jueves, 28 de febrero de 2013

¿COMPROMISO POR CONCIENCIA?

(Lc 16,19-31


Es lo que se esconde dentro de cada uno de nosotros. Al menos yo me confieso culpable de actuar muchas veces por conciencia más que por un sentido de justicia, amor o solidaridad. Porque esa es la diferencia, damos y colaboramos con organismos que atienden a los necesitados, pero más con un sentido de limpiar nuestros roperos y acallar nuestras conciencias que por justicia y amor.

Y ese es nuestro camino, ir convirtiendo nuestro corazón de piedra, centrado en vivir lo más confortable posible, mientras muchos lázaros yacen llenos de llagas y muertos de hambre. Nos reconocemos pecadores, egoístas, aunque nuestras conciencias nos molesten y nos atormenten de vez en cuando y tratemos de acallarlas con nuestras limosnas de conciencia, pero no de justicia y amor.

Pero, por eso, que es propio de nuestra naturaleza caída y limitada, no debemos desesperar, sino levantarnos y estar dispuesto a dejarnos perdonar. Porque nuestro Padre Dios nos quiere tanto que nos ha perdonado ya. A nosotros nos toca dejarnos llevar por la acción del Espíritu para que nuestros actos sean cada vez más por justicia y amor que por conciencia. De cualquier forma, al final lo verdadero se impondrá, y la justicia dictará sentencia. Eso está dentro de nosotros, y todos esperamos una justicia final, aunque sea en el otro mundo.

miércoles, 27 de febrero de 2013

SOLO PENSANDO EN MÍ



Hay tres apartados en la Palabra de hoy que me invitan a reflexionar. Al menos yo lo he visto de esta forma, y humildemente lo comparto. El primero que me llama la atención es comprobar como los apóstoles pasan, sin tomar conciencia, de lo que le espera a Jesús en Jerusalén. No advierten el sufrimiento de muerte que le espera a Jesús. Ni el ridiculo, las penas y azotes que va a sufrir camino del Calvario, donde será crucificado.

Ellos, al menos eso es lo que se aprecia, están pensando en subir el escalafón de su poder, de su propia ambición, de su interés. Son los Zebedeos, Santiago y Juan, quienes están pensando en ellos mismos y no recaban lo que le va a ocurrir a Jesús. ¿No nos ocurre a nosotros algo parecido? Estamos más pendiente de nosotros que de las cosas que el Señor nos dice.

Y así actuamos, ese es el segundo punto de mi reflexíón. Igual que la madre de Santiago y Juan, miramos más nuestra situación personal, nuestros intereses y egoísmos, y nos olvidamos de vivir más acorde con y según la Voluntad de Jesús. Es propio de nuestra humanidad pecadora, y ello nos debe ayudar a descubrir la necesidad de seguir a Jesús, tal y como Él nos guía e indica.

Y el tercer apartado, se apoya en lo que el Señor nos dice. Primero nos congrega, nos reune, y nos señala el camino a seguir, poniéndose Él como ejemplo: «Sabéis que los jefes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su poder. No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro esclavo; de la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos».


martes, 26 de febrero de 2013

ENTRE LO QUE SE DICE Y SE HACE

(Mt 23,1-12)


Se dicen muchas cosas bonitas, pero no para ser aplicadas por uno mismo, sino para que otros las apliquen en mi propio beneficio. Esa acción se conoce con un nombre, "hipocresía", decir y no hacer. Y es muy fácil que sin darnos cuenta caigamos en ella. Pido al Señor que me dé el valor, las fuerzas y la voluntad para que todo lo que diga y proclame por mi boca, tenga correspondencia y acción en mi vida.

La falta de coherencia es el testigo más delator de nuestra vida. Hablar y decir por un lado, y por otro hacer lo que me venga en ganas o se adapte a mis intereses. Y eso, lo denuncia Jesús: «En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos. Haced, pues, y observad todo lo que os digan; pero no imitéis su conducta, porque dicen y no hacen.

Palabras actuales que ahora mismo en este momento tienen su aplicación. Debemos tener cuidado y no escandalizarnos por lo que pueda ocurrir y esté ocurriendo en nuestra Iglesia. Puede existir mucha hipocresía entre lo que se propone y luego se hace. Sin embargo, mantenernos en lo propuesto, en lo proclamado, en la Palabra es nuestro camino eclesial, sin que por ello tengamos que imitarles.  Sólo uno es el Maestro y Padre, y solo a Él debemos imitar y seguir. 

lunes, 25 de febrero de 2013

TODO DEPENDE DE NUESTRA ACTITUD

Lc 6, 36-38


Aunque al final es nuestro Padre Dios quien nos regala la vida y la gloria de ser sus hijos y vivir eternamente, Él ha querido que sea contando con nuestra colaboración. Para eso, nos ha hecho libre, nos ha dado capacidad de formar nuestros propios juicios, ser inteligentes y decidir nuestro camino. 

