lunes, 30 de septiembre de 2013

ESTADÍSTICA Y CONTROL

Lc 9,46-50)

Nuestro mundo de hoy se mueve por estadísticas para controlarlo todo. Incluso, nosotros los blogueros hablamos mucho de eso, de saber cuantos nos visitan y nos leen. De tal forma que en la medida de visitantes y lectores nuestros blogs toman valor y prestigio. Es una forma de querer estar arriba y ocupar los primeros puestos del poder.

También, en tiempo de Jesús existía eso. Al parecer es propio de la naturaleza humana tocada por la ambición y el poder. Los apóstoles discutían quien iba a ocupar el primer puesto. Se disputaban ya la amistad de Jesús para estar en los primeros lugares. Y Jesús les descubre que los primeros puestos son para los que se ponen al servicio de los demás.

Algo contradictorio para el mundo en que vivimos. Aquí, nuestro mundo y nuestros criterios se apoyan en el tener y poseer. Vale quien tiene poder y riquezas, y quienes ocupan los lugares de gobierno y de mando. Fuera de eso no eres tenido en cuenta y se te estima muy poco. Por eso todos corren en busca de esos lugares.

Sin embargo, son los niños los que despiertan y atraen la atención de los mayores y de los poderosos. La inocencia, la limpieza de corazón, la ingenuidad y disposición a creer y obedecer de los niños derrumban las barreras del poder y emergen el amor que lo supera y vence todo egoísmo. Por eso, Jesús nos invita a ser como niños y a recibirlos en su nombre.

domingo, 29 de septiembre de 2013

JUSTICIA SOCIAL

(Lc 16,19-31)

Cuando Jesús habla está descubriendo muchas cosas que los hombres hacemos mal llevados por nuestro egoísmo personal. Hay muchas desigualdades entre los hombres porque no hay igualdad de oportunidades. Unos tienen acceso a la educación y al trabajo, y otros no. Unos están dotados de más talentos y otros no, pero el mundo ha sido creado por Dios para los que más posean repartan con los que menos tienen.

Esta es la cuestión y el origen de todos los enfrentamientos, que a su vez origina todo lo que vemos y nos rodea en este mundo. El hombre quiere ser poderoso y vivir a sus anchas, y para eso explota, somete y es injusto ante los demás, o es indiferente a los sufrimientos de los desposeidos.

Jesús nos descubre hoy esa realidad contándonos esa parábola del rico epulón (Lc 16,19-31) donde refleja esa realidad que nos rodea. No se trata de ricos y pobres, sino de compartir y auxiliar a los que menos tienen o necesitan. Nuestro mundo es un ejemplo de esta realidad, y necesita un cambio de actitudes para establecer estructuras sociales más justas. Todos somos culpables en mayor o menor medida, pero todos podemos hacer algo para remediarlo.


sábado, 28 de septiembre de 2013

EL MAL ESTÁ AL ACECHO


(Lc 9, 43b-45)

Suele ocurrir que las primeras palabras son bien acogidas. Las semillas que caen junto al camino suelen dar inmediata respuesta apenas caen unas gotas, pero luego, en la espera de más lluvia, se desesperan agostadas por ese sol que calienta hasta el ahogo y se mueren. 

Esa vida tan prometedora, alegre y colorida que adornan las vías, pronto se ven desérticas y tristes; oscuras y con tintes de muerte. ¿Qué ha ocurrido? ¿Acaso la raíz no tuvo la profundidad necesaria para agarrarse bien a la tierra? ¿O las primeras tempestades, sequías y calores le han hecho desistir de crecer y agarrarse a la vida?

Jesús, que sabe de la dificultad de la misión que le ha sido encomendada por el Padre, nos advierte y nos previene sobre lo que va a ocurrir: "Al Hijo del Hombre lo van a entregar en manos de los hombres". Posiblemente a nosotros nos ocurra esto hoy. Acogemos la Palabra, pero pensamos que la vida nos tiene que ir bien, y si eso no es así nos justificamos alejándonos de Jesús.

Quizás nosotros tampoco hemos entendido, y también tenemos miedo de preguntarle al Señor. Amar como Él nos ha amado y nos ama, supone cruz, dificultades, sacrificios y hasta martirio. Eso debemos tenerlo claro. No es que queramos eso, pero cuando vives en la Verdad siempre encontrarás alguien que quiera que la dejes y vivas en la mentira. Y eso producirá dolor y persecución. Jesús nos lo dice, pero también nos da esperanza de que salgamos victorioso.

Cristo y yo mayoría aplastante. Con Él podemos vencer porque Él ya lo ha hecho.

viernes, 27 de septiembre de 2013

SABEMOS LO QUE DICEN LOS DEMÁS


(Lc 9,18-22)

Sí, todos oímos lo que circula en los ambientes. Conocemos a personas que se autoproclaman ateas y muchos que reconociendo que son católicos, se confiesan no practicantes. Incluso, en nuestra propia familia convivimos con padres,  hijos, hermanos... que se confiesan no creyentes. Dicen creer en alguien, en la fuerza de la naturaleza, pero no creen en Jesús de Nazaret como el Hijo de Dios vivo.

