viernes, 1 de junio de 2012

SABER PEDIR

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(Mc 11,11-25): En aquel tiempo, después de que...

Porque todo no nos conviene ni es bueno para nuestro interés. Pero, ¿cuál es nuestro interés? Lo hemos repetido y descubierto en muchas reflexiones que hemos hecho juntos. Buscamos ser felices, pero una felicidad que no sea temporal, caduca, sino que nos llene plenamente por siempre.

Por lo tanto, ese es nuestro interés, y lo que nos importa pedir. Más experimentamos que cuando actuamos pensando en nosotros, nos equivocamos. Es decir, cuando pedimos para nosotros sentimos que las cosas que pedimos no nos hacen feliz. Sí, creemos y sentimos gozo por un tiempo, pero sin saber cómo ni por qué se acaba y nos deja vacío.

No, irremisiblemente el atesorar riquezas, bienes, poder, bienestar y... no nos hace feliz del todo. Ambicionamos más, deseamos una felicidad superior en gozo pleno que salte hasta la vida eterna, y eso lo empezamos a descubrir cuando amamos de forma desinteresada y gratuita. Es realmente ese el verdadero amor.

Por eso, todo lo que pidamos al Señor debe ir dirigido en ese sentido, buscando el bien de los demás, porque amando así encontraremos lo que realmente buscamos. Y esa felicidad es realmente de la buena, de la que nunca desaparece, de la que se mantiene siempre y nos sacia eternamente.

De nada nos vale poner todos nuestros anhelos en las cosas, en el comerciar, en las prácticas e intercambios, si perdemos lo que realmente interesa: la vida eterna. Esa debe ser nuestra oración constante, la de dar frutos de amor todo el tiempo sin desfallecer. Y quizás el mejor fruto es encontrar el perdón, la capacidad de perdonar de la misma forma que nuestro Padre Dios nos perdona a nosotros.

Porque cuando perdonamos estamos dando todo el fruto que somos capaces de dar, ya que perdonar es el verdadero signo y gesto del amor. Sólo el que perdona, ama, y el que ama, perdona. Esa debe ser nuestra única y verdadera petición. Padre Bueno, enséñanos a perdonar.

1 comentario:

  1. Sólo gracias es verdad, no sabemos pedir como nos conviene, gracias un abrazo.

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