viernes, 25 de enero de 2013

PREDICAR Y PREDICAR

CONVERSIÓN ES CAMBIAR DE RUMBO (Mc 16, 15-18)

Porque el Tesoro recibido no se puede guardar y mantenerlo oculto. Es más, hay que invertirlo y ponerlo a producir. Un tesoro que no produzca y sea rentable no es un tesoro. Es más bien una carga y un peso que no tiene valor ni vale para nada. Lo bueno es bueno porque se puede compartir.

Por eso, el Tesoro recibido en nuestro Bautismo es un Tesoro que estamos obligados libremente a compartir. A compartir para que los que no lo saben o no lo conocen tengan la oportunidad de conocerlo, y conociéndolo disfruten y lo compartan con otros.

Todos estamos llamados a recibir ese Tesoro, pues nuestro Padre Dios nos lo da a todos por igual. Sin embargo, muchos dependerán de que nosotros no dejemos ese tesoro guardado en nuestro corazón, sino que lo proclamemos al exterior para que otros, conociéndolo, gocen de la alegría, felicidad y paz que nos proporciona ese Mensaje de salvación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.