Jesús, también en su época quiso tantear lo que de Él se decía. Y preguntó a los apóstoles: « ¿Quién dice la gente que soy yo?». Ellos respondieron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que un profeta de los antiguos había resucitado». Pero también quiso saber que pensaban ellos: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?».

Conocemos la respuesta que, Pedro asistido por el Espíritu Santo, respondió al Señor. Pero hoy, la pregunta es para cada uno de nosotros. ¿Quién es Jesús para mí? Supongo que lo mejor es que cada uno de nosotros reflexione y trate de dar su propia respuesta.

jueves, 26 de septiembre de 2013

EL HECHO HISTÓRICO

(Lc 9,7-9)


No sé por qué razón, pero al leer el Evangelio de hoy, la primera idea que se ha apoderado de mi mente ha sido "el hecho histórico de la preocupación de Herodes por los rumores de ese Jesús". Algo tendría ese Personaje de especial para llamar tanto la atención de los poderosos de su época.

Preocupaba, sobre todo, el contenido de su Mensaje, la proclamación de la igualdad entre las personas, el hecho de ser justo y la abolición de la esclavitud. Todos hermanos, pues somos hijos de un mismo Padre. Un Padre bueno, justo, misericordioso por amor.

Eso, que se registra en la historia como un hecho evidente, presupone ya lo extraordinario de Jesús. El Hijo de Dios, encarnado en su Naturaleza Humana, no puede pasar desapercibido, pues ha venido a salvar a todos los hombres de este mundo que quieran salvarse. Así, todavía hay muchos que dudan de su Persona y de su Divinidad.

Jesús sigue entre nosotros. Igual que antes, presente en la Eucaristía y en cada uno de nosotros que queramos convertirlo en nuestro alimento y en nuestra fuerza. Él se ha quedado transfigurado bajo las especies de pan y vino para acompañarnos y darnos la Gracia que necesitamos para vivir el recorrido de nuestra vida en la Voluntad del Padre.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

TÚ, ¿ESTÁS ENFERMO?

(Lc 9,1-6)


Hace días que pienso en lo mismo. La idea es considerarme enfermo. No me cuesta mucho, porque en realidad soy un enfermo, pero quizás me cuesta más considerarme enfermo de algo más importante, más difícil de ver y necesario para ser y dejarme curar.

Todos acudimos al médico cuando nos sentimos mal. Porque todos queremos ser curados. Sin embargo, no pensamos en la posibilidad de ser curados, no para un tiempo determinado, sino para siempre. ¡Es posible eso! Yo creo que sí.

Jesús reunió a sus doce apóstoles y les dio poder y autoridad sobre toda clase de demonios y para curar enfermedades. Los envío por el mundo con esa misión: "Proclamar y curar a los enfermos". Enfermos físicos y mentales. Enfermos del alma y del miedo a morir. Enfermos que quieran ser curados para la eternidad.

No cabe duda que para ser curado hay primero que estar enfermo. ¿Lo estoy yo? Y a veces la enfermedad no se manifiesta con dolor físico sino como una especie de apegos que no nos dejan movernos en libertad.

martes, 24 de septiembre de 2013

LA VOLUNTAD DEL PADRE

(Lc 8,19-21)


Jesús, encarnación del Hijo de Dios, baja a este mundo para revelarnos, no sólo el Amor del Padre, sino su entrega voluntaria para morir por cada uno de nosotros. Y en esa entrega y muerte, Jesús nos revela también cual es la Voluntad del Padre: «Mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la Palabra de Dios y la cumplen».

Para Jesús prima la Voluntad del Padre, y eso significa escuchar su Palabra y vivirla encarnándola en la vida tal y como Él nos enseña. Esos son sus preferidos, sus hermanos y amigos. Y de manera especial su Madre, María, ejemplo de humildad y de aceptación de la Voluntad de Dios, que con su "Sí" como respuesta a su elección para ser la Madre del Dios encarnado en Jesús, nos ha abierto la puerta del Cielo a todos los hombres.

También nosotros podemos decir sí, un sí abierto a esforzarnos en hacer vida cada día su Palabra entre los hombres que nos rodean. Un sí junto a la Madre que nos enseña también el camino para hacer la Voluntad de Dios.

lunes, 23 de septiembre de 2013

VIDA ETERNA

(Lc 8,16-18)


Estamos llamados a eso, a vivir una vida eterna y gozosa en la presencia del Padre Dios. Tenemos esa vida regalada por la muerte de Jesús, el Hijo de Dios vivo, pero la podemos perder si no somos capaces de llenarnos de la Luz que Jesús nos da. 

Por eso, así de sencillo, al que tiene y recibe esa Luz que alumbra para que vea, tendrá no sólo esta vida sino la Verdadera Vida de la Gracia, pero al que se esconde en la oscuridad y no se deja llenar de la Luz que baja al mundo para alumbrarlo, perderá no solo la Vida eterna sino la que tiene ahora en este mundo.

En cierto sentido el papel de nuestra libertad es fundamental. Dios nos regala la Vida, el don más preciado que tenemos y queremos conservar, pero seremos nosotros los que digamos sí o no, pues somos libres para tomar esa decisión. Y observamos que hay mucha gente que ha escogido la oscuridad de este mundo rechazando la Luz que viene de lo alto.
 
