viernes, 15 de noviembre de 2013

PREOCUPADOS POR VIVIR EN ESTE MUNDO

(Lc 17,26-37)
 
Es lo que vemos a nuestro derredor:  todo el mundo tratando de procurarse una vida más placentera y agradable. Y no es que eso esté mal, sino será malo cuando centramos todos nuestros esfuerzos en eso, cuando son solo medios para vivir y darse en generosidad y caridad a los demás. Así ha ocurrido en otros tiempos (Noé, Lot) y lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del Hombre.

Por eso, nuestra vida es algo más que estar preocupado por ella y sólo pensando en ella para el disfrute y placer. Nuestra vida es el espacio donde tenemos que ganarnos la otra, la verdadera y eterna. No es que nuestros méritos valgan para eso, pues todo es pura Gracia de Dios, sino que si no atendemos a estar más sensibles y preocupados con lo que ocurre a nuestro derredor, nuestro final puede parecerse a los ya vividos en los tiempos de Noé y Lot.

Hagamos un parón en nuestra vida y pensemos que estamos aquí para algo superior a lo que este mundo nos ofrece. El mundo es el medio donde podemos ganarnos el gozo y la dicha de ser feliz eternamente, pero nunca de la manera que lo hacemos cuando sólo pensamos en nosotros.


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