sábado, 15 de septiembre de 2012

JESÚS DIVIDE PORQUE...

 - Lc.2,33-35 33. Y José y su Madre estaban maravillados de todo lo

la verdad molesta y complica los intereses que se tengan en la vida. Su Palabra desestabiliza y confunde a aquellos que sólo piensan en almacenar riquezas y alcanzar poder. Y esta contradicción entre la verdad y la mentira origina divisiones, guerras, luchas... Hasta el punto de ser perseguido y amenazado de muerte.

Y María tiene su protagonismo interno en este dolor que le alcanza y la divide. Ella camina aceptando el rechazo de su Hijo por un pueblo que no le quiere ni se esfuerza en comprenderle. María vive y padece esa división que la Palabra de su Hijo ocasiona en aquellos que no la aceptan.

Igual no ocurre ahora a todos aquellos que tratan de seguir a Jesús. La vivencia de la verdad ofrece resistencia, resistencia por todos aquellos que eligen vivir en la mentira. Porque la mentira les procura satisfacer sus intereses y sus deseos. Y eso les lleva hasta matar.

Así observamos lo que pasa a nuestro derredor. Hay guerras, luchas, muertes y se matan a muchos inocentes incluso antes de nacer y nacidos en el vientre de sus madres. Todo porque unos cuantos, que son los que dirigen, se empeñan en imponer sus criterios, sus verdades apoyadas en mentiras y egoísmos.

Pidamos al Espíritu Santo que nos dé el don de la fortaleza y la paciencia para soportar junto a María esos puñales que atraviesan nuestros corazones y nos angustian, desesperan e incluso nos quitan la vida, y tengamos la esperanza y el gozo de mantenernos firmes hasta el pie de nuestra propia Cruz.

Y compartiéndola con Jesús nos vivifique eternamente en plenitud junto al Padre. Amén.

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