Por eso, al que la tiene (Vida) se le dará aun más, pero al que la rechaza y no la tiene, perderá también lo que cree tener. Tratemos, pues, de ser luz que alumbre la oscuridad que nos rodea para ayudar a otros a despertar y ver la verdadera luz que le es ofrecida.


domingo, 22 de septiembre de 2013

PREOCUPADOS POR SALVARSE

(Lc 16,1-13)


No alcanzaran la salvación aquellos que no la estén buscando. Por eso Jesús alaba a aquel administrador que busca la manera de encontrar apoyo a su desesperada situación. ¿Somos nosotros conscientes de lo que nos estamos jugando en el camino de nuestra vida? ¿Nos preocupamos seriamente por salvar nuestra vida para la eternidad? ¡Claro, primero tenemos que estar convencidos!

Y la conversión pasa por tener una experiencia de encuentro con Jesús. Mientras consideremos que lo más importante de nuestra vida es el dinero, por el que conseguimos poder y bienes, estaremos preocupados solo por eso. El encuentro con el Señor quedará en el olvido, o rechazado como algo que estorba más que salva.

¿Cómo administramos nosostros nuestra vida? ¿Pensamos más en el dinero u otras cosas materiales que en vivir en la Voluntad de Dios? Simplemente, reflexionar sobre eso nos hará mucho bien y nos ayudará a centrarnos más en lo prioritario y fundamental de nuestra vida.

sábado, 21 de septiembre de 2013

¿ENFERMO O SANO?

(Mt 9,9-13)


Supongo que esa es la diferencia, estar o considerarse enfermo o sano. Porque una cosa es cierta: estaremos enfermos alguna vez. Cuando no nos pasaremos más tiempo enfermos que sanos. Pero podríamos pensar que estar necesitados de sanación es lo mismo que estar en actitud de búsqueda de salvación.

No responderá aquel que se siente bien, sano y no necesitado. Es más, no estará en actitud de búsqueda aquel que ya, al parecer, está conforme y se resigna a aceptar lo que la vida le ofrece. Se siente sano y satisfecho con lo que posee. Difícilmente escuchará o se moverá para buscar algo más. No busca porque cree que ya tiene lo que necesita.

Sólo el que está necesitado, es decir, los enfermos, buscarán y necesitarán ser curados. Esa es la cuestión y el móvil principal. Jesús te busca porque sabe de tu enfermedad, y te ofrece la curación, curación eterna. ¿Estás tú dispuesto a dejarte curar?

Hoy, el Evangelio, nos cuenta que Mateo fue invitado a esa curación, y escuchó, y acepto ser curado.

viernes, 20 de septiembre de 2013

CUANDO LA VIDA PROCLAMA

(Lc 8,1-3)

No cabe duda que las buenas noticias no se resisten a ser publicadas y proclamadas. Todos hemos experimentado el gozo que nos embarga cuando nos llega una buena noticia, y también el ansia del deseo de compartirla y darla a conocer. Nos sentimos incapaces de guardarla para nosotros solos, y ardemos en deseos de comunicarla a los demás.

Jesús trae la mejor noticia que podamos esperar y recibir. Se trata de ese tesoro que todos, algunos conscientes y otros inconscientes, buscamos desesperadamente: la felicidad eterna. Y fiel a su misión recorre ciudades y pueblos proclamando y anunciando la Buena Nueva del Reino de Dios. No va solo, le acompañan los Doce y varias mujeres.

Supongo que nosotros, los que creyentes en Él, tampoco debemos ir solos. Vamos en la Iglesia, juntos y apoyados. Blogueros con el Papa puede ser un ejemplo de esa parte de la Iglesia, y muchos grupos más. La Blogosfera puede ser un camino, un campo a proclamar de esa Buena Noticia. Unos podemos ir por aquí, y otros por otros lugares. Lo importante es caminar y proclamar con tu vida y tu palabra.

Pero, aparte de estas compañías, vamos asistidos y acompañados por el Espíritu Santo. Él guía a toda la Iglesia, y dentro de ella, a cada grupo, movimiento o comunidad. Como Jesús, intentamos seguir sus pasos y proclamar su Mensaje.

jueves, 19 de septiembre de 2013

PERDONAR SIN JUZGAR


(Lc 7,36-50)

Ocurre que antes de perdonar consideramos que debemos juzgar si debemos perdonar. Nos cuesta perdonar sin haber antes juzgados, porque nuestro perdón necesita encontrar la culpa a perdonar. Y dependiendo de la medida de esa culpa, nuestro perdón será posible o no.

Sin embargo, Jesús nos previene contra esa forma de pensar tan humana y pecadora. Nos invita a perdonar de forma incondicional a pesar de que necesitemos perdonar mucho, pues cuanto más se es perdonado más se debe estar agradecido. 

Es nuestro caso, se nos ha perdonado todo, y se nos sigue perdonando a cada instante todas nuestras faltas y debilidades. Sin embargo, ¡cuanto nos cuestas perdonar! Quizás esa toma de conciencia, tal y como nos sugiere hoy la palabra de Dios, nos puede ayudar a empeñarnos en perdonar sin atrevernos a juzgar.

