confiamos en que el Padre atienda nuestras súplicas. ¡Porque de estarlos, todo sería diferente! Sí, nos cuesta confiar porque no entendemos sus planes, ni sabemos que es lo que realmente nos conviene! Como un padre vigila y cuida de su hijo dándole lo que es bueno para él, nuestro Padre del Cielo nos cuida y nos da lo que es bueno para cada uno de nosotros.

Y ocurre que nosotros no estamos de acuerdo. De ahí arranca nuestra desconfianza y nuestra tristeza. Somos nosotros mismos los que trazamos nuestros proyectos, y dibujamos la ruta de nuestro propio camino. ¿Acaso no quiso el pueblo seguir su propio camino en el desierto? ¿Acaso no quiso el pueblo volverse atrás y regresar a la comodidad de Egipto?

¿Y, ahora, no queremos nosotros seguir el camino que nos parece, según nuestros proyectos, más adecuado? ¿Cómo entonces nos atrevemos a pedir, encima, que nos de lo que a nosotros nos parece bueno? ¿No nos damos cuenta que somos pecadores, imperfectos, y nuestros proyectos se forman desde la ignorancia y el error? Es nuestro Padre Dios quien nunca se equivoca, y sus proyectos la verdad y el buen camino.

Entonces, caminando en su Providencia, en su Verdad, según sus indicaciones y ley, como hicieron Abraham, Isaac y Jacob, y más tarde Moisés, podemos encontrar la tierra prometida que nos dará leche y miel en abundancia. Amén.

1 comentario:

  1. Yo doy gracias ala ley de pas de nuestros padres y todo, hermano predicador por fomentar la salvación en nuestro corazones la ley y gracias. Amen.

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