martes, 22 de enero de 2013

HOY TAMBIÉN EL HOMBRE PRIMERO

 "No se hizo el hombre para el sábado" (Mc 2, 23-28).

Porque hay muchas cosas que se anteponen al hombre, y, a pesar de que algunos las denunciamos, se hace caso omiso por la mayoría y todo sigue igual. El sábado está en función del hombre, pero el domingo también, y es el hombre el señor de ellos. Sin embargo, hoy se invierten los términos, es el sábado y el domingo cuando más trabaja el hombre y cuando queda esclavizado por el consumo y la diversión.

Se supone que los tiempos son otros, y que las demandas turísticas y la economía exigen horarios y trabajo que no pueden ser interrumpidos el sábado o domingo. Miremos el sector sanitario, no se puede dejar enfermo a una persona por el hecho de ser sábado o domingo. El criterio está claro.

Sin embargo, esas consideraciones no son obvias para buscar flexibidad horaria para que las personas puedan cumplir y dedicar su tiempo a su fe y liturgia dominical. Se pierden esos derechos y respetos y se antepone la economía del sábado o domingo al culto a Dios. Supongo que Jesús hoy nos diría lo mismo. Es el hombre para el sábado y no al revés.

Nuestra sociedad y cultura refleja lo que vivimos y la fe que profesamos. Podemos decir que somos católicos, pero no por decirlo es verdad. Simplemente una minoría, muy minoría, se esfuerza en poner en el centro de su vida la prioridad religiosa en santificar el domingo según los Mandamientos de la Ley de Dios y la Santa Madre Iglesia.

Y desde ahí podemos explicar lo revuelta, corrupta y enferma que está nuestra sociedad cristiana y no cristiana, porque cuando no hay un valor moral que regule nuestra vida, y ese es Dios, revelado en su Hijo Jesucristo, todo se viene abajo.

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