miércoles, 9 de enero de 2013

JESÚS NOS SOBREPASA

Marcos 6,45-52
Nuestro pequeño corazón no está hecho para aguantar tanta grandeza. Experimentar la vivencia del encuentro con Jesús nos deja aturdido y desconcertado. El Señor nos encandila y quizás por eso no se nos manifiesta claramente y con todo su esplendor. ¡No lo resistiríamos!

Recordemos el momento de la transfiguración. Santiago, Pedro y Juan quedarón estupefactos y fuera de lugar. No pensaron sino procurar una cabaña para Elías, Moisés y Jesús  olvidándose de ellos. A nosotros nos pasaría algo parecido, quedaríamos asombrados y desconcertados.

En el Evangelio de hoy, los apóstoles estaban todavía de resaca con eso de los panes y los peces. No encontraban explicación alguna. Y ahora ven a Jesús caminar sobre las aguas. Supongo que sus cabezas estaban hecha un lio. ¿Cómo podriamos estar nosotros?

Y realmente lo estamos. llevamos todos un Herodes dentro de nosotros mismos. Un Herodes que razona y desecha todo aquello que no entiende, y trata de borrar toda aquel que le mosleta y amenaza sus dominios y su reinado. Así porcedió contra el Niño Dios.

No comprendemos lo sucede; no aceptamos tales prodigios y grandeza. Nos cuesta fiarnos y abandonarnos en las Manos de nuestro Padre Dios. Queremos comprender y entender todo, y cuando esos prodigios y vivencias nos ponen en juego nuestro poder, nuestro estado y situación, nos ponemos en guardia y dispuestos a matar si es preciso.

Necesitamos paciencia, tiempo y confianza. Confianza en Aquel que se ha hecho Hombre para dibujarnos el camino y la esperanza de encontrar el rumbo y la salvación que buscamos. Pero, necesitamos una cosa previa, hacernos niños como Él y ponernos, como hizo Él en manos de María y José, en Manos de nuestro Padre Dios. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.