sábado, 21 de julio de 2012

SIN OFRECER RESISTENCIA

 - Mateo 12, 14-21. Tiempo Ordinario. El Padre es...

Es la mejor medida que podemos tomar, resistir y ser paciente. Resistir hasta que la tormenta pase por nuestra vida y, diluida, desaparezca hasta recobrar de nuevo la calma. Y lo comparto con la autoridad que me da en haberlo experimentado en mis propias carnes.

Hace solo unas horas, sudaba a mares, y mi camisa estaba toda empapada. Los nervios amenazaban, además de bañarme en sudor, romper mi serenidad y explotar como un volcán. Mientras, sin saber como, rezaba Laudes, pero no me enteraba. Varias veces pedí al Señor paciencia y ayuda...

Traté de poner todas mis fuerzas en controlarme y no desesperar, y, a pesar de notarse, logré que todo no fuera a más. Creo que si no fuese la presencia del Señor hubiese estallado. Su amor me implica y me retiene, pues, ¿qué diría después? Además, Él está en esas personas cercanas que me rodean, y la manera que tengo de demostrárselo es sembrando paz entre ellas.

Jesús nos da ejemplo, se retira cuando le buscan para matarlo. No ofrece resistencia y se aparta para evitar enfrentamientos. Pienso que así debemos también actuar nosotros. Y no desesperar. Sabemos que Él es nuestro descanso, nuestro alivio y donde la cruz nuestra de cada día tiene solución y paz. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.