martes, 12 de marzo de 2013

NECESITADO Y LIBRE

(Jn 5,1-3.5-16)


Ser libre es estar fuera de toda influencia, incluso de las físicas. Nadie, en este mundo, es libre, porque estamos sometidos a mucha dependencia carnales. Nuestros gustos, apetencias, apetitos, inclinaciones y apegos materiales nos atan a muchas limitaciones y dependencias. Y corremos, durante mucha parte de nuestra vida, de forma desesperada y anhelante buscando la fuente de sanación.

Podemos converger que todos buscamos ser sanados, porque detrás de esa sanación se esconde esa felicidad, ese tesoro escondido que todos aspiramos alcanzar. Sin embargo, hay otras esclavitudes más importantes, que nos esclavizan y encadenan: nuestra propia inmaterialidad, nuestras aspiraciones espirituales que despiertan en nosotros actos de soberbia, de envidia, de ambiciones, de lujuria, de avaricia...etc.

Tomamos conciencia que no somos simplemente materia, sino también espíritu. Y necesitamos ser sanados en este aspecto, porque la curación no vale si no es integral. De nada sirve curar el cuerpo si no curamos el alma. La libertad, entonces, necesita desapegarnos de todo aquello que nos contamina, tanto dentro como fuera de nosotros. Ser libre es prioridad para ser curado y dar sentido a nuestra trascendencia.

Y en este mundo en que vivimos no encontramos respuestas que nos liberen y nos curen. Estamos necesitados de libertad y de trascendencia, y cuando nos encontramos con Jesús experimentamos que hemos hallados el verdadero Tesoro que andábamos buscando.

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