Cuenta que el Espíritu Santo está a tu lado para asistirnos y fortalecernos para tan alta y hermosa misión: "La de amar sin medida".

miércoles, 18 de septiembre de 2013

TOCADOS DE MUERTE

(Lc 7,31-35)

Todos estamos enfermos, enfermos de muerte, porque, sabemos que es cierto, la muerte nos espera. No hay nada más seguro ni evidente que la muerte. Nadie se libra de ella. Solemos oír cuando acompañamos en algún duelo que en ese lugar todos tenemos cita. Bien es verdad que no sabemos el día ni la hora, pero sabemos que estamos citados.

Sin embargo, hay una esperanza de vida, y vida eterna. Pero resulta que muchos no la quieren ver. No sólo la rechazan sino que desoyen sus palabras y las critican negativamente. Si ayunan, les parece cosa de locos; si comen y beben, entienden que son unos comelones y aprovechados. Si rezan, unos piadosos y falsos. Y dependiendo lo que hagan, serán una cosa u otra.

Se trata de no aceptar sino su verdad. Esa que les mantiene sus intereses, sus comodidades, sus privilegios... Cierran sus oídos y endurecen sus corazones. Tratamos, autoengañándonos, de justificar nuestra pereza, nuestros deseos hedonistas y apetencias distorsionando la realidad. Construimos sobre arena y cuando lleguen las tempestades: enfermedades, tragedias y problemas todas nuestras ilusiones y fortaleza se vendrá abajo.

En tiempos de Jesús sucedía eso, pero también ocurre lo mismo en nuestro tiempo. Murmuramos y desollemos la voz de la Iglesia. Por un sacerdote o seglar corrompido, corrompemos a toda la Iglesia. Si uno hace mal lo utilizamos para justificar que todos los demás también lo hacen.

¿Es esa también nuestra actitud? Quizás unos minutos nos ayuden a reflexionar donde me encuentro yo.


martes, 17 de septiembre de 2013

JESÚS SE COMPADECE

(Lc 7,11-17)

También a nosotros, ¿a quién no?, nos ha ocurrido que al contemplar escenas trágicas y extremas nos hemos compadecido. Una viuda sin hijos en el tiempo de Jesús, era alguien que quedaba desamparada y marginada en la sociedad de aquella época. Jesús no se resistió ante la tragedia de aquella mujer y se compadeció.

Curiosamente, por un lado iba un grupo acompañando a la muerte, tristes y derrotados. Por otro lado, iba Jesús con muchos que le seguían, significando la vida y la alegría de vivir. Jesús, al margen de su compasión, quiero pensar que pudo aprovechar ese momento para decirnos demostrarnos que Él es la Vida y la Resurrección. Quien cree en Él no morirá.

Y los hechos confirman sus palabras. Resucita aquel joven, hijo de aquella viuda, quizás no solo por compasión sino para hacernos ver que Él tiene poder sobre la muerte para dar la vida eterna. Posiblemente, muchas de aquellas personas, tanto las del grupo que acompañaba a la viuda, como de los que iban con Jesús creyeron cuando vieron. Hoy nosotros tenemos la Palabra y la posibilidad de poderla escuchar.

Y es la escucha, como nos dice el Papa Francisco, la que nos lleva a la fe. Por la Palabra sabemos que Jesús es Señor de Vida y Muerte. Él es el Camino, la Resurrección y la Vida.


lunes, 16 de septiembre de 2013

CON SOLO QUERERLO, TÚ PUEDES SEÑOR

(Lc 7,1-10)


Cuando estás convencido sabes que todo puede ser. No hace falta estar en el sitio concreto, ni tampoco estar junto al enfermo. Sólo con quererlo se produce el milagro. Eso ocurrió con aquel centurión. Sabía, estaba convencido que Jesús, si quería, podía curar a su siervo, y no solo lo pensó sino que se movió para conseguirlo.

Mandó a comunicárselo a Jesús, porque no se sentía digno de que entrara en su casa. Ya daba por hecho de antemano que con solo quererlo, su siervo sanaría. Eso tiene un nombre y se llama fe y confianza. Cada Eucaristía repetimos esas palabras: "Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme". Ahora solo falta convencernos de que eso es así, y el Señor tiene poder para, si se lo pedimos, transformar nuestros corazones.

Suele pasar que los de fuera están más predispuestos a creer que los de dentro de casa. Jesús lo manifiesta cuando afirma: «Os digo que ni en Israel he encontrado una fe tan grande». El estar tan cerca nos puede traicionar. De hecho sucede muchas veces cuando no valoramos ni le damos importancia a las cosas que tenemos en abundancia. Siempre la necesidad nos prepara para la búsqueda y el encuentro.

Así, la enfermedad del siervo bueno, estimado y querido, predispuso al centurión para que buscara solución a su salvación, y eso lo buscó en Jesús, el Único que le podía salvar.

domingo, 15 de septiembre de 2013

BUSCAS A LOS PECADORES



Me alegro mucho Señor que tu debilidad sean los pecadores. Te has hecho Hombre para eso, para buscar a los pecadores hasta el punto de dar la vida por ellos. Los conoces a todos y sabes cuando falta uno en tu casa. Y no te quedas tranquilo, sino que sales a buscarlo hasta que lo encuentras. Y haces una fiesta por el encuentro con el hijo perdido.

