jueves, 26 de diciembre de 2013

QUIEN NO ES DE DIOS MATARÁ


(Mt 10,17-22)

Hay hombres y mujeres buenas, buenas personas que ayudan, que son generosas y gozan de buena fama y gran prestigio entre los hombres y mujeres de su época. Siempre los ha habido y los habrá, porque el hombre es un reflejo de su Creador, Dios, y quiera o no reflejará su semejanza, a pesar de estar tocado por el pecado e inclinado a las malas acciones.

Sin embargo, quien no está con Dios estará en su contra, porque el pecado llegará a dominarlo y lo arrastrará a la perdición y a la maldad. Por eso, el Señor nos dice hoy que nos guardemos de los hombres, los hombres que le rechazan, que se alinean con el diablo y que se esfuerzan por negarlo y destruirlo. También lo harán con todos aquellos que siguen al Señor hasta el punto de matarlo si es preciso.

Quizás no sea de forma cruenta, pero si con la indiferencia, con el fraude, engaño, tentación, marginación, injusticia, desigualdad, mentira.... Hay muchas clases de matar y aun más duras y sufridas que la propia muerte.

Se hace difícil confiar en aquellas personas  que siendo buenas, a la hora de la verdad no lo son, porque se venden al mundo y sus encantos y rechazan a Dios, siendo capaces de someter, esclavizar, excluir y hasta matar para que prevalezcan sus derechos e intereses. El Señor nos previene y nos alienta a no preocuparnos de nuestra defensa, porque seremos asistidos por el Espíritu Santo en los momentos que lo necesitemos.

Y, a pesar de perder la vida, no tengamos miedo, porque si perseveramos en el Señor, Él nos salvará. Es Palabra de Dios, y Él nunca falta a su Palabra. Siempre la ha cumplido.


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