Somos unos privilegiados, pues ningún ser vivo del reino animal tiene esa capacidad ni esa autonomía. Es el hombre la creatura por excelencia, capricho de Dios, hasta el punto de entregar a su Hijo Unigenito a una muerte de cruz, para comprar nuestro rescate tras haberle traicionado y rechazado. Tanto nos ama nuestro Padre Dios que permite que seamos el único ser viviente capaz de regañarle y no sonreírle.

Y todo lo ha puesto en cierta medida en nuestras manos, aunque por nuestras carencias humanas, débiles y pecadoras, necesitaremos la asistencia del Espíritu Santo y la Gracia del Señor. Pero, dependerá de nosotros el predisponernos, el dejarnos amar y llevar por su Espíritu.

Y todo tan simple que, lo único y verdaderamente importante es:  «Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo. No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados. Dad y se os dará; una medida buena, apretada, remecida, rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos. Porque con la medida con que midáis se os medirá».


domingo, 24 de febrero de 2013

EL PREMIO DEL ESFUERZO

(Lc 9,28-36)

Todo lo que gusta y es bueno, merece y exige un esfuerzo. Nada, lo hemos oído muchas veces, se consigue sin esfuerzo, y el camino que tenemos que recorrer a lo largo de nuestra vida, exigirá también esfuerzo. Por eso, solos aquellos que persigan dar alcance a esa inquietud y sed interior de vivir la vida eterna, se pondrán en camino.

Y solo en el camino encontrarán el gozo del Tabor, porque tras la subida cansina y agotadora, el esfuerzo y en la oscuridad, se alcanza y se produce el encuentro con Aquel que buscamos sin saberlo. Así, Pedro, Santiago y Juan, que perseveraron en el seguimiento a Jesús, una vez terminada la subida, aunque agotados y exhausto, gozaron de la dicha de contemplar la Divinidad del Señor.

Es primero el esfuerzo, la oscuridad vencida y la fe ciega en Aquel que nos llama, que, primero, nos busca y nos exige solo el dejarnos buscar. Así, producido el encuentro, el gozo del Tabor también nos inundará a nosotros.

Pidamos al Padre que nos dé el aliento de seguirle, aún en los momentos cansinos, fatigosos y oscuros que la montaña nos presenta, convencidos que llegaremos a presenciar la Única y Verdadera Luz que buscamos.

sábado, 23 de febrero de 2013

JESÚS NOS AMA



No cabe ninguna duda que nosotros, pecadores, representamos una amenaza para Jesús. Dicho de otra forma, cada uno de nosotros es un problema para Jesús, porque, entre otras muchas cosas, dejamos mucho que desear, le damos la espalda en cualquier momento, y no hay ninguna seguridad que le seamos fiel.

La realidad es que lo hemos matado, porque no lo reconocemos como Hijo de Dios. Podemos pensar que eso lo hicieron aquellos contemporáneos suyos, pero, ¿hoy no hacemos nosotros lo mismo? Sí, es verdad que no hay derramamiento de sangre, pero lo rechazamos plenamente, o le hacemos caso a medias, con muchas condiciones.

Y la pregunta es; ¿Así y todo, no nos ama Jesús? Y se Él nos ama de esa forma, aceptando tal y como somos, ¿no estamos nosotros, si queremos seguirle y ser como El, hacer lo mismo? No nos queda otro remedio, la signatura pendiente será siempre el amor, y el amor sobre todo a los enemigos. 

Sin embargo, no olvidemos una cosa, para nosotros será imposible, pero en el Espíritu Santo, y agarrados al Señor, lo podremos lograr. Ejemplo: "Los apóstoles y muchos más que nos han precedido y que hoy también viven entre nosotros"

viernes, 22 de febrero de 2013

TÚ ERES EL HIJO DE DIOS

Mt 16, 13-19


No se explica que un hombre, en este caso, Pedro, pueda decir esta confesión. Ningún hombre puede saber, y menos confesar de esta forma, la certeza de que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Sólo el Padre puede revelar tan grande confesión de fe en la boca de Pedro.

Entendemos a Pedro, un hombre de carne como nosotros, y tocado por el pecado original. Días antes de la Muerte del Jesús, le negó tres veces. Esa debilidad indica que Pedro, a quien fue otorgado todo poder para dirigir la Iglesia, es humano y pecador como cualquiera de nosotros. Pero con la Gracia y la asistencia del del Espíritu Santo puede llevar a cabo su misión.

Y así ha sido a través de los siglos, hasta Benedicto XVI. Y continuará con la próxima elección del próximo Papa. La fe es un don de Dios, y en la medida que abramos nuestro corazón, como hizo Pedro y sus sucesores, quedaremos abierto a su Gracia. El Espíritu Santo nos asistirá y nos iluminará para seguir los caminos que conducen a vivir nuestra vida según la Voluntad del Padre.

jueves, 21 de febrero de 2013

LA ESPERANZA DE PEDIR

(Mt 7,7-12)


Porque somos necesitados. Nacemos necesitados y desde el primer instante de nuestra vida necesitamos de nuestra madre biológica. Luego se añadirá nuestro padre y más tarde de la comunidad humana. Siempre seremos unos necesitados. Nunca podremos depender de nosotros mismos.