Digo que me alegro mucho porque yo soy un pecador. Un pecador que quiere sobre todas las cosas dejarse encontrar por Ti. Por un Padre Bueno que lo salve de los peligros y de la muerte. Por un Padre Eterno que le ofrece vida gozosa y eterna.

Hoy me dejas asombrado Señor. Me maravilla la manera de cómo nos cuidas y proteges, pero más me maravilla la paciencia con la que nos esperas. Me atiendes, me das lo que creo que me correspondes aunque todo es tuyo, y encima esperas ansioso mi regreso. Porque sabes que el mundo no es lo que busco. Sabes que la felicidad eterna está aquí, en tu Casa. Y te alegras de que regrese. Y me recibes como no merezco ni como jamás haya pensado.

Y de nuevo me ofreces tu Casa.

sábado, 14 de septiembre de 2013

LA FIESTA SE ESCONDE EN LA VIDA



La vida no es un camino de rosas. Sí, en el camino hay algunas rosas y también fiesta y buenos momentos, pero no son los más, y también se acaban pronto. El camino frecuenta más los lugares difíciles, duros de atravesar, dolorosos y sufridos. Hay más espinas que rosas, y se hace pesado, triste y angustioso.

Por eso se llora, aunque se cante en algunos momentos. Sin embargo, se camina y no se para. No queda otro remedio. Para atrás no se puede ir, pues aunque hay recuerdos gratos y felices, sabemos de los tristes y sufridos que hemos pasados. Queremos encontrar los felices y alegres, y por eso caminamos.

Esa es la razón por la que Dios entregó a su Hijo al mundo, para que todos los hombres acaben el recorrido de su camino en una fiesta eterna. La fiesta de la salvación. Y esa es nuestra esperanza, caminamos por eso, para acabar con una fiesta eterna, una fiesta de gozo y alegría que nunca tendrá fin.

viernes, 13 de septiembre de 2013

EVANGELIZADO EVANGELIZAS

(Lc 6,39-42)


Para dar, primero hay que tener. De la misma forma, para evangelizar hay primero que estar evangelizado. Nadie puede dar aquello que no tiene, y será imposible transmitir el Mensaje que tú no vives. Primero tienes tú que estar convencido y luego, llevado y vivido en tu vida, convencerás.

Por eso, Jesús nos dice hoy: «¿Podrá un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? Es evidente que alguien ciego no podrá guiar a nadie, pero menos a otro ciego. Lo mismo un sordo no podrá dirigir una banda de música. ¿Cómo nosotros nos atrevemos a evangelizar si no estamos nosotros evangelizados? ¿No será esa la causa de tan mala imagen y tanto rechazo?

Nadie está por encima del otro porque todos somos hijos de Dios y de Él hemos recibido lo que somos. De tal forma que de nada puedo gloriarme, pues todo se me ha sido dado. No está el discípulo por encima del maestro. Todo discípulo que esté bien formado, será como su maestro. ¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que hay en tu propio ojo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano: ‘Hermano, deja que saque la brizna que hay en tu ojo’, no viendo tú mismo la viga que hay en el tuyo? 

Sucede que nos elevamos por encima de los demás, pero no vemos nuestros defectos y limitaciones. Primero limpiarnos para luego poder limpiar a otros, pues sin estar limpios no podremos limpiar. Y es que cuando nos miramos un poquito experimentamos la necesidad que tenemos de limpieza. Y sin estar limpios no podremos limpiar a otros.

jueves, 12 de septiembre de 2013

UN BUEN PROGRAMA DE VIDA

(Lc 6,27-38)


No cabe ninguna duda que el mundo no está de acuerdo con lo que dice Jesús. Esa fue la causa por la que les estorbaba y decidieron matarlo. Amar a los que te hacen daño y te odian es algo que difícilmente se puede entender. Y repartir lo que tienes con los demás es tan o más difícil también. Lo que sigue es igual de difícil de digerir, así que seguir a Jesús se hace imposible.

Ese es el pensamiento del mundo y de muchos hombres que están y pertenecen al mundo, porque han elegido el mundo. Nunca entenderán el Mensaje de Jesús: «Yo os digo a los que me escucháis: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odien, bendecid a los que os maldigan, rogad por los que os difamen. Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite el manto, no le niegues la túnica. A todo el que te pida, da, y al que tome lo tuyo, no se lo reclames. Y lo que queráis que os hagan los hombres, hacédselo vosotros igualmente. Si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Pues también los pecadores aman a los que les aman. Si hacéis bien a los que os lo hacen a vosotros, ¿qué mérito tenéis? ¡También los pecadores hacen otro tanto! Si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? También los pecadores prestan a los pecadores para recibir lo correspondiente. Más bien, amad a vuestros enemigos; haced el bien, y prestad sin esperar nada a cambio; y vuestra recompensa será grande, y seréis hijos del Altísimo, porque Él es bueno con los ingratos y los perversos. 

