viernes, 14 de septiembre de 2012

EL MISTERIO DE LA CRUZ...

 - Evangelio según San Juan 3,13-17. Nadie ha subido al cielo, ...

nos está vedado, pues por mucho que nos esforcemos nunca lograremos entenderlo. Morir para vivir, aceptando el sacrificio de la Cruz es algo que no cabe en nuestra cabeza. Se hace difícil entenderlo porque nuestra cabeza no está capacitada para eso.

Ayer reflexionábamos sobre el responder a toda ofensa con generosidad, con solidaridad, con amor... Y no cabía en nuestra mente tal forma de responder. ¿Qué disparate nos propone Jesús? Eso entiende nuestra pobre y limitada cabeza.

¿Por qué esa forma para salvarnos? ¿No podría ser más suave, menos sufrida? ¿Pensamos que de ser así nos sería más entendible? Creo que de la forma que fuese siempre estará por encima de nuestra inteligencia el poder entenderlo. Dios es inalcanzable y nunca lo entenderemos salvo que Él quiera dejarse entender.

Y así ha sido, haciéndose Hombre como nosotros ha querido acercarse a cada uno, dejarse ver y tocar, compartir nuestra misma naturaleza humana y sirviéndonos por amor enseñarnos el camino único de salvación: "Amar como Él nos ama", hasta el punto de abrazar la Cruz de nuestra propia vida por amor a los demás.

Por eso, sólo injertado en Jesús podemos alcanzar la Cruz de nuestra salvación y fiados de su Palabra ser, por Él, redimidos. Amén.

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