viernes, 4 de julio de 2014

UNA LLAMADA QUE CAMBIA TU VIDA

(Mt 9,9-13)
 
Puedes tomarlo o verlo de diferentes ángulos. Por un lado, Jesús te invita a seguirle, a un diálogo con Él del que se derivará tu seguimiento. No se entiende el seguimiento de otra forma. Seguir a Jesús es darle un giro de 360 grados a tu vida.

Se trata de ponerlo en el centro de tu vida y toda tu vida, valga la redundancia, girando en torno a Él. Así lo entendió Mateo, y así lo debemos entender todos. Seguir a Jesús es ponerle todo nuestro tiempo en sus Manos, para que su Espíritu lo distribuya, lo organice y lo disponga a su servicio. 

Él sabe de nuestras necesidades y no nos ahogará. Sabe del tiempo que necesitamos para darnos a la familia, al trabajo, al descanso y a nuestra propia diversión. Y sabe también de nuestras debilidades y egoísmos predispuestos a buscarnos y pensar sólo en nosotros. Por eso, seguirle es entregarnos confiados y esperanzados a su obediencia y dejarnos conducir por su Espíritu. Porque sólo en Él podremos encontrar el verdadero camino de salvación.

Sabe de nuestras enfermedades, y por eso ha venido a curarnos. No necesita médico el sano, sino aquel que está enfermo. Por eso nos llama a nosotros, a los enfermos, para que en su Misericordia seamos lavados y curados.

Límpianos Señor de todas nuestras impurezas y, por y en tu Misericordia, perdónanos todos nuestros pecados. Amén.

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