miércoles, 5 de junio de 2013

EMPEÑADOS EN SABER LO QUE NO PODEMOS ENTENDER

(Mc 12,18-27)


Es el mayor pecado del hombre: creer que puede entenderlo todo. Mirado de otra manera, diríamos que esta inclinación a someterlo todo podríamos llamarla "soberbia". Por nuestra soberbia nos resistimos a aceptar que nuestra capacidad de entender este mundo es limitada. Y más aun lo que sobrepasa a los misterios de este mundo.

¡Cuanto más aquello que Dios nos tiene preparado! El hombre se resiste a creer aquello que no ve, y rechaza todo lo que no ve. Así, los saduceos niegan la resurrección simplemente porque no confían en la Palabra de Dios, e igual le ocurre a todos los que no creen en lo que Jesús, el Hijo de Dios verdadero, nos revela acerca del amor y misericordia de su Padre.

No hay pecado más grande ni más difícil de perdonar, pues son ellos mismos los que se excluyen y rechazan ser perdonados. No abren sus corazones a la acción de la Palabra o del Espíritu Santo. Se constituyen ellos mismos en su propio dios y se corrompen por su propia soberbia ensoberbecidos por su suficiencia y orgullo. Cierran sus corazones puros, sencillos y de niños por un corazón de piedra, suficiente, corrompido de hombres viejos.

2 comentarios:

  1. La soberbia que nos lleva a cerrar los ojos, porque en la humildad vemos con mucha más claridad. De ahí quesea tan importante tener un director espiritual y no confiar sólo e nosotros mismos.

    ResponderEliminar
  2. Hay momentos, hoy mismo te hablo y comento después de casi diez años,, cuando iba para la Eucaristía me asaltó la duda de la existencia de Dios. Y no es la primera ni será la última. El diablo está vivo y al acecho y según crea y vea posibilidades atacará de manera muy inteligente.
    Pues bien, cuando me surgen esas tentaciones mi referencia el el Señor. Nadie puede discutirme ni negarme la existencia real del Jesús histórico. Él demostró con su Vida y Obras que era el enviado, el Hijo de Dios, y la Resurrección, para Gloria de Dios Padre, es el fundamento que nadie puede echar abajo. Podrán no creer, pero nunca demostrar que no ha Resucitado.
    Y las dudas se van por el mismo camino que han venido.
    Un fuerte abrazo en el Señor.

    ResponderEliminar

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.