sábado, 4 de agosto de 2012

¿SÉ DE QUIÉN ME FIO?

 - Evangelio según San Mateo 14,1-12.

porque dependerá de mi conocimiento y encuentro con Jesús. Seguir a alguien es saber quién es y confiar en Él. No podemos tener una idea vaga, de oídas, de rumores. Se trata de un conocimiento experimentado en la propia vida y en las respuestas que encuentran solución en el mismo Jesús.

Experimento deseos de amar, pero ese amor me exige entrega sin condiciones que me cuestan y que están por encima de mis proyectos, de mis apetencias, de mi prestigio y consideraciones. Una amor que en la medida que lo experimento me llena de gozo y de felicidad.

Un amor que me descubre y llena de gozo hasta la plenitud. Un amor que solo experimento en Jesús y con Jesús. Y cuando encontramos este tesoro, todo lo demás ocupa un lugar secundario, un lugar para hacer camino, para mediar, pero el objetivo siempre será amar.

Herodes no lo entendió así, ni supo bien quien era Jesús, ni se preocupó de averiguarlo. Sólo pensó que podría ser Juan el Bautista que había resucitado, y ni eso le hizo pensar. Igual nos ocurre hoy a muchos de nosotros, experimentamos milagros y vivencias que pasan por nosotros sin llamar nuestra atención.

Estamos verdaderamente ciegos, y lo más lamentable es que por tan poca cosa, pues nada es comparable con la presencia de Dios en nuestra vida. Ese es nuestro pecado, pensar que por nosotros solos podemos entenderlo y que no necesitamos la Gracia del Señor para poder comprenderlo.

Dios mío, ábreme mi inteligencia para poder verte con la claridad que deseo, y seguirte con todas mis fuerzas. Todo lo pondo en tus Manos. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.