Es la forma que nuestro Padre Dios nos ha creado, dependientes uno de otros para imitarlo en nuestro amor. Porque amándonos los unos a los otros estamos amándole a Él. Esa es su Voluntad, cuando servimos al prójimo, le servimos a Él. Por eso, el prójimo necesita de nosotros, y nosotros del prójimo.

Y todos del Padre del Cielo. Bien lo sabe el Hijo, Jesús, que nos invita a pedir sin desfallecer. Pedir con la confianza que nuestro Padre nos oye y nos responderá. Lo que le pedimos al Padre lo recibiremos con total seguridad. Lo que ocurre es que pediremos mal y el Padre solo nos dará aquello que es bueno para nosotros en orden a nuestra salvación.

No nos dará algo que, aún siendo aparentemente bueno, puede ser perjudicial para nuestra salvación. Pues ningún padre dará al hijo una piedra por un pan, ni una culebra por un pescado. ¿Cómo no nos va a escuchar y dar nuestro Padre Bueno del Cielo lo que necesitamos para llegar a Él? ¿No ha enviado a su Hijo a una muerte de Cruz para salvarnos?

Tengamos la total confianza que eso que hemos pedido nos será concedido, alcanzar la salvación eterna. Pero habrá que pedirlo, y ocurre que somos muy pocos los que lo pedimos. Nos entretenemos en otras cosas, que serán añadiduras, pero que no son lo verdaderamente importante.

miércoles, 20 de febrero de 2013

A PESAR DE LA RESURRECCIÓN

(Lc 11,29-32)


En la medida de nuestros raciocinios, vamos dándonos razones que contradicen, valga la redundancia, nuestras propias razones. En la medida que más razonamos, más nos perdemos y experimentamos que nada podemos probar. Ocurre también que nunca podremos entender eso de la Resurrección, porque todo lo demás, lo de la muerte está debidamente probado. Pero, eso de la Resurrección no nos entra por la cabeza.

Y no nos entra porque de admitirlo toda nuestra vida debería cambiar. Y cambiar significa dejar mis egoísmos, mis intereses, mis ambiciones y mis afanes personales, para buscar el bien y la justicia en los demás. Eso sería lo mismo que decir, dejar de pensar en mí y pensar en el bien de los otros. O lo que es lo mismo, estar en disponibilidad de servicio para los demás. Y eso es simplemente, amar.

Es muy frecuente escuchar: "Nadie ha venido para decírnoslo". No he visto a nadie que haya regresado para demostrarnos lo de la resurrección, y, aun autoengañandonos, queremos justificar lo injustificable. Jesús es la prueba Divina que se nos pone ante los ojos. Es dado muerto, sin culpa ninguna, por nuestra soberbia y orgullo, y resucita para Gloria del Padre y redención de cada uno de nosotros. Sin embargo, son muy pocos los que lo creen.

No obstante, sí creemos patrañas y mentiras que no sabemos ni quien las dice, y todo lo que la ciencia propone, aún sin demostración. La diferencia es que eso no nos modifica nuestra manera de pensar ni nuestra vida. La cuestión es que queremos hacer lo que nos viene en gana según nuestros intereses, y no hay lugar para la disponibilidad, el servicio desinteresado, la justicia y el amor. Por todo eso decimos, "No".

Pidamos al Espíritu Santo que nos alumbre el camino hasta el punto de no poder negarlo más.

martes, 19 de febrero de 2013

UN CORAZÓN ABIERTO

(Mt 6,7-15)


Esta mañana oí una entrevista en Telecinco, se trataba de un joven que había permanecido nueve años en la cárcel por error. Es duro permanecer privado de libertad física de forma injusta y sin ser culpable del delito que se te acusa. Ocho años es bastante tiempo, y más cuando se es joven. Un corte en la película de tu vida, sin más aviso, que la interrumpe y la deja parada en el tiempo, cautiva y limitada sin poder reemprender tu camino. Realmente se hace duro.

Y en ese tiempo, pueden pasar muchas cosas que no están previstas y que descubren la verdad de nuestras mentiras e hipocresías. Una de ellas es que la novia tomó vuelo y desapareció. ¿Realmente, qué clase de amor había ahí? Y eso, aunque no justifica los años de cárcel, si nos enseña mucho sobre la verdad de la vida y de las personas que la hacemos. 

Porque la vida se hace en el camino, y el camino se para muchas veces para que podamos pensar. Bien vale darnos cuenta, aunque sea contra nuestra voluntad y dañándonos en nuestra libertad, que hay cosas muy importante que están secuestradas en nuestro interior y no las descubrimos tan fácilmente. A veces, situaciones como estas nos pueden ayudar mucho aunque aparentemente nos perjudique, porque lo verdaderamente importante no es el tiempo, pues al final siempre pasa, es caduco, sino la eternidad, y eso dependerá de la vivencia del amor.

