sábado, 18 de mayo de 2013

LO QUE EXIGE MI CABEZA

(Jn 21,20-25)


En repetidas ocasiones miramos más lo que hacen y dicen otros, que lo que nos dice Jesús. Estamos más pendientes de los acontecimientos y hechos que suceden en nuestro entorno que la misma y única Palabra del Señor. Y Jesús nos advierte como hizo con Pedro: «Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿qué te importa? Tú, sígueme».

No debemos prestar más atención a las cosas de nuestra misma Iglesia que a la Palabra del Señor que proclama y predica la Iglesia. Ocurren muchas cosas dentro de la Iglesia. Muchas cosas que nos pueden parecer bien y otras mal, y otras que no llegamos a entender. Las conductas de todos los que formamos la Iglesia no es la misma, pero en algunos casos son conducta, al menos aparentemente, contrarias a la Palabra de Dios.

Y no debemos dejarnos llevar por lo que hacen y dicen otros. Sólo la Palabra del Señor es nuestra guía y nuestro camino. Y a pesar de encontrar contradicciones y ejemplos que nos confunden y desvían, debemos esforzarnos en solo seguir a Jesús. Él es el único y verdadero Camino, Verdad y Vida. Y seguirlo, unidos en Iglesia, a Él, porque todo aquello que no venga de Él no nos conviene.


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