Una cosa debemos reconocer: Los problemas del mundo se solucionarían mejor así. Y también, todos querríamos un mundo así, donde el amor entre los hombres sea el Rey, y reina la paz y la justicia. Porque siendo justo, la verdad se hace presente y reina la Paz.

Yo me fío y creo en Jesús, y, aún siendo difícil la misión, confío y creo que con su Gracia, por Él prometida, puedo acercarme a vivir tal y como Él dice. Muchos lo han logrado y han hecho obras maravillosas por los más pobres y por sus enemigos. Jesús, en la Cruz, venció todo el odio y el desamor que el mundo tenía con el Amor. Nosotros, en Él, podemos hacer lo mismo.

miércoles, 11 de septiembre de 2013

LOS RICOS NECESITAN POCO

(Lc 6,20-26)


Cuando uno es rico, y hablo no solo de una riqueza material, sino de cualidades e inteligencia, las necesidades son bien pocas. Te sientes fuertes, dueño de ti mismo y capaz de hacer y deshacer tu propia vida. Confías en ti y te ves y sientes seguro.

No está el mozo para necesitar muchas cosas, y menos a Dios. Se hace muy difícil buscar a Alguien superior que te proteja y que te ayude. Tú solo te bastas. Al menos así lo sientes y lo crees. Las riquezas de todo tipo son autosuficientes y orgullosas. Difícilmente necesitarán ayuda.

Por eso, bienaventurados los pobres, los que sienten necesidades y carencias y buscan donde encontrar soluciones a ellas. Se necesita ser pobre para buscar y pedir ayuda. Se necesita ser pobre para llenarse de humildad, aceptar lo que se tiene, sufrir con los que no tienen y vivir la alegría en el dolor y sufrimiento de saber que vendrá un día donde la paz y el gozo eterno sea nuestra dicha.

Esa es la esperanza del creyente en Jesús. Porque Él lo ha dicho, y porque Él tiene Palabra de Vida Eterna.

martes, 10 de septiembre de 2013

LA VOLUNTAD DEL PADRE

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(Lc 6,12-19)


Supongo, es de lo primero que pensamos, que Jesús hubiese preferido escoger para su equipo un grupo de gente importante, con medios y de las mejores preparadas. Cuando se trata de proclamar un mensaje, lo lógico es buscar a los mejores proclamadores.

Sin embargo, Jesús elige casi lo inservible, lo último, lo menos preparado. ¿Por qué esa elección? Esconde misterio, pero podemos pensar que tras lo pequeño, lo humilde, lo de abajo será más fácil aceptar y darse a la proclamación. Porque primero, son los necesitados, los que nada tienen y nada pierde. Y segundo, porque están abiertos a toda esperanza y deseos de cambiar, de ser ayudados.

Ocurre eso con los niños. Todo lo obtienen de sus padres. Nada saben, ecepto que sus padres le darán lo mejor, lo que necesitan. Y se abren a sus palabras y ayuda.

Al parecer esa fue la Voluntad del Padre. Jesús, después de estar una noche en oración con Él, muy temprano, interpreta lo que el Padre quiere para la proclamación de su Mensaje, y en consecuencia actua. ¿También nosotros disponemos de esa actitud de consultar al Padre ante la elección del camino a tomar en nuestra vida? Es quizás la pregunta que hoy debemos reflexionar.

lunes, 9 de septiembre de 2013

INCAPACES DE VER

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(Lc 6,6-11)


Hay momento que se nos nubla la mente, pero también la visión. Somos incapaces de ver, y menos aun razonar. Perdemos el norte y se dispara nuestra lengua hasta el punto de vomitar disparates. Creo que todos hemos sido víctimas de esta experiencia. Yo lo confieso y lo he experimentado en mí mismo.

Pero lo peor no es eso, puesto que somos débiles y caemos en la trampa que el demonio nos tiende aprovechando nuestra debilidad. Lo peor es que, pasada la tormenta, no seamos capaces de poner las cosas en su sitio y razonar. Tengo que confesar que en eso, mi nieto Manuel me da ejemplo. Se enfada prontamente, pero pasado el tiempo confiesa su arrepentimiento y recobra la paz.

Entonces me acuerdo de las Palabras de Jesús: "Tienen que ser como niños..." Hoy el Evangelio nos dice que aquellos escribas y fariseos estaban al acecho a ver si Jesús se atrevía a curar en sábado. Y Jesús, sabiendo lo que guardaban en sus corazones, les dice: «Yo os pregunto si en sábado es lícito hacer el bien en vez de hacer el mal, salvar una vida en vez de destruirla».

Nuestra razón, desde lo más profundo de nuestro corazón, nos dice que lo importante es buscar el bien del hombre. Siempre antes hacer el bien que el mal. Jesús que conoces nuestros corazones sabe lo que sienten, y nos mira al tiempo que le indica a aquel hombre que extienda su mano.

¿Qué pensamos nosotros? ¿Quizás estamos también de acuerdo que antes la ley que el hombre?

domingo, 8 de septiembre de 2013

ELEGIR EL CAMINO


(Lc 14,25-33)


Todos buscamos nuestros propios intereses. Es ley de vida, decimos, pero cuando ante ellos se opone el amor somos capaces de también oponernos nosotros y renunciar aun a costa de perjudicarnos. Es lo que significamos cuando decimos: "Morir a nosotros mismos". O también: "ir contra corriente".