Pero, hoy quiero fijarme en lo siguiente: "El perdón". Preguntado al joven por si perdonaba, respondió que hay cosas que no se olvidan ni se perdonan. Y creo que todos lo entendemos. Sin embargo, tratando de reflexionar, sobre la Palabra, la respuesta surgió rápida como el rayo. Sí mi Padre del Cielo me perdona cada día las barbaridades y faltas que cometo, ¿cómo no voy yo a disponerme y estar dispuesto a perdonar también? Nuestro juicio no consistirá sino en eso, en la medida de amor que estaremos dispuesto a dar.

lunes, 18 de febrero de 2013

¿DÓNDE VERDADERAMENTE AHORRAMOS?

Mt 25,31-46


Esa es la pregunta. El Evangelio de hoy nos pone las cartas sobre la mesa. ¿Qué ocurrirá al final de los tiempos? Porque eso es lo verdaderamente importante. Ese es el verdadero drama de nuestra vida, lo que acontecerá después de la muerte. ¡Porque morir tendremos que morir!

Y la llegada del Hijo del hombre está anunciada. ¿Cómo estaremos nosotros en ese momento? Por otro lado, esta vida no termina por llenarnos. Lo pasamos bien algunas veces; nos sentimos a gusto también algunas veces, pero no terminamos de encontrarnos bien y a gusto siempre. Y eso es lo que realmente nos gustaría, porque lo pasamos mal también muchas veces. Yo diría que vivimos angustiados e insatisfechos la mayor parte de nuestra vida.

También sufrimos mucho, muchas veces no en nosotros sino por lo que ocurre en nuestra familia y a nuestro derredor. Deseamos que ocurra algo. Es más, presentimos que esto no debe ni puede ser el final. Aspiramos a ser eternamente felices, y es precisamente eso lo que el Evangelio de hoy nos propone: "Estar a la derecha del Rey". Y eso lo podremos conseguir dejándonos llevar por el Espíritu Santo, ese mismo que llevó a Jesús al desierto.

domingo, 17 de febrero de 2013

¡TENTACIONES!

Lc 4,1-13


Nuestra vida está llena de tentaciones. Somos débiles, de naturaleza pecadora, y proclives a caer en tentación. Va a ser una constante en nuestra vida, por lo tanto, tenemos que estar preparado y armado para luchar contra ella.

Pulso con Satanás. Duelo y enfrentamiento que el Hijo del hombre no esquiva, asume, encara. El Espíritu Santo le acompaña. ¡Al mal siempre se le ha de mirar de frente! Hay que plantarle cara. Nosotros también tenemos la promesa de la compañía del Espíritu Santo, y la referencia de Jesús de cómo tenemos que enfrentarnos y luchar. 

Jesús es nuestro guía y nuestro ejemplo. Entremos también nosotros en este duelo, en este cara a cara con las fuerzas del mal, sin miedos ni complejos. Afrontando la tentación mirándola a los ojos. 

Sé de mis imperfecciones, de mis pecados. Cada día es una lucha contra mí naturaleza caída. Mi pereza, mi autosuficiencia, mi soberbia, mi orgullo y vanidad. No me acepto indigente, necesitado del amor de Dios. Me creo superior, capaz de resistir el hambre de mis propias ambiciones. Fuerte y poderoso en mis ideas y convicciones. Incluso dentro de mi familia. Estoy rodeado de peligros y tentaciones.

Y te necesito a Ti, Dios mío, en el Espíritu Santo, para en Él combatir y luchar, en mi propio desierto, por mantenerme en la presencia de tu Rostro, Dios mío, y no desfallecer. Sé que contigo seré mayoría aplastante, pero también sé que cada día despertaré con una nueva batalla. ¡Que nunca pierda las fuerzas y el espíritu de emprender la hermosa lucha de mantenerme en tu Gracia, Padre mío!

sábado, 16 de febrero de 2013

PONERNOS EN MANOS DE DIOS

Lc 5,27-32


La conversión no depende de ti, ni tampoco de mí. No por mis propios esfuerzos me voy a convertir. Es posible que  adopte hábitos que me ayuden a fortalecer mi voluntad y mi actitud de conversión, pero la última palabra la tiene el Señor. Es Él quien nos convierte.

Convertirme, dejarme conventir, o lo que es lo mismo, creed en Dios. Es la conversión deseable: despojarnos de nuestras cosas más mundanas; separarnos de nuestro ego y nuestro yo. Cambio profundo de vida; hábitos y costumbres; firvolidades varias; apetitos ciegos; apego en general por el dinero... ¡Dar el salto de Levi a Mateo!

