- Marcos 6, 30-34. Al regresar de su misión, los Apóstoles se reunieron con ...
|
porque pararse y descansar se hace imprescindible, no sólo para el
descanso físico, que también, sino porque buscar espacios de relación con el
Señor, no sólo se hace necesario, sino vital. La oración y el diálogo con Dios
es la respiración del creyente, el pulmón que nos mantiene vivo.
Y que nos sostiene, hasta el punto que sin Él nada somos ni podemos. Y ese
es el peligro, porque cuando logramos éxitos estamos sujetos, por nuestra
condición de pecado, de creernos capaces, fuertes y artífices de lo realizado,
olvidándonos de que todo es y se sostiene en Dios nuestro Padre.
De eso se encarga el demonio, de asombrarnos y engreírnos para que,
afianzados en nuestras fuerzas, dejemos de un lado al Señor y creamos que somos
nosotros los que hacemos las obras. Y que las obras son lo importante, lo
urgente, lo que hay que atender, y...
Postergamos nuestra relación con Jesús para los últimos momentos,
cuando ya nuestra mente no funciona y sólo busca descanso. Al final, Aquel en
el que descansa y se sostiene todo es marginado y requerido para los momentos
más distraídos y de menor importancia, y pasa lo que el demonio espera, el
olvido total del Señor.
Cuidemos nuestros momentos de oración, de intimidad y reflexión con el
Señor, porque solo Él es la roca que nos sostiene y nos vivifica.
Hoy, Señor, te pido me infundas la sabiduría de saber estar contigo, de
saber tener paciencia para poder escucharte y responderte. Para no perder de
vista que solo Tú eres la fuente y la gracia que me impulsa y me mueve a obrar
en tu nombre. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.
Tu comentario se hace importante y necesario.