sábado, 26 de julio de 2014

ENTRE EL BIEN Y EL MAL

Mt 13,24-30)


El camino no es de rosa entre otras cosas, porque hay también espinas. Y las espinan crecen en el camino y en la viña por doquier. También para ellas sale el sol y cae la lluvia y la tierra se abona. Quizás su diferencia es que ellas, las espinas, se aprovechan del bien del sol, el agua y el abono para hacer el mal, y todo lo que tocan lo destruyen y lo convierten en mal.

Es la lucha diaria a la que estamos llamados a sostener cada instante de nuestra vida. Esa es la cruz nuestra de cada día que tendremos que cargar y aceptar, pero nunca con desesperanza sino esperanzados y confiados en la Bondad y Misericordia de nuestro Padre Dios.

Nuestra victoria está asegurada. Al final vendrán los segadores a separar el trigo de la cizaña, es decir, a aquellos que se han esforzado en vivir según la Palabra y la Voluntad de Dios, de aquellos otros que han vivido indiferentes y de espaldas a toda Palabra de Dios. Entonces se procederá según Dios ha dispuesto, porque solo Él sabe y tiene Palabra de Vida Eterna.

Pidamos la luz del Espíritu Santo y su asistencia, para superar y aceptar con esperanza el combate de cada día entre nuestro corazón nuevo y bueno y nuestro corazón viejo, endurecido y malo. Amén.

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