Seguir a Jesús no es tarea fácil. Conversión, giro radical de mente y corazón. El cambio comienza por una fe total, mayor fidelidad, disponibilidad... ¡Delante de Dios absolutamente todo puede esperar! La conversión no es una simple confesión, sino continua y profunda renovación. Renovación interna que afecta y toca sobre todo al corazón. No está en nuestras manos. ¡Es un don de Dios!


viernes, 15 de febrero de 2013

EL CUMPLIMIENTO DEL AYUNO


Mt 9, 14-15

 
Quizás, por la edad y enfermedad, el ayuno me sea disculpado, pero cuando hablamos de ayuno, no hablamos de simplemente privarte de alguna comida o capricho, sino de disponerte a compartir dándote y compartiendo tu vida y bienes con los que lo necesiten. Y de eso nadie te puede disculpar, ni tampoco la edad.


Ayunar es renuncia, renuncia de ti para darte al otro. Ayunar es estar en actitud constante de solidaridad y de predisposición a unirte en fraternidad y colaboración. Una sonrisa, un poner tus dones en función de servicio, un compartir bienes o talentos, un... 

Ayunar es simplemente abrir tu corazón al amor, y eso no es solo en este tiempo de cuaresma, sino un estilo de vida hasta que vuelva el Novio. Pues llegado Él ya no hará falta ayunar.

jueves, 14 de febrero de 2013

DOS CAMINOS

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(Lc 9,22-25

No hay otra alternativa, derecha o izquierda. Todas las demás serán matices, añadidos, centros o extremos de lo mismo, pero solamente hay dos salidas, o la vida o la muerte. Ahora es tiempo de elección, o tomas el camino de la vida, lo que deseas ardientemente, o tomas el camino de la muerte, porque donde no hay vida, hay muerte.

La muerte está escrita en este mundo. Todos sabemos que, tarde o temprano, llegará el momento de que nuestro peregrinar por este mundo llegue a su fin. Entonces, los hay necios, que piensan que todo se habrá acabado y que esa espiritualidad que experimentamos en nuestras vidas es cosa caduca.

Y los hay quienes mantienen la esperanza que alumbra la lógica y el sentido común de trascendencia. Hemos sido creados para vivir eternamente. Es eso lo que deseamos y a lo que estamos llamados. La experiencia de nuestra materialidad clama por vivir eternamente pegada a nuestra alma espiritual, que experimentamos y vivenciamos en nuestra vida.

Por eso, de nada no servirá nuestra vida si al final perdemos la más importante, la eterna y verdadera.

miércoles, 13 de febrero de 2013

ESCONDE TUS OBRAS

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Mt 6,1-6.16-18
Porque no son tuyas. Todo te ha sido dado gratuitamente, así que vanagloriarse de tus talentos y tus capacidades es algo falso, pues son obras de tu Padre Dios en ti. Razón tuvo Juan el Bautista cuando consideró que tenía que menguar para que Jesús creciera. Razón tuvo al expresar que no era digno de desatar el cordón de las sandalias de Jesús.

No sé si es casual, pero también, la renuncia del Vicario de Cristo, Benedicto XVI, alumbra hoy esta humilde reflexión del evangelio al confesarse incapaz de seguir adelante cuando sus fuerzas fallan. Es momento para reconocer que es instrumento del Espíritu Santo y conviene retirarse para otras labores más tranquilas y serenas. Santo Padre, en sus oraciones ténganos siempre presentes, pues como Blogueros seguiremos caminando junto al Papa.

Es Benedicto XVI también modelo de orador en lo secreto, en lo escondido de un convento de clausura (ver aquí), donde esperará la llamada del Señor orando en el silencio y secreto de un convento. Oremos también nosotros para y únicamente nuestro Padre Dios, nuestro verdadero y único público, y no para ser visto, elogiado y admirados por la exposición de nuestras oraciones.

martes, 12 de febrero de 2013

CUMPLIENDO LA NORMATIVA

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Marcos 6, 53-56
Ocurre con mucha frecuencia encontrar personas que son fieles a las normativas. La frase: "Era una persona muy cumplidora" refleja muy bien lo que quiero expresar. Sin embargo, confundimos el cumplimiento con la bondad, y en mi humilde opinión son dos cosas muy diferentes.

Se puede ser muy cumplidor, que no es malo, y no tener la bondad suficiente para comprender y perdonar. O se muy cumplidor con muchas normas y faltar a la justicia en otras. Nuestras conductas están llenas de actitudes que cumplen y no cumplen. Cumplimos aquellos que nos interesa, nos da prestigio y vanagloria delante de los demás, y escondemos muchas otras cosas que claman justicia y verdad.

Hoy, Jesús, nos advierte de esos peligros. Nos aferramos a las normas y leyes de los hombres, leyes humanas apoyadas en el error y el egoísmos, y desobedecemos la Ley de Dios, la Ley que mira al corazón del hombre porque ama al hombre y lo pone en el centro de todo el mundo. Cuando nuestras leyes salen del corazón y miran a Dios, nuestras leyes salvan, protegen y defienden al hombre, construyendo un mundo más fraterno, justo y en paz.


lunes, 11 de febrero de 2013

EXPERIMENTAR TU PRESENCIA

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Mc 6,53-56

Experimento, a veces,  mas conciencia en la oración; experimento que orar es lo más importante de mi vida; experimento que tu presencia y contacto, cura mis heridas y me llena de paciencia; experimento que soy pequeño, pobre pecador y muy necesitado, pero hijo de un Padre que me quiere y busca.

