viernes, 26 de octubre de 2012

OBSERVAR Y EXPERIMENTAR...

 Evangelio de Lc 12,54-59. En aquel tiempo, Jesús decía a la gente

porque lo que no se experimenta y se vive no llega a conocerse. Sabemos mucho del tiempo y de sus acometidas y acciones hasta tal punto que predecimos su comportamiento con antelación. Eso nos ayuda mucho a guardarnos de sus efectos y evitar males mayores.

Pero no es el tiempo lo más importante, porque por mucho que logremos anticiparnos a su demoledora acción, tarde o temprano nos cogerá desprevenido o podrá más que lo que han supuesto de él. Quiero significar que las cosas de aquí abajo se acaban a pesar de tanto guardarnos de ellas. 

Hay otro tiempo que merece mayor atención. Y es el tiempo del alma y del espíritu. Ese tiempo tiene mayor valor y de prestarle atención se multiplicará para siempre. Hablo del tiempo de nuestra vida, que bien aprovechado y utilizado se convertirá en eterno. 

Es ahora tiempo para amar, amar según nos enseñó Jesús y tal y como nos enseña su Palabra. Es la mejor inversión que podemos hacer en el tiempo de nuestra vida. Amar sin descanso procurando que todos nuestros actos estén en función del bien común y dirigidos a ayudar al necesitado. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.