sábado, 7 de junio de 2014

¿QUIÉN SOY YO PARA METERME EN TUS ASUNTOS, SEÑOR?

(Jn 21,20-25)


Perdona Señor por mi ignorancia y mi atrevimiento a meterme en tus asuntos. No soy nadie ni tengo autoridad para criticar o juzgar lo que hagan otros, y menos amonestar u opinar sobre actitudes o acciones de otras personas. Perdona Señor mi inclinación a querer dar pautas y caminos a otros cuando soy yo el que no hago ni cumplo, ni tampoco soy ejemplo con mi propio camino.

Me avergüenzo de mi ignorancia atrevida al preguntarte por tantos otros Juanes que se cruzan en mi vida. ¿Quién soy yo para hacerlo? Ni siquiera he sido ejemplo para mi familia, ¿y me permito interpelar a otros? Dame la paciencia y la sabiduría de silenciar mi lengua y vivenciar mi vida en obras según tu Voluntad.

Enséñame a servir sin miramientos ni etiquetas, ni exigencias de cumplimientos o de criterios sino de servicio y disponibilidad con y por amor. Cierra mi boca y silencia mi lengua de todo maledicencia que pueda alejar a la gente de mi y darle un mal ejemplo de Ti, Señor, porque mi ser y obrar, si no estás Tú será mío y mis obras son malas si no proceden de Ti. 

 Sé, Señor, y te ruego que cambies mi corazón en un corazón como el Tuyo, que sin Ti nada puedo. Calma mi sed Señor con esa Agua que, manada de Ti, salta hasta la Vida Eterna.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.

Tu comentario se hace importante y necesario.