Experimento que necesito amar y entregarme, pues sin eso nada soy y no podré llegar a Ti; experimento y te pido, Dios mío, que me des la capacidad de amar y darme; experimento que no me doy como a mí me gustaría; experimento que mis pasos son torpes y ciegos.

Experimento que no puedo convertirme y necesito que, Tú, Señor, me conviertas; experimento confianza y esperanza en el misterio de tu amor, que nunca llegaré a entender; experimento alegría y paz en tu compañía; experimento, a impulsos del Espíritu Santo, tu presencia en mi vida; experimento tu perdón, y por todo eso, te doy las gracias, Señor.

domingo, 10 de febrero de 2013

LAS BARCAS CASI SE HUNDÍAN

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Lc 5,1-11

En el Señor está la abundancia, porque Él ha venido a darnos vida abundante. Hoy en el Evangelio podemos observar como Pedro obedece a Jesús a pesar de estar toda la noche tratando de pescar sin ningún resultado. Podemos preguntarnos si nosotros tratamos de escuchar y obedecer la voz del Señor que en el Espíritu nos señala los caminos de nuestra propia barca.

Muchas veces nuestra pesca es insuficiente o nula, y es que tratamos de pescar por nuestra cuenta y en nuestro nombre. Somos pescadores como Pedro, porque el Señor así nos lo ha dicho. En el Bautismo somos enviados a navegar por los mares de nuestras vidas y lanzar nuestras redes. Redes de nuestros testimonios, de nuestras vivencias y proclamación de nuestra fe.

Pero, nunca por nuestra cuenta, sino como testigos de la Iglesia. De una Iglesia que arranca con ese envío de Jesús a sus apóstoles y a todos los bautizados. Pero antes, debemos pedirle al Señor que nos dé las fuerzas necesarias para también dejarlo todo. Todo aquello que se antepone a darle nuestro tiempo, nuestra entrega, nuestras comodidades, nuestro servicio, nuestra disponibilidad, nuestra actitud y prioridad a las cosas del Reino...etc. 

Señor, abre mi corazón y arranca todo aquello que se antepone a dejarme curtir en la pesca de tu Amor y en la proclamación de tu Palabra, para que mi vida sea luz y testimonio de tu Mensaje a todos los hombres que se interpongan en mi vida.

sábado, 9 de febrero de 2013

TODO DEPENDE DE TODOS

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Mc 6,30-34


No se trata de hacer todo porque, por mucho que queramos, no podemos hacerlo. Tenemos una capacidad y agotada, necesitamos descansar. Ahora, entre todos si podemos hacer mucho, mucho más de lo que podemos imaginar. Entre todos, podemos llegar a todos, y atender a las necesidades de todos, pero es condición indispensable que nos pongamos a la tarea todos.

Y la tarea puede estar en tu casa, con tu familia; la tarea puede estar en tu trabajo con tu responsabilidad y solidaridad con los compañeros. En cualquier lugar que tu vida te lleve a vivirla, allí puedes hacer mucho cuando lo haces desde la verdad y con amor de servicio y gratuito.

El mundo será mejor en la medida que tú y yo pongamos todas nuestras capacidades al servicio de los demás, pero con una simple condición: desde la verdad, la justicia y la igualdad. No se puede construir si no se vive en la verdad. Así que pongamos en camino si queremos dar la mano para que nuestro mundo sea más equitativo, más justo, más fraterno y viva en paz.

viernes, 8 de febrero de 2013

LOS APEGOS NOS CIERRAN LOS OJOS

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Mc 6,14-29


Y digo esto porque pienso que si Herodes llegó a pensar que se trataba de Juan el Bautista, a quien él había decapitado, lo más lógico y de sentido común sería replantearse seriamente cómo era posible que hubiese resucitado.

Eso me trae a la memoria la parábola del rico epulón, cuando pidió a Abrahán que enviara a Lázaro:
Padre Abrahán, ten piedad de mí y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en estas llamas. Contestó Abrahán: Hijo, acuérdate de que tú recibiste bienes durante tu vida y Lázaro, en cambio, males; ahora, pues, aquí él es consolado y tú atormentado. Además de todo esto, entre vosotros y nosotros hay interpuesto un gran abismo, de modo que los que quieren atravesar de aquí a vosotros, no pueden; ni pueden pasar de ahí a nosotros. Y dijo: Te ruego entonces, padre, que le envíes a casa de mi padre, pues tengo cinco hermanos, para que les advierta y no vengan también a este lugar de tormentos. Pero replicó Abrahán: Tienen a Moisés y a los Profetas. ¡Que los oigan! El dijo: No, padre Abrahán; pero si alguno de entre los muertos va a ellos, se convertirán. Y les dijo: Si no escuchan a Moisés y a los Profetas, tampoco se convencerán aunque uno de los muertos resucite"(Lc).

