sábado, 23 de noviembre de 2013

CUANDO TRATAS DE JUSTIFICARSE

(Lc 20,27-40)

Es lo que sucede cada vez que nuestra soberbia o suficiencia nos impide aceptar la verdad. Queremos dominar y saber más que la Verdad. No nos sometemos a ser dominados. Queremos imponernos. Y es cuando aparece nuestro incosciente autoengaño: "Nos autoengañamos", y buscamos ejemplos o situaciones que nos puedan explicar como tenemos razones para pensar y creer de esa forma.

No es, este nuestro mundo, igual al mundo, por llamarlo así, que estamos llamados. No sabemos, ni podremos saber que nos tiene Dios preparado. Sería, de saberlo, limitar la sabiduría de Dios, y nuestro Padre Dios es Omnipotente e Infinito, y no podemos abarcarlo ni llegar a comprenderlo. Menos entender como seremos o estaremos en el otro mundo.

Aceptamos, por nuestra fe y confianza en su Hijo Jesús, lo que Él nos dice con su Palabra: «Los hijos de este mundo toman mujer o marido; pero los que alcancen a ser dignos de tener parte en aquel mundo y en la resurrección de entre los muertos, ni ellos tomarán mujer ni ellas marido, ni pueden ya morir, porque son como ángeles, y son hijos de Dios, siendo hijos de la resurrección.

El Señor tiene Palabra de Vida Eterna.

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