Sin lugar a duda, elegir el camino es renunciar siempre a nuestros intereses. Por eso, Jesús nos advierte hoy en el Evangelio que, seguirle es dejar todo: Padre, madre, hermanos, amigos, casa y hasta su propia vida... nada puede interponerse ante la elección de seguirle. Y es verdad, pues siempre que haya algún apego o preferencia, no estaremos entregados a Él.

Y lo experimentamos en nosotros mismos. ¡Cuanto nos cuesta vencernos! Renunciar a muchos de nuestros caprichos, intereses o apetencias significa algo muy importante para cada uno de nosotros, hasta el punto de poner al Señor en un segundo plano. 

Necesitamos meditar y reflexionar sobre el camino a seguir. Hay una previa elección, y esa elección pasa por renunciar a todo y seguir sin condiciones a Jesús. Entonces descubrimos que la oración, Penitencia y Eucaristía es la necesidad primera que nos fortalecerá para seguirle.

sábado, 7 de septiembre de 2013

LEYES DE HOMBRES

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(Lc 6,1-5)

Leyes de los hombres que van contra los hombres; leyes que imponen pesos en lugar de aligerar cargas; leyes que obstaculizan en lugar de facilitar y ayudar. Leyes que devoran y oprimen porque su gozo se esconde en el cumplimiento o castigo. Leyes que afilan lenguas que destruyen, acusan y matan para llenar el vacío de su propias conciencias. Leyes que viven de la critica, la sospecha y el juicio haciendo de ellas su propia religión. 

Jesús desvela toda esa hipocresía y contrapone su Amor que genera verdad, libertad y paz. No está hecho el hombre para ser esclavo del sábado, sino todo lo contrario - el sábado para el hombre - las leyes en función del bien del hombre.

No son las obras, lo externo, lo que vale, sino lo que se fragua dentro del corazón del hombre. Son las intenciones del corazón las que dan valor a la obra del hombre. Nunca las normas, las leyes o cumplimientos, pues cuando se ama, todo lo que nace coincide y cumple con la Voluntad de Dios.

viernes, 6 de septiembre de 2013

TODO A SU MOMENTO

(Lc 5,33-39)

Cada cosa tiene su momento y su tiempo de acción. Se trata de realizar en cada momento lo que se debe hacer. Cuando toca orar, orar, cuando ayunar, ayunar, y cuando fiesta, fiesta. La vida es un camino, y el camino exige paradas, descansos, reflexiones, fiesta, esfuerzos y también ayunos. Pero no se trata de hacerlo según normas, preceptos o imposiciones reglamentadas. Se trata de vivir en la Voluntad del Padre y de responder a esa Voluntad, desde el amor, según lo aconsejen las circunstancias y la vivencia del momento.

Es verdad que cada momento exige unas formas correctas de comportarse y aplicarse, pero también es verdad que lo importante son las personas y el bien que demandan esas personas en la justicia y la paz. Sería más bien, aplicar cada momento de amor a mejorar el bien común, y eso será diferente según las circunstancias y los momentos.

El Señor nos enseña hoy el cómo y cuando debemos ayunar o divertirnos: «¿Podéis acaso hacer ayunar a los invitados a la boda mientras el novio está con ellos? Días vendrán en que les será arrebatado el novio; entonces ayunarán en aquellos días».

Cada paso en el camino exige una respuesta, respuesta de alegría, de gozo y paz o de ayuno y sufrimiento. Saber, en y por Jesús, darle vivencia a ese instante es la mejor salida que podamos encontrar. Y sólo en Jesús encontraremos la solución.

jueves, 5 de septiembre de 2013

A PESAR DEL ÉXITO, LO DEJO TODO POR TI

(Lc 5,1-11)

Es fácil pensar que aquellos hombres, los apóstoles, asombrados por el poder de Jesús quedaran maravillados, y en consecuencia estuviesen dispuestos a seguirle. Claro, pensamos que tras magna exhibición nadie se puede negar. Pero, podemos hacernos una pregunta y reflexionar sobre nuestra respuesta:

¿Estaríamos nosotros dispuestos a seguir a Jesús, dejándolo todo, si nos diera éxito en nuestro trabajo? ¿Estaríamos dispuesto, con nuestra barca llena hasta arriba, a seguirle abandonando todo? Supongo que hecha esta pregunta, no vemos la respuesta clara. De la misma forma, aquellos hombres supieron elegir y discernir entre la riqueza material y el camino espiritual de seguir a Jesús.

Supongo que aquellos hombres descubrieron el verdadero tesoro, y supieron distinguir entre las riquezas efímeras de este mundo humano, y la vivencia del amor en el camino de Jesús. ¿Tenemos nosotros claro la respuesta?