Y eso mismo ocurre hoy, oímos, vemos milagros y hasta sentimos que en lo más profundo de nuestro ser el amor nos da la felicidad, y seguimos apegados a nuestros intereses y egoísmos.

jueves, 7 de febrero de 2013

SOLOS EN EL ESPÍRITU

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Esa es la forma de vivir el Evangelio, enviados por Jesús y en el Espíritu Santo. Solo el Espíritu de Dios basta y lo imprescindible para mantenernos expectante y en activa escucha a la Palabra. Jesús nos habla en el Evangelio de un bastón, calzados y túnica.

Posiblemente llevamos muchas más cosas que pareciéndonos necesarias sólo una lo es, la Palabra, la escucha y el deseo de responder, porque en ella nos va la vida. Es verdad que necesitamos comer, vestir y algunas cosas más, pero lo fundamental es la Palabra y el alimento del alma, la Eucaristía, que nos proveerá de todo lo demás.

Y es que en nuestro camino, perdemos el horizonte y la meta porque nos encadenamos y esclavizamos a muchas cosas que incluso llegamos a considerar necesarias, y hasta imprescindibles. Incluso medios como Internet u otros que tanto ayudan hoy, pueden convertirse en cadenas de esclavitud si no sabemos utilizarlos como medios y no como fin. Sólo el Señor es la meta y el fin. En sus Manos iremos provisto de todo aquello que necesitamos para vivir en Él, el amor que nos hará libre y nos salvará.

miércoles, 6 de febrero de 2013

MÁS QUE LA VERDAD, NOS IMPORTA QUIEN HABLA

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Mc 6,1-6
Es algo inherente a nuestra naturaleza, miramos quien habla y lo que dice, pero no nos fijamos qué es lo que dice y si habla en verdad. Dicho de otra forma, cuando alguien habla, le damos crédito a sus palabras dependiendo de quién es.

Así, Jesús no fue creído aunque sus Palabras sorprendieran e ilusionaran. ¿Quién es este? ¿No es el hijo del carpintero? ¿Quién le ha dado autoridad para hablar y decir estas cosas? ¿No lo decimos hoy también?

Pero no observamos que ese Jesús nació ya pequeño, sin ser advertido, humilde y pobre. Se barruntaba que alguien así no iba a ser escuchado notoriamente. Por eso hace milagros y trata de decirnos que es el Hijo de Dios, pues excepto Dios, nadie puede anular las leyes naturales y superarlas, es decir, hacer milagros.

Sin embargo, permanecemos encadenados al poder, a la ambición, a la soberbia, a la suficiencia, a la oscuridad de permanecer en la muerte, porque todo lo que alcancemos aquí es caduco. Sólo en Ti, Señor está la vida eterna.

martes, 5 de febrero de 2013

MIENTRAS TENGAMOS RECURSOS

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Mc 5,21-43


Es una forma de actuar, diría, natural. Impulsados por un instinto de conservación buscamos alternativas a los innumerables percances y circunstancias que nos afectan negativamente. El hombre lucha por salvar su vida, y lo hace desesperadamente y con todas sus fuerzas. Es la vida, la supervivencia su mayor don y lo que intenta salvar por todos los medios.

Pero siempre hay un momento que se le acaban los recursos. Se siente impotente y siente desfallecer. Experimenta que ha llegado su hora y se siente impotente para salvar su vida. ¡No hay nada que hacer!

Es entonces cuando levanta su mirada. Siempre, mientras se tenga vida, hay esperanzas. Pero ahora esas esperanzas no están puestas en él, ni tampoco en el mundo. Su mirada levantada mira hacia arriba, hacia lo alto. Como si esperara que viniese desde un lugar superior, por encima de nosotros. Es la hora en que todos los mortales, aún negándolo o no aceptándolo, ponen su vida en Dios. No hay otra alternativa.

Algunos lo hacen totalmente confiados, en paz y seguros de ser acogidos por su Padre Dios que tanto los quiere; otros, quizás algo escépticos, dudan y se entregan porque no tienen a nadie a quien recurrir, y otros se sienten incapaces de reconocer lo que han negado toda su vida. Solo en el silencio y la soledad de los últimos momentos, fuera de la vista de todos, tendrán un cara a cara con el Padre Dios.

Hoy, el Evangelio nos narra hechos que reflejan esto que también sucede en la actualidad. Jairo y la mujer que padecía flujos de sangre son testimonios que dan luz y evidencia lo que aquí reflexionamos ahora. Tu vida, quieras o no, está en Manos de Dios. Él te ofrece y propone salvarla para la eternidad. Tú responderás con tu libertad y tu vida. De ti y de mí depende que sepamos discernir donde esta el verdadero Tesoro de nuestra vida. Vale la pena pensar sobre ello.

lunes, 4 de febrero de 2013

EL PROBLEMA, LOS INTERESES

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Mc 5,1-20

Está siempre presente, primero mis intereses, mi bienestar, mis satisfacciones...etc. Siempre primero yo. Ese es el problema, si primero soy yo, tú tendrás que estar el segundo. Y el segundo supone que estarás detrás de todo aquello que a mí me interese.

Vistas así las cosas, mis intereses amenazarán tu vida, que estará siempre detrás de todo aquello que satisface y alegra mi vida y mi persona. No importa que suceda, tu dignidad tiene un precio:  mis intereses y egoísmo. Así, lo normal, es que el mundo esté como esté.

Por eso, aquellos porqueros y el gentío convocado,  empujaron a Jesús a que se alejara su término. No les importaba ni les dolía los sufrimientos del endemoniado, les molestaba y dolía el haber perdido sus intereses económicos por la pérdida de los puercos.

¿No ocurre lo mismo hoy? ¿Me puede estar pasando a mí algo parecido? Busquemos unos momentos para reflexionar y orar.

domingo, 3 de febrero de 2013

¿DE NAZARET PUEDE SALIR ALGO BUENO?

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Lc 4,21-30

Recordemos la frase de Natanael: «¿De Nazaret puede salir algo bueno?» (Jn 1,46). La reflexión de hoy puede apoyarse en este pensamiento generalizado en los contemporáneos paisanos de Jesús. Es la idea que reinaba y reina en todas las épocas. En tu propia casa se hace más difícil ser creído.

Cuando te conocen, eres menos valorado. Siempre todo lo que viene de afuera, al ser desconocido, es más valorado y aceptado. Cuesta más dar ejemplo en la propia familia que recibirlo de afuera. Exigimos lo que recibimos por amor y gratuito, hasta el punto de que consideramos un derecho y muy normal todo lo que nos es dado en nuestro propio hogar.

Por eso, el amor de Dios germina antes en los extranjeros (Viuda de Sarepta y sirio Naamán) que en su propio pueblo. Y así ocurre en la vida ordinaria de nuestra época. Estamos más disponibles y abiertos a lo que alguien sin mayor crédito nos proclame, que a la Palabra de nuestro Padre Dios.

Es el trabajo del diablo, que enciende nuestra soberbia y orgullo para endurecer nuestro corazón de piedra y cerrarnos al amor que Jesús nos propone. Todo nos es dado gratuitamente, y cuando nuestro corazón se dispone a recibir, se siente agradecido y abierto a la respuesta de amor.


sábado, 2 de febrero de 2013

RENUÉVAME MI MIRADA, SEÑOR

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Lc 2,22-40

Porque necesito que cada día mis ojos se vuelvan limpios, ilusionados, inquietos y buscadores de tu nuevo Amor. No dejes que mi mirada se canse, se vuelva oscura y nublada y pueda perder tu Rostro y tu Imagen. Tenme siempre despierto y renovado para que tu presencia no escape a mi vista.

La vida se nos hace rutinaria y cansina. Llegamos incluso a cansarnos de tanto orar, celebrar y proclamar. Y hasta desfallecemos al comprobar que nuestras acciones no dan fruto sino todo lo contrario, dejan mucho que desear. Nos sentimos desfallecer y experimentamos el sentimiento de abandonar, de dejarnos llevar por la corriente del mundo. Esa fuerte corriente que arrastra y tienta duramente.

Es una gota de esperanza observar el pasaje del viejo Simeón, y admirar su fe y paciencia, su confianza y su vista, a pesar de su vejez, expectante y con mirada nueva. Dame, Señor, esa mirada como Simeón, que cada día sea un día nuevo lleno de esperanza, de novedades y de encendido amor primero y nuevo.

viernes, 1 de febrero de 2013

LA GRACIA DE LOS FRUTOS

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Mc 4,26-34
Ineluctablemente el fruto emergerá salga el sol por donde salga, porque sembrada la semilla se encargará la tierra de dar frutos por sí misma. Son las palabras que el Evangelio de hoy nos proclama. No dependen los frutos de nosotros, pues estaríamos apañados si así fuera. Dependen de la Gracia de Dios que nos permite que nuestros esfuerzos tengan frutos.

En vanos se cansan los albañiles si no es Dios que construye la muralla. Y es que muchas veces nos creemos que los resultados dependen de nosotros y nos equivocamos profundamente. Y esa preocupación no puede desviar del criterio que todo está en Manos de Dios.

No nos afanemos en construir ni multiplicar nuestras obras, pues, sin dejar de esforzarnos en nuestro trabajo, sepamos y tengamos presente que todo está en Manos de Dios. Él es el Principal Sembrador y Labrador de nuestra personal tierra y del universo entero. Hagamos nuestro trabajo, pero sin perder de vista que todo depende de su Gracia.

Esforcémonos en amar y amar. Amar todo lo que nos rodea, empezando por nuestras familias, nuestros compromisos y responsabilidades, nuestros amigos, vecinos... Que todo lo que toquemos quede impregnado del esfuerzo por hacer presente el amor de Dios, y los frutos crecerán sin darnos cuenta, crecerán hasta hacerse árboles grandes en nuestro propio jardín.