Sólo se me ocurre pedirle luz al Espíritu Santo para que nos dé la sabiduría que nos descubra el verdadero camino del, valga la redundancia, verdadero Tesoro que conduce al Reino de Dios.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

SINAGOGAS Y ENCUENTROS

(Lc 4,38-44) l


Siempre hay un lugar donde nos citamos para encontrarnos. La ciudad se congrega, según para lo que sea, en diversos lugares donde sus moradores se reúnen con el fin de buscar, entretenerse o pasar el tiempo. Jesús habla en las sinagogas y saliendo de una de ellas es asaltado por muchos enfermos a los que impone sus manos y les cura.

Previamente había sanado a la suegra de Simón, pues había entrado en su casa y le rogaron que la curase. Jesús no se hace rogar. Se ofrece y sana a todos aquellos que le buscan y le ruegan ser curados. ¿Estamos nosotros también en esa actitud? Pero una actitud que no se pare solo en una curación física, sino que llegue más lejos y solicite la curación verdadera que salta a la vida eterna.

Hay momentos que nos cuesta acercarnos. Nos molesta escuchar y obedecer al Señor; llenarnos de paz y paciencia y esforzarnos en vivir desde su Palabra. Huimos como esos demonios que al sentir su presencia se alejan despavoridos. Nos fastidia acudir a la Eucaristía, buscar espacios de oración y seguir su camino.

Busquémosle sin descanso, a pesar de nuestras debilidades y cansancio. Él es el Médico que cura toda dolencia física y espiritual. No tengamos pereza ni miedos. Su Gracia nos dará todo lo necesario para superar las adversidades del camino.

martes, 3 de septiembre de 2013

SÓLO CONTEMPLARTE

(Lc 4,31-37)



Hoy es uno de esos días que sólo dan ganas de escucharte en silencio. Tu Palabra nos basta y nos llena. Enseñas con autoridad y como quien tiene poder para expulsar espíritus inmundos, y todos quedan maravillados de tu actuar.

Nos llenas de enseñanzas que sentimos dentro de nosotros mismos. Todo lo expones claro y fácil de entender, y es más, nos descubres nuestro propio interior, pues sentimos que lo que dices es la verdad y lo que nos acontece cada día en nuestras vidas.

Y lo vives y lo testimonias con Tú actuar. Mandas sobre la enfermedad y sobre los demonios, y sanas y los expulsas con la autoridad que te ha sido dada de arriba. No eres un hombre cualquiera, eres el Verdadero Hijo de Dios Vivo. Tu actuar y tu Palabra lo testifica a cada momento. Por eso, tu fama se extiende por toda la comarca.

No queremos pasar de largo Señor, sino pararnos ante tu Palabra, porque esperamos y confiamos que de ella nos vendrá la salvación eterna. Danos la fuerza de saber escucharla y alimentarnos para que nos sostenga y alimente en nuestro camino.

lunes, 2 de septiembre de 2013

LOS QUE SUFREN SIENTEN NECESIDAD DE SER LIBERADOS

(Lc 4,16-30)

No buscan la liberación los que se experimentan liberados, ni los satisfechos, sino los oprimidos, los cautivos, los pobres y los que sufren enfermedad y explotación. Son ellos los destinatarios de la venida de Jesús, y a ellos se dirige su Mensaje de la Buena Nueva: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor».

Sin embargo, los satisfechos son exigentes y exigen pruebas de lo que Jesús ha hecho en otros lugares. Quieren verse sorprendidos, pues el origen de Jesús no les convence: «¿No es éste el hijo de José?». Así Jesús manifiesta que ningún profeta es bien recibido en su patria. Él lo experimenta en su propia carne.

Hoy continua sucediendo lo mismo. Lo de casa no sirve. Nos atrae más nuevas doctrinas o religiones, o nuevas filosofías que prometen, bajo apariencias, felicidad inmediata, pero efímera y vacía de contenido. Por eso, la Buena Nueva es siempre acogida en aquellos que sienten necesidad de ser liberados:  "Los pobres".




domingo, 1 de septiembre de 2013

DAR A QUIEN NO PUEDA DARTE

(Lc 14,1.7-14)


Negarse es el camino más perfecto, pues bien sabemos por propia experiencia que nos gusta destacar, ser admirados, ocupar los primeros puestos y dar con ánimo de recibir. Jesús, nos propone hoy todo lo contrario: ocupar los últimos puestos, y dar a quien no puede darte.

Recibir compensación por el servicio prestado y ser tratado con honores y privilegios es el pago a lo que hemos buscado y servido. Por lo tanto, ya hemos recibido nuestra recompensa y nuestro pago. Por el contrario, cuando damos sin ánimo de recibir estamos muriendo a nuestro propio egoísmo y rechazando toda compensación que nos descubra nuestras intenciones de recibir según damos.

Se hace difícil actuar de esa forma, porque eso se llama amor. Amor verdadero, pues ningún mérito tiene amar a aquellos que nos aman y nos corresponden pagando nuestros favores. Amar implica y contiene el dar sin recibir, pero mejor, dar a quien aunque quiera compensarte, no puede hacerlo. 

El verdadero camino está en aceptar la discreción, el último lugar, el esperar a ser invitado y solicitado tu servicio. El verdadero camino consiste en tu propia valoración estimando que eres un siervo y humilde hijo de Dios, alguien tan pequeño entre los pequeños en actitud de servicio desde la humildad de tus propios talentos recibidos.